Crisis Y El Desastre En México

Crisis, el desastre nacional y resistencia.

Promesas más, promesas menos, el país sigue en crisis. Promesas más, promesas menos, la crisis la seguiremos pagando los trabajadores y los pequeños y medianos empresarios si ellos, los grandes ricos y su clase política siguen gobernando. Ellos han preparado una nueva campaña de despidos y empobrecimiento generalizado. Así van a enfrentar la nueva recesión económica que mantendrá al país, en términos de crecimiento económico, por debajo del nivel alcanzado en 2008. Recesión que según prestigiados analistas tendrá efectos duraderos más allá del 2015 y que mantendrá, en 1.6 por ciento anual el nivel de crecimiento del Producto Interno Bruto durante el gobierno de Calderón; lo cual se traduce en 0 crecimiento, si tomamos en cuenta el incremento de la población.

El tamaño de la crisis social, de la pobreza, desempleo, violencia y la desesperanza acumulada es evidente. En poco más de 5 años de gobierno calderonista se agregaron 13 millones de nuevos pobres a la cuenta oficial, ahora son más de 60 millones de mexicanos quienes vivimos en situación de pobreza. Situación que en el campo y las comunidades indígenas afecta al 75 o 78 por ciento de la población o, por otra parte, al 80 por ciento de las personas de la tercera edad. En esta cuenta macabra destacan los 8 millones de hombres y mujeres jóvenes que no estudian ni trabajan que forman parte de los más de 13 millones que no reciben ingresos y se hallan desempleados; más del 27 por ciento de la población económicamente activa del país. Por si fuera poco, en 5 años los ingresos perdieron su capacidad de compra en un 25 por ciento según las cuentas oficiales y más del 30 por ciento según otras estimaciones.

Al mismo tiempo, el mercado laboral de la frontera se ha reducido sustancialmente; la economía estadounidense tiene renovadas dificultades para crecer y absorber a las 500 mil personas que huyen de nuestro país por motivos económicos. Mientras tanto en Europa estalló la recesión con una cauda de desempleo y caída de los ingresos que no tiene para cuando superarse.

Por otra parte, las guerras promovidas por Estados Unidos y los países de la OTAN, no alcanzan para relanzar el crecimiento económico a pesar de la ocupación de Libia, Irak, Afganistán y amplias zonas de Paquistán, entre muchos otros territorios. Estados Unidos, Israel y la Unión Europea amenazan con otra guerra en Siria, Irán, Líbano y Palestina: el petróleo, el monopolio de las armas nucleares y la derrota del islamismo social son algunos de los principales objetivos. La vieja Europa capitalista, los Estados Unidos y Canadá necesitan acumular fuerzas para enfrentar la competencia China y la del resto de países del llamado BRIC, Brasil, Rusia e India, entre otros, para mantener en términos manejables su decadencia y la del sistema capitalista.

El desarrollo de luchas democráticas en América del Sur y la aparición de los movimientos de indignados y las rebeliones en el norte de África, a pesar de que algunas han sido usadas por la OTAN, son la respuesta social al capitalismo neoliberal. Estamos ante una nueva ola de levantamientos civiles de alcance mundial que seguramente no tardará en hacerse presente en México. Mientras tanto, el estado yanqui inicia su repliegue estratégico hacia su zona imperial inmediata, Canadá, América Latina y el Caribe. Aquí, el gobierno mexicano y colombiano son sus principales alfiles para la generalización de acuerdos de Libre Comercio y de los procesos de ocupación político militar que les acompañan. El indigno papel jugado por el señor Calderón en el caso de la renacionalización del petróleo argentino, lo pintan de cuerpo entero: un esquirol y un títere al servicio de las empresas multinacionales y las grandes potencias.

En México la recolonización avanza como proceso de integración y de subordinación de la oligarquía y el estado mexicanos a los Estados Unidos. El libre comercio,

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