Cristiada
Enviado por • 20 de Mayo de 2013 • 4.224 Palabras (17 Páginas) • 267 Visitas
El Conflicto entre el Estado y la Iglesia
El conflicto entre el Estado y la Iglesia antes del año de 1926, había sido eso a un conflicto entre el Estado y la Iglesia sin involucrar a la feligresía Católica tanto a las elites intelectuales como a los ricos ni a los católicos pueblerinos puesto que los conflictos entre la iglesia y el estado se habían calmado sin llegar a utilizarlos a sus feligreses y al ejercito directamente para que se enfrentarán antes de 1926, puesto que en ese año los suceso que involucran tanto al ejercito como a los católicos es verdaderamente complejo. Ya que los católicos se sienten limitados en sus derechos y libertades por las medidas que se tomaran para hacer cumplir las leyes antes establecidas que se habían dejado de lado. Es notorio que la Iglesia Católica es la que pierde en estos enfrentamientos por lo que para el año 1925 empezaba el mas violento capitulo del conflicto entre el Estado y la Iglesia en México, ese conflicto multisecular que se remonta a los primeros siglos del cristianismo.
La ideología tiene un papel central en dicho proceso puesto que las mentalidades de todos los que intervienes no son justificadas en sus arraigos de individuos como parte de un país que busca sostener su identidad que se ha ido formando,
tan atropelladamente por un gobierno y una iglesia que buscan manejar las políticas del país, las cuales les favorezcan como instituciones, puesto que los dos buscan la paz, la unión y el acurdo del país, provocan lo contrario, esto es muy notable con la Creación del Partido Católico Nacional “Limantur maniobra para ganarse a los católicos.-Se apresura la formación del Partido.-Actitud equivocada de don Trinidad Sánchez Santos” J. Correa 68) puesto que lejos de llegar acuerdos las fragmentaciones son el resultado menos esperados de los grupos políticos que intentan controlar al país después del Porfiriato.
Las dimensiones mismas de la tragedia convencieron al Estado y a la Iglesia de poner fin a un enfrentamiento que iba en contra de los fines perseguidos por ambas instituciones: la paz, el desarrollo y la justicia que permiten a todos los hombres vivir en libertad de acuerdo con sus creencias y conciencia, que anterior mente Madero quiso utilizar para fundamentar su gobierno, pues “Madero estaba bien dispuesto para los católicos, y de ello dio pruebas en su gira de propaganda, durante la revolución y después de ella, y no podrá negárseme que en lo general procuró respetar sus compromisos y manifestarse consecuente con su ideales, ya que de esto da testimonio brillante su respeto por la libertad de la prensa, que le costó la vida”. J. Correa100)
Las condiciones que permitieron el enfrentamiento entre el gobierno del presidente Calles y una buena parte de la cristianidad mexicana en algunos estados como lo fue la Cristiada de los Altos en Guadalajara, Michoacán, Colima, Nayarit, Durango, Zacatecas, Aguascalientes, sin olvidar Puebla, Guerrero, Morelos, los volcanes y Oaxaca. La Cristiada de un pueblo es asombrosa puesto que se siente agraviado en su fe y que, por tanto, desafía a un gobierno de hierro y a un ejército que lo aventaja en todos los terrenos menos en uno: en el del sacrificio puesto que está en contacto con él. La lucha desigual, como en las luchas bíblicas La cual es utilizadas con sagacidad por los sacerdotes Cristeros que buscan tener persuadidos a los creyentes, para manejarlos a su beneficio, no importándoles las atrocidades que se realizarían por parte de los dos grupos para tener el control
uno del otro.
Las desventajas eran dimensionales una de la otra pero aun así se enfrentaron cada uno convencido de tener los motivos justos para hacerlo.
La Cristiada que sorprende tatos a personas como instituciones; sorprende al ejército y a su gobierno, a la Iglesia, a los insurgentes mismos que se lanzan sin más preparativos que los necesarios para la muerte, muerte que les espera después de la penitencia pública, de la peregrinación y de la suplica, de la procesión y de la fiestas patronales celebradas con pasion.
La guerra cristera es esto y esta al termino de todo eso y es todo eso a la vez. Sobresale la contradicción espectacular que existe entre la lentitud y el estancamiento del conflicto político entre la Iglesia y el Estado, y el repentino estallido del levantamiento popular y pueblerino. El conflicto político sigue su caminito tranquilo Y de repente, ese movimiento revolucionario, ese movimiento popular, estalla imprevisto, sin precedente, todo a través de todo, inesperado, no preparado, no organizado, ni por los partidos ni por las organizaciones confesionales.
Este capítulo ha sido el más dramático porque provoco el levantamiento del pueblo católico conocido como la Cristiada entre 1926 y 1929.
Pues es cuando el Estado pretende acorrala a la Iglesia en aquel verano de 1926, puesto que el presidente Plutarco Elías Calles, promovió la reglamentación del artículo 130 de la Constitución a fin de contar con instrumentos más precisos para ejercer los severos controles que la Constitución de 1917 estableció como parte del modelo de inmovilización de las iglesias al Estado aprobado por los constituyentes.
Estos instrumentos buscaban limitar o suprimir la participación de las iglesias en general en la vida pública, pero--dadas algunas características de la legislación, como el hecho que se obligaba a los ministros de culto a casarse y se prohibía la existencia de comunidades religiosas--es posible afirmar que tenían un claro sesgo anti-católico por ser esta confesión la única que en México cuenta con ministros solteros y con comunidades en las que personas deciden convivir.
La radicalización hizo que en zonas de los estados de Guanajuato, Jalisco, Querétaro, Aguascalientes, Nayarit, Colima, Michoacán y parte de Zacatecas, en la Ciudad de México, y en la península de Yucatán creciera un movimiento social que reivindicaba los derechos de libertad de culto en México.
La dirigencia del movimiento, cercana pero autónoma respecto de los obispos, mexicanos, creyó viable una salida militar al conflicto, por lo que decide suspender los cultos, medida de otros tiempos. El país entero se encuentra de hecho -no de derecho, pero en la práctica en entredicho. Campanas mudas, tabernáculos vacios, liturgia suspendida, vida sacramental clandestina. Porque el gobierno responde a la huelga del culto público con la prohibición del culto privado. La Iglesia suspende, el Estado impide, al pueblo se le priva de los sacramentos; no se puede bautizar al niño, no se puede contraer matrimonio, ni confesar, ni comulgar. Se tiene que morir uno como perro callejero, sin una queja, tras una vida miserable, "Más vale morir
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