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Cultra Tolteca


Enviado por   •  29 de Noviembre de 2012  •  4.678 Palabras (19 Páginas)  •  492 Visitas

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Tolteca

Tolteca, Pueblo (en náhuatl, 'maestros constructores'), pueblo nativo de México que emigró desde el norte de lo que ahora es México, tras la decadencia (en torno al año 700 d.C.) de la gran ciudad de Teotihuacán, y que estableció un estado militar en Tula, a 64 km al norte de la moderna Ciudad de México, en el siglo X d.C. Se pensó que su llegada marcó el cenit del militarismo en Mesoamérica, puesto que el ejército tolteca empleó su mayor potencia para dominar las sociedades vecinas. El pueblo tolteca creó una refinada cultura, que incluía conocimientos sobre la fundición del metal, el trabajo de la piedra, la destilación y la astronomía. Su arquitectura y su arte reflejan influencias de Teotihuacán y de la cultura olmeca. Los restos de Tula, a veces llamada Tollan Xicocotitlán, incluyen tres templos piramidales, de los cuales el más grande está rematado por columnas de 4,6 m de altura en forma de estilizadas figuras humanas conocidos como "atlantes" (guerreros); se cree que estaba dedicado a Quetzalcóatl, la Serpiente Emplumada, deidad que los toltecas adaptaron de culturas anteriores y la adoraron como el dios del planeta Venus. Según la leyenda, un dios rival tolteca Tezcatlipoca, hizo que Quetzalcóatl y sus seguidores abandonaran Tula en torno al año 1000 d.C. Se desplazaron al sur y posteriormente desarrollaron la ciudad maya de Chichén Itzá, convirtiéndola en su capital y en un importante centro religioso.

La civilización tolteca decayó en el siglo XII, cuando los chichimecas, junto con otros pueblos indígenas, invadieron el valle central y saquearon Tula. Los toltecas del sur fueron absorbidos por los mayas, a los que habían conquistado anteriormente. Hacia el siglo XIII la caída de Tula y del poder tolteca abrió el camino para la ascensión de los aztecas.

Hace más de 1,000 años, los toltecas vivieron en el Valle de México, o mejor dicho el valle de Anáhuac. El nombre "tolteca" quiere decir "maestros de arquitectura". Como los maya, la civilización tolteca se hacía a base de sus creencias religiosas, y más que nada en la adoración de la serpiente emplumada, Quetzalcóatl. Según la leyenda, Quetzalcóatl fue una persona verídica-un cacique o líder de los toltecas-y por sus hazañas se convirtió en un dios. Sin embargo, por razones de facciones fue exiliado de Tula (el centro o capital de los toltecas). Antes de marcharse hacia el este prometió volver un día, específicamente en el año ce actl. Como veremos más tarde, esta promesa y leyenda formaría un papel importantísimo tres siglos más tarde en la conquista de los aztecas por los españoles.

Entre otras características los toltecas se distinguen por su arquitectura de templos enormes (más grandes pero menos refinados que los maya); por ser agricultores de maíz y algodón; pulidores de metal que utilizaban para el decoro de ornamentos hermosos de oro y plata; una forma o sistema sofisticado de pictográficos que servía como su escritura; y logros astronómicos.

Para 1300 d.C. su civilización entró en un estado de caos y decadencia. Fue durante esta época cuando un grupo nómada del norte (o chichimecas) llegó al valle de Anáhuac. En aquel entonces este tribu o familia étnica, los aztecas-mexicas, no tenía ninguna importancia en comparación a las culturas anteriores, ni siquiera en comparación con otros que en ese momento habitaban el valle de Anáhuac; sin embargo dos siglos más tarde ya habían llegado a ser un poder imperial cuyo territorio y mando extendía desde lo que es actualmente el sudoeste de los EEUU hasta más allá de Centroamérica.

EN TULA TAMBIÉN SE CELEBRABA EL FUEGO NUEVO

Tula, Hgo.- El eslabón que faltaba para confirmar que los toltecas realizaban la ceremonia del Fuego Nuevo lo constituyen las recientes investigaciones de la arqueóloga Clemency Coggins (de la Universidad de Harvard), quien encontró en la Ciudad de Tula lápidas con recipientes de copal encendido.

La historia se ve reforzada por el descubrimiento de la escultura Huihmolpilli, vaso en donde aparece representado el sacerdote —seguramente Quetzalcóatl— en el acto. La pieza, llamada Atado de Años, contiene una serie de cañas, y transversalmente muy cerca de los extremos, unas cintas o amarres.

En entrevista el arqueólogo Carlos Hernández Reyes dijo que la escultura se tallaba cada 52 años, con motivo de la celebración del Fuego Nuevo. "Se creía que al final de cada siglo el sol no podría salir más; el mundo se perdería en las tinieblas y los tzinimes, especies de monstruos, bajarían a la tierra y devorarían a los hombres".

Se dice que todas las personas rompían sus pertenencias y esperaban con angustia los acontecimientos. Hernández Reyes habla de esa peregrinación de sacerdotes aztecas que se dirigían solemnemente al Cerro de la Estrella, donde a media noche, a cielo abierto, con una tablilla de madera encendían sobre el pecho de un prisionero, sacrificado el Fuego Nuevo.

Tula se hallaba en ruinas antes de la llegada de los españoles

El primer pueblo prehispánico del centro de México, el tolteca, cuenta con datos históricos, referentes a diversos aspectos de su cultura: relatos de migraciones, fundación de la ciudad, nombres de reyes, su desarrollo, conquistas y decadencia.

Existe numerosa bibliografía de su pasado, de la Colonia, de la historia de Tula: el Códice Florentino de Sahagún, Los Anales de Cuautitlán, La Historia de los Mexicanos por sus Pinturas, y los textos de Ixtlixóchitl, Motolinía, Muñoz Camargo y Torquemada.

Introducirse a la ciudad de Tula, en especial a la zona arqueológica, implica hacer un viaje en el tiempo. A medida que se recorren sus avenidas, se toca la creatividad de los toltecas.

Por sus tallas en basalto, se observa la cantidad de mano de obra que se necesitó y se adivina el movimiento y control de grandes masas. Su organización social fue realmente ejemplar, así como su producción y distribución de materiales que circulaban en el México antiguo.

Siglos antes de la llegada de los españoles, la ciudad de Tula, capital de los toltecas, estaba en ruinas. Paradójicamente, después adquirió una importancia legendaria para los pueblos de México, semejante en algunos aspectos a la importancia simbólica que tiene Jerusalén para los judíos y cristianos.

En las crónicas indígenas de la época azteca se conjuntan sucesos históricos de la Tollan, una ciudad idealizada donde se mezclan la historia y el mito. Símbolo de la metrópoli por excelencia, habitada por artistas y poetas a quienes se les atribuía la invención de la escritura y la dramaturgia.

Los emperadores mexicas viajaban a Tula, mandaban ofrendas religiosas para ser enterradas en sus ruinas sagradas,

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