DISCURSO PARA EL 9 DE JULIO

9 DE JULIO

En 1816 un País entero decidió alzar la voz para hacerse oír al otro lado del Océano. Muchos años habían pasado desde que los conquistadores españoles dejaran sus huellas en este territorio. Nuevas pisadas habían recorrido estos caminos, muchas aldeas iban creciendo distantes y cientos de hijos nacían agrandando las mismas.

El mapa tenía otro forma, pero no era nuestro, y el sentido de propiedad impulsó a los criollos a reunirse en un congreso, y Tucumán fue el lugar elegido. Pequeño, lejano, impregnado de aroma y derrochando color, su belleza natural justificó el sacrificio del viaje.

Un objetivo común estimulaba a los representantes de las Provincias Unidas, LA INDEPENDENCIA.

Había en el aire excitación y suspenso. La vieja casa de los Bazán Laguna dejó su anonimato para siempre y prestó sus salas para votar entre un gobierno monárquico o republicano.

Todos quisieron ser independientes, para darle sentido a su libertad, para pensar que valía la pena echar raíces en esta tierra sintiéndola propia.

Nuestros antepasados, se jugaron por entero y nos dejaron la herencia más preciada: LA LIBERTAD, y el país hizo uso de ella.

Hoy los herederos de esa Patria luchamos por mantener vivo el sentimiento de aquellos hombres.

Queremos ser independientes con trabajo digno para todos, sin carencias, con padres con tiempo de sobra para sus hijos y que los únicos chicos de la calle sean los que juegan en las plazas.

Que la independencia del 2005 nos quite el miedo, la angustia, la apatía y el descreimiento.

Apostemos a un país que cada año espera todo de nosotros, porque él ya hace mucho tiempo nos dió todo lo que tenía.

Y ser argentino no será un destino heredado, sino una maravillosa elección, PORQUE SOLO ES DIGNO DE LIBERTAD AQUEL QUE CADA DÍA VUELVE A CONQUISTARLA

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