Desarrollo Wolfgag Sachs

Desde 1992 una serie teóricos encabezados por Wolfgag Sachs, afirmaron que la época del desarrollo, estaría próxima a su fin, abriendo paso así a una serie de cuestionamientos sobre ¿ que vendría después de esta era ?; En el intento de responder a esta pregunta, algunos teóricos y antropólogos como Arturo Escobar empezaron a hablar de una “era de postdesarrollo”. Es por esto, que este mismo en su artículo sobre el Postdesarrollo como concepto y practica social, va a explicar un poco más afondo de donde y por qué nace dicho concepto como respuesta al fin del desarrollo, desde una óptica mucho más social y cultural.

Como lo menciona el autor para poder comprender plenamente el surgimiento de la noción de postdesarrollo y como ha funcionado en el debate sobre desarrollo internacional, es importante ubicarlo en primera instancia de forma breve dentro del campo de estudios sobre el desarrollo. A lo largo del tiempo las conceptualización sobre el desarrollo en la ciencias sociales ha visto tres momentos principales correspondientes a tres orientaciones teóricas contrastantes: 1. La teoría de la modernización en las décadas de los cincuenta y sesenta, con sus teorías aliadas al crecimiento y al desarrollo, dicha teoría inauguró un periodo de certeza bajo la premisa de los efectos benéficos del capital la ciencia y la tecnología. 2. La teoría de la dependencia en los años sesenta y setenta, la cual planteaba que las raíces del subdesarrollo se encontraban en la conexión entre la dependencia externa y la explotación interna, para estos teóricos el problema no residía tanto en el desarrollo sino en el capitalismo. 3. Teoría Critica Cultural en la segunda mitad de la década de los ochenta y los años noventa, dichos críticos analizaban el desarrollo como un discurso de origen occidental que operaba como un poderoso mecanismo para la producción cultural, social y económica del Tercer Mundo. Dichos teorías mencionadas  pueden ser clasificadas de acuerdo  con los paradigmas originarios de los cuales emergieron: teorías liberales, marxistas y posestructuralistas, respectivamente.

Dado que la noción del postdesarrollo proviene directamente de la crítica postestructuralista, el autor hace referencia en la importancia de repasar brevemente los elementos principales de esta aproximación analítica. Por consiguiente pasa a explicar cómo el motivador principal de la crítica postestructuralista no fue tanto el proponer otra visión del desarrollo, sino el cuestiona precisamente los modos que Asia, África, Latinoamérica llegaron a ser definidas como “subdesarrolladas” y por consiguiente, necesitadas de desarrollo. Para el autor  la respuesta a este cuestionamiento comprende muchos elementos fundamentales, entre los cuales se encuentra, entre otras, la idea sobre como el discurso de desarrollo ha operado a través de dos mercados principales: la  profesionalización de problemas de desarrollo, lo cual ha incluido el surgimiento de conocimientos especializados así como campos para lidiar con todos los aspectos del subdesarrollo y la institucionalización del desarrollo, es decir la red de organizaciones ( Banco Monetario, Fondo Monetario Internacional, Sistema de la Organización de Naciones Unidas). Desde esta perspectiva, las estrategias como el desarrollo rural, por ejemplo, como lo menciona el autor, podrían verse como un mecanismo sistemático para vincular conocimientos expertos sobre agricultura, alimentos, etc. con intervenciones particulares ( extensión agrícola, crédito, infraestructura) de formas  que aun cuando parecen ser la forma natural de hacer las cosas, resultaron en una transformación profunda del campo y de las sociedades campesinas de muchas partes del Tercer Mundo.

Un evidente descontento con el desarrollo en muchos sectores del “Tercer Mundo”, junto con una extensa serie de análisis, fue lo que dio lugar, según Escobar, al surgimiento de la idea de postdesarrollo. La desconstrucción del desarrollo, en otras palabras, llevó a los postestructuralistas a plantear la posibilidad de una “ era del postdesarrollo”, esto significó para algunos generalmente una era en la que el desarrollo ya no sería el principio organizador central de la vida social, una era en donde el desarrollo no tomaría lugar únicamente bajo la mirada de occidente. Otros añadieron una re valoración de las culturas vernáculas, la necesidad de depender menos de los conocimientos de expertos y más de los intentos de la gente común de construir mundos más humanos, así como cultural y ecológicamente sostenibles.

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