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Diversidad Cultural


Enviado por   •  17 de Abril de 2015  •  12.289 Palabras (50 Páginas)  •  233 Visitas

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Diversidad Cultural como Debate Contemporáneo

Es sinónimo de diálogo y de valores compartibles.

La diversidad es a menudo percibida como una disparidad, una variación, una pluralidad, es decir, lo contrario de la uniformidad y de la homogeneidad. En su sentido original y literal, la diversidad cultural se referiría entonces simplemente a la multiplicidad de las culturas o de las identidades culturales. Pero hoy en día esta visión está superada, ya que para numerosos expertos, la “diversidad” se define no tanto por oposición a “homogeneidad” sino por oposición a “disparidad”.

Debido a la Conquista de México consumada por los españoles en 1521 fue el mestizaje. Esta mezcla se dio en muy diversos aspectos: desde el más evidente del mestizaje racial, hasta muchas variantes del que podríamos llamar mestizaje cultural, de manera particular el que se refiere a las cocinas. En esta materia alimenticia no hubo conquista sino unión, matrimonio, suma y multiplicación.

Dos elementos fundamentales —el indígena y el español— en realidad era un cúmulo de conocimiento más allá de lo azteca y lo ibero. La cocina española trajo a México buena parte de las tradiciones culinarias europeas, con una importante dosis de hábitos provenientes del norte de África; apenas 30 años antes de la conquista de México, España a su vez había concluido ocho siglos de permanencia árabe o mora en su ámbito peninsular.

El territorio que hoy conocemos como México cobijaba a muy diversos grupos indígenas perfectamente diferenciados entre sí, no sólo por sus variados elementos culturales, como son el atuendo tradicional, la vivienda, las costumbres religiosas o la cocina, sino por algo más tajante y evidente: el idioma.

A finales del siglo XX, nuestro país sigue siendo uno de los principales del planeta por lo que se refiere a su diversidad cultural indígena. Cuando una cultura se empieza a perder o diluir, lo primero que comienza a desaparecer es la lengua propia; por ello, la permanencia del idioma autóctono es el mejor indicador de la sobrevivencia cultural de un pueblo, con sus rasgos originales. Pues bien: a dos años del cambio del milenio, la India es el principal país del mundo por cuanto al número de sus idiomas indígenas vivos, con la cifra de 72 (sin considerar las variantes dialectales). México está en segundo lugar en el orbe con 62 idiomas, en pleno 1998. Para sopesar la importancia de esa posición nuestra, conviene anotar que China tiene el tercer lugar con 48 lenguas y la que fue la Unión Soviética tenía el cuarto lugar con 35. Todas estas cifras no son meras disertaciones lingüísticas; reflejan algo más trascendente, como es la supervivencia pasmosa de cultura ancestral; en el caso mexicano, la mayoría de las culturas indígenas son de muchos siglos de antigüedad, algunas hasta de milenios.

Lo anterior quiere decir que México es una potencia mundial en materia de culturas populares y una de las manifestaciones más importantes de la cultura es la cocina de los pueblos.

Nuestra diversidad cultural, pluriétnica, no podría ser un fenómeno repentino: es el desenlace actual de nuestra historia antigua. Aunque no es posible precisar alguna cifra de manera corroborada, se puede afirmar que en aquellos años de la conquista de Tenochtitlán, de seguro había en México más de cien grupos étnicos diferenciados; naciones indias, les llamaban entonces. Cada etnia tenía sus propias costumbres gastronómicas, si bien con algunos patrones o troncos comunes que eran —y siguen siendo— el maíz, frijol y el chile.

El mestizaje gastronómico se inicia en 1521 con la caída de la ciudad de México a manos de los españoles y va desarrollándose después a lo largo de tres siglos, a la par que avanzan las fuerzas militares y religiosas de los conquistadores hacia el sur, el occidente y el norte de esta metrópoli. Hay que recordar que, ya entrado el siglo XVIII, apenas se lograba la conquista, allá por los rumbos de Sonora y las Californias.

A pesar de los debate sobre la diversidad cultural, tiene muchas implicaciones políticas .En una idea político que no puede circunscribirse al horizonte de tal o cual país, de tal o cual movimiento ético, de tal cual “diferencia “. Incluye una sociedad civil que va más allá del círculo del estacionamiento, y que tiene mucho como escenario para su desarrollo. Se planea hoy en día bajo el signo de una aparente contradicción. Se firman simultantaneamente conceptos que muchas veces parecen excluyentes: integración /diferencia/globalización/localización.

Los individuos tendrían en todas partes las mismas necesidades básicas: alimentarse, vestirse desplazarse por la ciudad, ir al cine o de compras, etc. Corresponderías al mercado y a los bienes materiales modelados satisfacer estas necesidades.

En un mundo contemporáneo estaría constituido por espacios en conexos, por fragmentos diversos (algunos dicen “fretados”) independientes unos de otros. En el contexto de la formación de bloques económicos. Una vez considerando este aspecto integrador se vuelve inmediatamente a la premisa anterior: la diferencia cultural (especificidad de las regiones, riquezas de las cultural locales, variedad de los pueblos y el patrimonio nacional).El debate oscila entre la “totalidad” y “parte”, entre “integración” y “diferencia”, entre “homogeneización” y “pluralidad”.

Dos disciplinas nos ayudan a considerar la problemática de la diversidad cultural. La primera es la antropología, surge del siglo XIX, recalcando ajena. Al examinar las sociedades primitivas, revela tipos de organizaciones sociales fundamentalmente distintas a las sociedades industrializadas (relaciones de parentesco, creencias mágicas, explicaciones mitológicas, etc. Para algunos autores esta distancia es tal que hasta se hace difícil comprenderla (es el caso de Levy-Bruch, cuando define la mentalidad primitiva como algo ininteligible para el pensamiento científico), la cual fue desechada. De cualquier manera, en ambos casos, lo que está planteado en el entendimiento entre grupos distantes en el espacio y en el tiempo, ósea, un conjunto de formaciones sociales que habría florecido a la sombra de la historia de los mundos “civilizados”.

Toda cultura debería por lo tanto arraigasen un territorio especifico, en un centro y con fronteras bien delimitadas, alejando del caos, del desorden, lo ajeno, lo peligroso., por ellos los pueblos primitivos perfeccionaron una serie de mecanismos purificatorios y exorcista pata para relacionarse con lo extranjero…

La segunda disciplina es la historia, ella nos habla de la milticidad de pueblos y civilizaciones que se interpenetran y se suceden con el paso del tiempo (egipcios, sumerios, griegos, romanos, chinos, árabe….) un cuadro

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