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Diversidad Cultural


Enviado por   •  25 de Enero de 2015  •  2.205 Palabras (9 Páginas)  •  307 Visitas

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Cultura y multiculturalismo

Por: Edgar Pérez Ríos

Introducción

La diversidad cultural ha estado presente en nuestro mundo desde épocas antañas, cada sociedad ha buscado sus formas de organización y preservación; la cultura ha desempeñado un papel clave en dichos procesos, sin embargo, no ha sido sino hasta las últimas décadas que este tema ha sido llevado a la literatura por un número cada vez mayor de estudiosos. En este sentido, la diversidad cultural constituye un campo disciplinario en construcción.

Es, precisamente, debido a la diversidad de estos estudios que existen distintas posturas teóricas desde las cuales se ha abordado el tema, así también porque cada autor tiende al estudio de la diversidad cultural bajo su propio sentido (Díaz Couder, 2009: 28); lo cual implica que no haya un consenso claro sobre el mismo. Aunque me atrevo a aseverar que la lógica occidental ha permeado los estudios sobre la diversidad cultural y el multiculturalismo.

En este breve ensayo nos proponemos exponer las posturas más significativas con respecto a la diversidad cultural y/o el multiculturalismo, no necesariamente explicitando cuál noción es la más acertada, sino más bien en aras de contrastar tales enfoques con el objeto de dilucidar el devenir histórico por el cual ha transitado el saber en torno a la cultura. Cabe mencionar que nos apoyaremos de las lecturas analizadas y discutidas a lo largo de las sesiones que conforman esta primera unidad.

El concepto de cultura en un contexto moderno

Un acercamiento hacia el concepto de cultura y la forma en cómo se lo ve, lo expone Antonio Ariño (1997), quien en su obra presenta dos grandes enfoques: la visión humanista y la visión antropológica de cultura. La primera afirma que la cultura es un atributo perteneciente al ser humano, pero no a todos, sino a aquellos que están en condiciones de adquirirla, en este sentido, se trata de una postura jerárquica y estratificada. Quienes son portadores de esta cultura son las clases dominantes, asumiendo que dicha cultura es la única válida y que puede ser considerada como auténtica, tendiendo a desdeñar la cultura de las clases subalternas ya que no se les ve como tal, sino únicamente como prácticas incivilizadas e incluso bárbaras; adjudicándole términos como: ignorancia, rusticidad, grosería, superstición, oscuridad, gente baja y vil, vulgaridad, bestialidad; en contraposición a la cultura dominante, la cual denota un conocimiento superior, la conducta refinada y el cultivo a la inteligencia asociados con la clase alta. (Amelang, 1986, en Ariño, 1997: 16-17). Bajo esta luz, la cultura es vista como la ideología de la excelencia, como un punto cumbre de la naturaleza humana.

La segunda postura intenta superar la visión humanista, en el sentido de que la cultura dominante no es la única cultura válida, o más aun, no es la única cultura, sino que la cultura es, ante todo, singular, es decir, cada sociedad es capaz de construir sus propios sistemas culturales, ya que este enfoque sostiene que la cultura es el estilo y la forma globales de vivir de una colectividad. En palabras de Edward Tylor:

La cultura es todo lo creado por los seres humanos, la generalidad de la vida de una sociedad, el modo de vida específicamente humano, la totalidad de la experiencia humana acumulada y transmitida socialmente y que en cada grupo humano tiene una concreción y una singularidad. (Tylor, 1871 en Ariño, 1997: 28)

Se entiende que toda cultura es digna, en tanto construcción colectiva. Si bien existen culturas más desarrolladas tecnológica y científicamente, esto no las hace superiores a las demás, simplemente son expresiones de desarrollo de esas sociedades. La culturas menos desarrolladas en esos ámbitos siguen siendo dignas, únicamente tienen expresiones culturales diferentes, y es precisamente esta característica lo que da pauta para hablar de la diversidad cultural; desde ahí queda superada la visión humanista, puesto que al hablar de diversidad ya estamos hablando de la presencia de muchas culturas (multiculturalismo).

Aunado a la visión antropológica existe una visión ontológica de cultura, cuya premisa es que todos los seres humanos construyen cultura en tanto conviven en sociedad. Mediante la interacción social se construye y se constituye como ser social, de manera que esta perspectiva mira a la cultura bajo una óptica empírica, es decir, se vive y se experimenta a la luz de la realidad expresada en la interacción social.

Llegados a este punto es obvio que estamos aceptando la visión antropológica de cultura para el tratamiento de la diversidad cultural, de lo contrario ¿de qué hablaríamos en las siguientes páginas?

Las problemáticas de la diversidad cultural

Al asumir la existencia de la diversidad cultural, en realidad se genera una enorme responsabilidad, puesto que estaríamos refiriéndonos al estudio de las culturas, y ya no solo de la cultura. Pero la responsabilidad no solo se gesta en el seno de los estudios intelectuales, sino también se traduce en política educativa, en la esfera organizacional del Estado, entendiendo a éste íntimamente ligado con el plano de lo social, y en la misma interculturalidad.

El problema es que, por ejemplo en el caso de México, nuestras autoridades educativas no han puesto énfasis en el asunto de la interculturalidad. El multiculturalismo se manifiesta a ojos vistas en la sociedad mexicana, sin embargo, me atrevo a decir no existe una estrategia educativa seria que contemple a la diversidad cultural y a la interculturalidad como elementos claves dentro del desarrollo social. Y es que no se ha hecho nada por la simple razón que esto no converge con las tendencias globalizantes actuales, todo se mueve bajo las lógicas del sistema capitalista y por ello se privilegia a la cultura occidental, puesto que ésta está hermanada con el sistema imperante, de manera que al resto de las culturas se les obliga a subordinarse a la cultura occidental, si no se quiere caer en el riesgo de ser culturas atrasadas. En realidad se trata de un asunto de violencia simbólica a gran escala.

Siguiendo a Marcelo Dascal (2004), existen hoy día dos tendencias socioeducativas contrapuestas: diversidad y homogeneización, donde parece ser ésta le está ganando la partida a aquélla. La política educativa y las dinámicas sociales favorecen a la homogeneización; se acepta una cultura dominante, la cual se reproduce en los espacios escolarizados y en otros espacios menos formales:

Se pasa a concebir a la educación como un instrumento que sirve para cumplir ciertas “funciones” sociales. Generalmente la función de la educación es concebida como la de preparar a los individuos para el desempeño satisfactorio de

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