Dogmatica Juridica
Enviado por zullinsita • 27 de Noviembre de 2013 • 2.233 Palabras (9 Páginas) • 314 Visitas
La dogmática jurídica
es una disciplina perteneciente al Derecho, cuyo método se basa en la de complejos sistemas de carácter formal, compuestos por dogmas jurídicos o tipos. Tales dogmas han de extraerse del contenido de las normas jurídicas positivas, utilizando la abstracción, y siguiendo una serie de operaciones lógicas que otorgan a la dogmática jurídica un carácter eminentemente sistemático.
En contraposición al método exegético, en el que la interpretación de la norma se sustenta en el sentido de las palabras reflejadas en el derecho positivo, el método dogmático se atiene a los principios doctrinales como medio principal para interpretar el sentido de la norma jurídica. Estudia el contenido normativo de las leyes, de todo un sistema juridico o de sectores concretos de cada sistema jurídico y la fuerza socialmente organizada con el derecho dogmático son dos normas jurídicas.
Teoría y practica
Por Gabriel Boragina
Sigue siendo moda ridiculizar a los pensadores, intelectuales, estudiosos, etc. a quienes despectivamente se los llama "teóricos, idealistas, dogmáticos, fundamentalistas, ortodoxos" y a quienes se los acusa reiteradamente de vivir en una torre de marfil completamente alejados de la realidad. Quienes profieren tales acusaciones se jactan de ser hombres "prácticos y/o realistas" con los pies bien puestos sobre la tierra.
Sin embargo tales críticos se engañan a si mismos y desgraciadamente logran engañar a los más incautos con tales críticas, las cuales son totalmente infundadas.
La ideología, la teoría, siempre se encuentra en forma omnipresente en el hombre. Esa es justamente la característica que distingue a los seres racionales de los seres irracionales. La capacidad de pensar, esto es, de formular teorías y de actuar conforme a ellas. La función de la teoría es explicar la realidad, de manera tal que afirmar que teorizar es inútil o una simple cuestión de fe, es totalmente un contrasentido. Viola las leyes de la más mínima lógica.
En tal rumbo todo individuo está permanentemente teorizando sin importar a que se dedique. Puede ser un catedrático en una universidad, puede ser un famoso profesor o puede ser el muchacho que recoge la basura por las noches.
Están los que elaboran sus propias teorías y los que se ajustan a las teorías ajenas. En este sector se ubican precisamente los que se hacen llamar "hombres prácticos y/o realistas". Aquellos que con orgullo se hacen llamar pragmáticos a la vez que desdeñan a los teóricos, idealistas, dogmáticos, fundamentalistas, ortodoxos, ignoran que su pragmatismo no es otra cosa que las teorías elaboradas por otros acerca del pragmatismo. Su propia interpretación de la realidad responde a una teoría ajena. Y a ella se ajustan.
Un hombre que no teoriza sería semejante a un robot, a una máquina sin vida con un input y un output. Sería tanto como afirmar que el hombre carece de cerebro. O que bien lo tiene vacío.
La teoría puede ser buena o puede ser mala en la medida que explique correcta o incorrectamente la realidad. Si la teoría es mala resulta pues que se encuentra divorciada de la realidad a la que explica en forma inadecuada. Si la teoría es buena estará explicando correctamente la realidad. De allí la importancia de las teorías y de su bondad o maldad para explicar los fenómenos que se observan a diario.
Cuando el ser humano sólo andaba en carreta, los hombres "prácticos y realistas" de aquel tiempo se reían cuando algún genio con rostro desencajado y un poco despeinado venía y decía que un día un artefacto eléctrico (que tras los siglos sería conocido como tranvía) movería de un lugar a otro a los hombres. Se burlaban de él, así como los hombres "prácticos y realistas" de hoy se burlan de los pensadores. Los hombres "prácticos y realistas" de aquellas épocas le respondían al que hablaba del tranvía en la era de las carretas de esta manera: "lo que tu dices sobre ese artefacto que por si mismo sin caballos movería a los hombres de un lado a otro "es una simple cuestión de fe creer que funcionaria mejor o peor que este que hoy tenemos". Tal como ocurre hoy en pleno siglo XX o XXI (como más les guste).
Lo mismo sucedió en la época en que los hombres se iluminaban con velas. Hablar de la bombilla eléctrica era una locura, una arrogancia. A quien se atrevía a aventurar que el hombre viajaría por el espacio era condenado poco menos que al hospicio de enfermos mentales. Edison, Marconi, Ford, Bell, Verne, y otros grandes inventores y pensadores de un futuro inexistente en sus épocas, sufrieron las más encarnizadas burlas de sus contemporáneos por ser idealistas, por creer en un mundo imposible, un mundo que no existía EN ESE MOMENTO. Como también se burlaron de Colón y lo trataron de loco por creer que navegando hacia occidente se llegaría a oriente.
Los grandes genios de hoy fueron los absolutos dementes del pasado, no tan lejano.
Ellos fueron idealistas, teóricos, utopistas, hombres que eran acusados de estar completamente desencajados de la realidad.
Fueron objeto de burlas y de escarnio por parte de los hombres "realistas y prácticos" que se jactaban de ajustarse a los "hechos" y de encontrarse con "los pies bien puestos sobre la tierra" .
Los hechos responden a teorías siempre, por ende si se quieren mejorar los hechos deben mejorarse las teorías en la que dichos hechos se sustentan.
Sin teorías sería imposible establecer relaciones de causa y efecto. En tal sentido el hombre que se considera más práctico de todos y menos teórico, es el más teórico de todos.
Todo es ideología, todo es teórico. Esa es la característica fundamental del ser humano. Todo lo que hoy vemos que tiene existencia real y concreta, ha sido en su origen una idea, una teoría, una ideología. Desde la máquina de lavaplatos hasta el sistema democrático, todo ha nacido de una idea de alguien, de una teoría.
Todo es teoría, hasta la teoría que dice que no es bueno manejarse con teorías, lo que constituye una teoría y como tal autocontradictoria.
En la medida que el hombre ejercita su potestad de pensar, está de hecho teorizando. De manera que resulta inconducente emprenderla contra la teoría en abstracto. La discusión deberá centrarse entonces entre las teorías prácticas y las teorías imprácticas o dicho de otra manera entra las teorías buenas y las teorías malas.
Pero nunca debe perderse de vista que en el mundo en que nos movemos se trata de un mundo hecho de teorías.
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