Durante los últimos meses se ha evidenciado la falta de compromiso

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Durante los últimos meses se ha evidenciado la falta de compromiso por parte de la clase política para con la ciudadanía, este es un proceso que data desde hace muchos años y es que nace cuando cada individuo deja de pensar colectivo, para centrarse en sí mismo.  Es un círculo vicioso en la medida que el ciudadano tampoco se compromete a mejorar como ser político y verdadero agente dentro de su vida en democracia. La historia es una ciencia que busca dar una perspectiva general, pero sobre todo criticar y analizar de los sucesos del pasado, relacionarlo con el presente y así planificar el futuro. Aquí daremos algunas razones de porque estudiar historia en la universidad peruana es importante.

Estudiar historia en la universidad es importante porque ayuda a desarrollar la capacidad analítica, critica, así como a relacionar los sucesos del pasado con los del presente para que no se vuelvan a cometer los mismos errores. Como dijo Marco Tulio Cicerón, “Los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla”. Por ejemplo, cuando se sabe que un candidato político ha tenido antecedentes negativos, en el mejor de los casos tendrá menos posibilidades de ser elegido. De lo contrario, si la población deposita su confianza de nuevo, pues será una oportunidad para mejorar y enmendar las equivocaciones.

Porque conocer los sucesos más importantes desde el nivel local hasta el global conduce a reconocer las diversidades culturales y sociales, a cultivar el sentido de pertenencia a un lugar e identidad nacional. En el caso de muchos peruanos que al preguntarle sobre las cosas que le hacen sentir orgullo de su país, aluden a las comidas, montañas, minerales y animales. Sin embargo, los extranjeros afirman estar orgullosos de su país por la inspiración, el impulso y su gran aporte a la sociedad actual y anterior. Se debe dialogar entre aquello que mueve a las masas peruanas y que verdaderamente son aporte para el mundo en el que se vive y fortalecerlo.

Incentiva la tolerancia y el respeto en la medida que al conocer nuevos puntos de vista, versiones y posturas el conocimiento se enriquece, pero también el alma. Admitir las diferencias y verlas como una oportunidad para trabajar en equipo, pues al formular juicios propios, sin presiones ni influencias externas se es libre. Dentro de un país tan diverso como Perú, con una historia excepcional, con etapas difíciles, estigmatizaciones, roces sociales, esta materia es imprescindible. Ya que, al salir de casa los estudiantes, se encuentren con un mundo totalmente diferente al de su zona de confort. Ahí descubren nuevos conceptos, ideas, modos de vida, expresiones y hasta sentimientos diferentes a los que inculcó la familia.

Para construir una cultura de valoración hacia el pasado en común, con posturas integradoras entre todos los peruanos que permitan resolver los conflictos actuales y elaborar un proyecto como nación, mucho más realista. Asimismo, formular juicios individuales, pero con un sentimiento colectivo de solidaridad. Al aceptar las diferencias, practicar la tolerancia, pero además promover el sentimiento de unidad, produciría el equilibrio que el país necesita, aplicando la razón, los criterios morales con el único objetivo de lograr el bien común. Como explica Burga, la historiografía peruana se ha contagiado de fuerzas centrífugas que debilitan y desintegran al país. En materia política, por ejemplo, no es necesario votar por candidatos con los que se tiene afinidad, con el que parece el mal menor, el que dona cosas sino, aquel que refleja el cambio con ejemplo de vida, a través de su trayectoria, con sus méritos personales, profesionales y además establezca consensos en todos los sectores. Para simplificarlo, que sea el punto medio de esta sociedad tan dividida. Eso es lo que debe buscar la historia, mejorar la vida del presente y del futuro.

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