ECONOMIA MEXICANA

Guillén, Héctor. “El sexenio de Crecimiento Cero”. Ed. ERA. México 1989

La reorganización surge como consecuencia del fracaso de la política de expansionismo económico basado en el déficit fiscal y la contratación de grandes deudas, lo que resultó en el retraso del crecimiento de la productividad. Los acuerdos y compromisos establecidos con varias entidades del capital mundial dieron como resultado el consabido rescate financiero, sin el cual el país se hubiera visto inmerso en la crisis.

El capital mundial exigió la aplicación de un estricto programa de saneamiento económico tendiente a resarcir su capacidad de pago. Primeramente están los objetivos destinados a buscar la elevación de los estándares de competitividad en relación con el mercado internacional y a atenuar los efectos del sobreendeudamiento. Estas medidas se orientan fundamentalmente a sanear las finanzas públicas, reducir el déficit y racionalizar la disponibilidad y el uso de divisas. En segundo lugar esta la estrategia de cambio estructural, cuyo objetivo es elevar los estándares de eficiencia capitalista, se tratará de ubicar el momento de una posible reactivación económica y los instrumentos y condiciones que apuntan en esa dirección.

Siendo la reorganización de la banca y la renegociación de la deuda externa acciones necesarias dentro de la estrategia general y representan puntos fundamentales de referencia para evaluar tanto la viabilidad de la reorganización como las posibilidades de reactivación económica.

Estas políticas y filtración de recursos al exterior explican por qué a pesar de la entrada de capitales y boom petrolero la economía mexicana crece por debajo de la media países de América Latina. También muestra cómo la política económica es pro-cíclica y acentúa el proceso recesivo que se deriva del menor crecimiento del mercado interno, de las exportaciones, remesas recibidas y entradas de capitales. Ello da por resultado no se cuente con condiciones productivas y financieras internas para sortear los embates de la crisis económica.

Se analiza la fragilidad que aqueja al sector externo, al haber sido los flujos de capital y el boom petrolero los que financian el creciente déficit de comercio exterior no petrolero, lo cual induce a una situación de alta vulnerabilidad en el comportamiento de dichas variables, pues se pasa a depende de factores exógenos.

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