EDUCACION INTEGRAL DE CALIDAD
Enviado por N2E9I4 • 7 de Julio de 2014 • 3.030 Palabras (13 Páginas) • 200 Visitas
Por: Antonio Pérez Esclarín
Por estar muy convencido de que el mundo, el país y también la educación están
sufriendo una fuerte crisis de orientación y de sentido, quiero iniciar mis palabras con
un ferviente llamado a la creatividad, el coraje y la esperanza. No son tiempos para
educadores rutinarios, sumisos, pusilánimes o que se acobardan ante los inmensos retos
que debemos enfrentar. Son tiempos para educadores corajudos, creadores y valientes,
capaces de crecerse ante las dificultades y para decirlo con palabras textuales de Paulo
Freire, ese gran pedagogo brasileño, de reinventar el mundo en una dimensión ética y
estética, de modo que sea - “menos feo, en el que disminuyan las desigualdades, en el
que las discriminaciones de raza, de sexo, de clase sean señales de vergüenza y no de
afirmación orgullosa o de lamentación puramente engañosa…Mundo en el que nadie
domina a nadie, nadie roba a nadie, nadie discrimina a nadie, sin ser castigado
legalmente. Ni los individuos, ni los pueblos, ni las culturas, ni las civilizaciones.
Nuestra utopía, nuestra sana locura es la construcción de un mundo en el que el poder se
asiente de tal modo sobre la ética, que sin ella se destruya y no sobreviva. En un mundo
así, la gran tarea del poder político es garantizar las libertades, los derechos y los
deberes, la justicia y no respaldar el arbitrio de los suyos”1
Venezuela, digámoslo con convicción y fuerza, es un país privilegiado, lleno de
encantos y prodigios, que Dios lo debió crear en una tarde en que andaba especialmente
feliz. Cuando en 1498, Cristóbal Colón llegó a tierras venezolanas, quedó tan
impresionado con su belleza que creyó que había llegado al Paraíso Terrenal. Sus ojos
ardidos de tanta luz y tanto verdor trataban en vano de captar toda la hermosura. Y de su
asombro y admiración, brotó el primer nombre de Venezuela: Tierra de Gracia.
Realmente, Venezuela tiene enormes potencialidades, y no sólo cuenta con inmensas
riquezas de materias primas: petróleo, hierro, oro, aluminio, pesca, productos agrícolas
y ganaderos…, sino que es imposible imaginar un país más hermoso. Cuenta con un sol
inapagable, playas exquisitas de aguas cristalinas sobre lechos de coral (Morrocoy, Los
Roques, Mochima, Margarita…); desiertos y medanales que día y noche avanzan sin
descanso con sus pies movedizos de arena; llanuras inmensas pobladas de historias,
corocoras y garzas, donde los horizontes, como las estrellas, se alejan a medida que uno
los persigue; ríos caudalosos que van culebreando entre selvas infinitas; árboles
frondosos que parecen sostener el cielo con sus brazos; lagos y lagunas encantadas,
pobladas de leyendas y de magia; tepuyes, castillos de los dioses, que levantan sus
frentes para asomarse al espectáculo increíble de la Gran Sabana; raudales y cataratas
que entonan con sus labios de agua el himno del amanecer de la creación; pueblitos
montañeros que se acurrucan en torno a su iglesia protectora y se trepan a las raíces de
la niebla y del frío; islas paradisíacas que parecen estrellas caídas en el inmenso cielo
azul de nuestros mares; montañas corpulentas que agitan contra el cielo sus banderas de
nieve. Todas las noches dios se despide de nosotros en los crepúsculos de Lara y en los
atardeceres de Juan Griego, y acuna nuestros sueños con el guiño sublime del
relámpago del Catatumbo.
Pero en Venezuela, hoy enfrentamos un triple reto para convertir todas sus inmensas
potencialidades en vida abundante para todos: el del reencuentro y la convivencia, de
1 Paulo Freire, Política y Educación. SigloXXI, Madrid, 1996, pág. 29.
modo que profundicemos y llenemos de sentido la democracia, y todos los venezolanos
nos constituyamos en genuinas personas y auténticos ciudadanos, sujetos de derechos y
deberes, iguales ante la ley. El segundo reto es cambiar el modelo estatista y rentista por
un modelo eficiente y productivo, que asuma el trabajo y la producción como medios
esenciales de realización personal y de garantizar a toda la población bienes y servicios
de calidad. El tercer reto que debemos enfrentar los venezolanos es lograr un desarrollo
humano, con justicia y equidad, es decir, sin excluidos ni perdedores, un desarrollo que
combata con fuerza la pobreza, la miseria y todo tipo de violencia. A pesar de los
graves problemas y contradicciones, los venezolanos no podemos renunciar a la
esperanza y debemos seguir trabajando con tesón, ilusión y pasión, por constituirnos en
una nación, moderna, eficiente y solidaria, en la que todos podamos vivir con dignidad,
y, al mirarnos a los ojos, nos veamos como ciudadanos y hermanos y no como rivales o
enemigos.
Enfrentar el triple reto que hemos señalado va a exigir múltiples respuestas de orden
político, económico y social, pero también respuestas educativas. Si bien es cierto que
sola la educación no es suficiente para sacar al país de la pobreza y de la crisis, es
igualmente cierto que no saldremos de ella sin el aporte de una educación renovada,
integral, de calidad, que alcance a toda la población venezolana, la retenga en el
sistema y forme su corazón, su mente y sus manos, es decir, le proporcione las
competencias necesarias para vivir a plenitud su ser de persona, para ejercer
responsablemente su ciudadanía, para seguir aprendiendo siempre e insertarse
productivamente en la sociedad. La educación por sí sola no construye nación, pero sin
ella no es posible la nación. La educación sola no puede producir los cambios
necesarios, pero sin ella no es posible el cambio. Si queremos que la educación
contribuya a acabar con la pobreza, debemos acabar primero con la pobreza de la
educación y con la pobreza económica, pero también pedagógica, emocional y espiritual
de numerosos educadores.
La educación es la suprema contribución al futuro del mundo, puesto que tiene que
contribuir a prevenir la violencia, la intolerancia, la pobreza, el egoísmo y la ignorancia.
Una población bien educada e informada es crucial si se quiere tener democracias
prósperas y comunidades fuertes. La educación es el pasaporte a un mañana mejor. A
todos nos conviene tener más y mejor educación y que todos los demás la tengan.
De ahí la necesidad de gestar una educación integral de
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