EL JOVEN KARL MARX

EL JOVEN KARL MARX

El joven Karl Marx es una película hermosa, hecho de una manera muy profesional por una admirable izquierda de dirección (el haitiano Raoul Peck) y un número de muy buenos actores. Abarca el período comprendido entre 1842, cuando Marx fue el jefe de redacción de la Gaceta Renana (Rheinische Zeitung), ya principios de 1848, cuando está listo el Manifiesto Comunista. La película no se enfoca sólo en la amistad entre los dos chicos, Karl Marx y Friedrich Engels, cuyas teorías posteriormente se volvieron enormemente influyentes; se trata también de las relaciones de estos dos hombres con sus parejas - Jenny von Westphalen y Mary Burns, respectivamente - y el importante papel que desempeñaron estas mujeres. Comparado con algunas de las producciones más antiguas sobre Marx producidas en la Unión Soviética y en Alemania Oriental, esta película es, en cualquier aspecto, bastante superior.

Sin embargo, vale la pena no perder de vista que evidentemente no todo lo que aparece en la película son datos o anécdotas comprobadas. Es cierto que los hechos principales son todos correctos: que Marx editaba un periódico en Colonia, que él viajó a París donde encontró a Proudhon y donde comienza su amistad con Engels, que Marx y Engels se volvieron influyentes en la "Unión de Comunistas" etc. Sin embargo, prácticamente todos los detalles son puramente ficticios. No sabemos cuándo, dónde y cómo Engels encontró a Mary Burns. La historia contada por la película, de que Mary trabajaba en una fábrica de la que el padre de Engels era parcialmente propietario no es más que un buen cuento de la historia. (Por cierto, el padre de Engels nunca ni dirigió una fábrica en Inglaterra, residió toda la vida en Alemania).

Sin duda, cuando se quiere producir una narrativa cinematográfica cautivante, es necesario valerse de tales artificios, es necesario insertar palabras y montar escenas puramente ficticias para colocar determinados temas en evidencia. En cierta medida, puede decirse ese tipo de procedimiento como tal es inherente a cualquier adaptación de la materia histórica en forma fílmica. Sin embargo, la forma en que ciertas cosas fueron puestas en evidencia acabó dejando de lado uno de los aspectos, a mi ver, más fascinantes de la figura de Marx. Vamos a ver.

Cuando, en la película, Marx aparece por primera vez discutiendo con la junta editorial de la Rheinische Zeitung y exigiendo la adopción de una línea más radical contra el gobierno de Prusia, la policía ya están esperando afuera, llamando a la puerta, y, finalmente, sostiene el consejo entero del diario. El problema no es ni que ese episodio no haya ocurrido nunca (el periódico fue censurado y eventualmente cerrado por el gobierno, pero nadie llegó a ser arrestado). El problema es que ya en esa escena inicial, el muy joven Marx aparece retratado como un luchador radical contra las autoridades prusianas.

La historia verdadera no es tan simple, pero es mucho más interesante. El Rheinische Zeitung fue fundada y financiada por la burguesía liberal de la región del Rin y en la medida en que no era un periódico católico, el estado de Prusia (que era protestante) tuvieron al menos algo de simpatía para su publicación. En 1842/43, Marx era un liberal y no un comunista. En esa época, él no era un opositor fundamental al Estado prusiano. En sus artículos, en realidad buscaba demostrar cómo el Estado prusiano, en la condición de Estado moderno esclarecido, debería actuar.

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