EL MODERNO SISTEMA MUNDIAL La agricultura capitalista y los orígenes de la economía-mundo europea
Enviado por lzuluagah • 18 de Febrero de 2018 • Resumen • 2.111 Palabras (9 Páginas) • 345 Visitas
Wallerstain, Immanuel: EL MODERNO SISTEMA MUNDIAL
La agricultura capitalista y los orígenes de la economía-mundo europea en el siglo XVI: De Sevilla a Ámsterdam, el fracaso del imperio. 2005
INTRODUCCIÓN
Immanuel Wallerstain, ha sido uno de los mayores exponentes de la corriente “sistema-mundo”, que se caracteriza porque las relaciones económicas mundiales forman un sistema global en el seno del cual las naciones más desarrolladas explotan tanto la mano de obra como los recursos naturales de aquellas naciones en “vías de desarrollo”. Este sistema mundial, dificulta el desarrollo de los países pobres y garantiza que los ricos sigan siendo los principales beneficiarios de las cadenas globales de materias primas y de los productos y la riqueza creados por el capitalismo industrial. En su texto el Moderno Sistema Mundial, y más específicamente en su capítulo de Sevilla a Ámsterdam: el fracaso del imperio, Wallerstain nos presenta un barrido histórico de las condiciones económicas, sociales y políticas finales del siglo XV y principalmente en el siglo XVI, que permitieron que Ámsterdam se consolidara como el eje fundamental de la economía-mundo del momento, sentando las bases del capitalismo moderno.
Wallerstain, desarrolla su argumentación a lo largo del capítulo en tres fases, la primera, ubicada en el imperio de Carlos V de 1519 a 1556, perteneciente a la casa de los Habsburgo, en donde argumenta de manera breve cómo llegó España en la primera mitad del siglo XVI a ser la mayor potencia imperial de Europa al lograr expandirse y unificar a España, los Países Bajos, el sur de Alemania, Hungría, Milán, Posesiones del Mediterráneo y la América Española bajo el Sacro Imperio Romano Germánico. La segunda fase argumenta claramente las razones de la caída del imperio español en la segunda mitad del siglo XVI, que se derivan de los ánimos imperialistas, de la debilidad del sistema político y burocrático, del desinterés en la industria, entre otros, que explicaremos a detalle más adelante. La tercera fase es consecuencia de la caída de España como centro político-económico de Europa, dicho fracaso no representó sólo una crisis imperial sino un punto crucial en la evolución de la economía mundo europea, se vino abajo el sistema mundial y se estabilizó un equilibrio de poder en Europa que permitió la consolidación de los Estados que pretendían ser nacionales, tal como ocurrió con los Países Bajos, quienes supieron aprovechar el caos que había dejado la guerra franco-española, las tensiones entre Inglaterra y demás países con una España en bancarrota para posicionarse como el Estado más adelantado y fuerte en materia económica, con el dominio del Mar Báltico, del mercado de bienes, de los centros de embarque y del mercado de capitales, es allí entonces donde podemos encontrar un salto cualitativo de los holandeses hacia un sistema-mundo capitalista. Si bien estas tres fases mencionadas no ocurrieron linealmente en el tiempo, sino algunas veces simultáneamente, pretenderemos explicarlas separadas para efectos metodológicos.
RESUMEN
Imperio español, primera mitad del siglo XVI
Durante el siglo XVI, España alcanzó el mayor poderío político y militar de su historia. Se creó un imperio inmenso con posesiones en Europa y alrededor del mundo, lo que le permitió convertirse en la nación dominante de Europa durante la primera mitad del siglo XVI. El protagonismo de este periodo recayó en manos de dos reyes, padre e hijo: Carlos V y Felipe II.
Carlos nace en el año 1500, y posteriormente es nombrado el heredero de Castilla, del Imperio de los Habsburgo (convirtiéndose en uno de los elegibles al Sacro Imperio Romano Germánico) y de Borgoña (incluidas sus posesiones en los Países Bajos). La muerte de su abuelo Fernando de Aragón en 1516, sin descendencia, le supone la corona de Aragón y sus posesiones italianas (Nápoles y Sicilia).
Además, Colón ha descubierto en nombre de Castilla los territorios americanos, cuya magnitud empieza a apreciarse en la primera mitad del siglo. El emperador Maximiliano I fallece en enero de 1519, y gracias, sobre todo al dinero proporcionado por las Cortes Castellanas y demás prestamos, es elegido emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.
España tuvo éxito en la creación de un extenso imperio en las Américas, los que genero un aumento en el comercio transatlántico. El papel que jugó el estado de Castilla fue trascendental, debido a que no solo monopolizo este comercio, sino que se convirtió en su foco principal, los elementos principales de este comercio eran los metales preciosos, los cuales fueron el fundamento de la economía del imperio, junto con algunas materias primas.
Caída del imperio español, segunda mitad del siglo XVI
Ahora bien, algunas de las causas expuestas anteriormente, que conllevaron a que España se consolidara como el imperio más grande de Europa, fueron también las causas de su caída en la segunda mitad del siglo XVI. Carlos V abdica en 1557 y su hijo Felipe II, su sucesor, se declara en bancarrota en 1559.
Wallerstain bien hace en señalar una de las principales causas del fracaso: el imperialismo como sistema político-económico, ya que la España imperial requería una burocracia mayor de la que podía construir dados sus recursos humanos y financieros, era un territorio excesivamente vasto que exigía unas capacidades financieras y burocráticas altas que el imperio no poseía y por ello generaba más gastos y deudas que retornos; como menciona el autor: “España era un imperio cuando lo que hacía falta en el siglo XVI era un Estado de tamaño medio” Pág. 254.
Asimismo, la economía del imperio era estructuralmente débil, primero por depender de las materias primas y metales preciosos obtenidos de América para subsistir, ya que no se preocuparon por invertir en industria y, segundo, por construir un castillo de naipes de deuda sobre deuda y crédito sobre crédito para financiar los ánimos expansionistas, las guerras y la burocracia. Uno de los mayores pecados de la nobleza española, que lo convertiría posteriormente en un país periférico o semiperiférico fue la falta de interés de la nobleza por invertir en industria y beneficiarse de la economía mundo. España se dedicó a la exportación de materias primas como el aceite de oliva, los tintes y las lanas, importando manufacturas de los demás países. La mayoría de los nobles españoles que poseían vastas riquezas, no parecían interesados en la industria sino en obras de arte, lujos y construcción de templos y palacios ornamentados.
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