EL NEOLIBERALISMO EN EL SALVADOR Y SUS CONSECUENCIAS

EL NEOLIBERALISMO EN EL SALVADOR Y SUS CONSECUENCIAS

En el plan quinquenal 2014-2019, se relata brevemente sobre los promotores del modelo neoliberal, iniciado en 1989 donde sostenían que con su implementación, El Salvador tendría tasas de crecimiento económico altas y que los sectores más dinámicos serían la agricultura de exportación y la producción. Después de veinticinco años, sin embargo, ha ocurrido todo lo contrario. En primer lugar, porque se ha concentrado la riqueza en pocas manos, y se demuestra que el crecimiento económico es extremadamente bajo, ya que los patrones de la inversión privada (la cual se ha concentrado sobre todo en la importación de bienes de consumo), se han especializado en la intermediación comercial y el sector terciario, ambas actividades de baja productividad, bajo valor agregado y muy limitada generación de empleos bien remunerados.

Esos datos, junto a los pocos empleos decentes que se han generado, evidencian que el modelo neoliberal está agotado y que como resultado, el país necesita con urgencia un nuevo modelo económico y de desarrollo basado en tasas crecientes de inversión privada y pública. Un modelo que, además, se enfoque en actividades de mayor productividad y de valor agregado; y que recurra a la innovación para generar empleo formal, mejores remuneraciones, diversificación de las exportaciones y ampliación del mercado interno.

Hoy en día, en el País la situación sigue siendo la misma, aunque nos cueste aceptar continuamos navegando en el modelo neoliberal, favoreciendo a los capitalistas externos y nacionales, deteriorando la vida de las inmensas mayorías de salvadoreños, sin que el Gobierno del FMLN precedido por el Presidente de la Republica Profesor Salvador Sánchez Cerén den muestras de cambios significativos, que permitan mejorar la calidad de vida de los marginados y excluidos de las políticas económicas y sociales. A pesar que hay programas sociales que palian de cierta manera a los sectores más vulnerables, la derecha se opone a pagar sus impuestos y los evade, pero el gobierno no les aprieta el cinturón.

El modelo establece que el mercado es quien determinara los derechos laborales, y observamos un Ministerio de Trabajo que en lugar de promover la libertad sindical la restringe, y permite que existan innumerables violaciones a los derechos laborales y sindicales.

Esta es la nueva fase del neoliberalismo, el gran capital financiero busca controlar lo poco que queda en nuestro país, busca garantías y protección para las transnacionales a fin de cumplir con sus objetivos de privatizar la riqueza y maximizar la pobreza, esta acción es muy conocida en nuestro país a partir de 1985 al 2014, tanto por sus políticas y estrategias de graves consecuencias en lo social, político, económico y ambiental.

Continuamos siendo manipulados por la derecha y acompañando sus caprichos, hay que ponerle fin al libre mercado en donde la oferta y las demandas son los estándares que establecen el precio y no el Ministerio de Economía. Como ciudadanos que somos tenemos el derecho de exigir un cambio de rumbo que permita instaurar la justicia social en el país, no es posible que un reducido grupo de burgueses sigan siendo privilegiados de las políticas estatales en detrimento de las inmensas mayorías, en donde el hambre, el desempleo, la violencia, la miseria y la exclusión social siguen siendo el caldo que imposibilita mejorar la calidad de vida de cada salvadoreño.

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