EL RENACIMIENTO Y LA IGLESIA
Enviado por VocableSundew • 29 de Septiembre de 2013 • 379 Palabras (2 Páginas) • 591 Visitas
El Renacimiento era un entusiasmo primero cultural y luego lingüístico y artístico por la Antigüedad clásica griega y romana, que además asumía también sus ideas y valores, y produjo pronto una impregnación paganizante en el modo de pensar y de vivir de ciertas gentes. Un sentido de “mundanidad laica” promovió la primacía de la realidad temporal y de la vida terrena. La cosmovisión renacentista era diametralmente opuesta a la medieval: frente al Teocencrismo de antes, ahora el hombre fue el gran protagonista, la medida de las cosas y el patrón de todos los valores. Se puede decir que el Renacimiento es el ámbito cultural y vital donde florecerá tanto el humanismo como la primera burguesía de las ciudades, los “derechos nuevos” de Vitoria, Menchaca y Suarez, así como los movimientos místicos como reacción a una racionalización crítica de la Teología nominalista.
Algunos Papas de finales del siglo XV se portaron más como príncipes italianos que como pontífices universales. Eran Papas que, en calidad de soberanos de los Estados Pontificios, descendían a las arenas movedizas de la política italiana, pactaban ligas y alianzas, hacían la guerra a otros príncipes cristianos. Eran grandes señores del Renacimiento, amantes de las bellas artes y magníficos mecenas de una pléyade de artistas geniales. Pero esa hora brillante del Pontificado renacentista no era una hora luminosa de la historia cristiana. La Iglesia padecía y la Cristiandad sufría la orfandad cuando más falta le hacía sentir la mano vigorosa del timonel que gobernase la barca de Pedro.
La mayoría de los Papas de este siglo no dieron la talla que aquellos tiempos críticos parecían exigir. Que fuera mucho lo que Dios y los hombres podían pedir en tales momentos a la Iglesia, lo sugiere la simple consideración de algunos hechos bien significativos. Tan sólo sesenta y cuatro años separan dos fechas infaustas en la historia del cristianismo: el 29 de mayo de 1453, la trágica jornada en que cayó Constantinopla y se hundió para siempre el Imperio cristiano de Oriente, y el 31 de octubre de 1517, el día en que Lutero hizo públicas sus 95 tesis contra las indulgencias en la ciudad alemana de Wittemberg, dando así comienzo a la revuelta protestante, que segregaría del cuerpo de la Iglesia católica a la mitad de la Europa cristiana.
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