EL URBANISMO A TRAVÉS DEL ARTE
Enviado por NATALIA ROJAS GAVIRIA • 24 de Septiembre de 2018 • Informe • 575 Palabras (3 Páginas) • 188 Visitas
EL URBANISMO A TRAVÉS DEL ARTE
La ciudad se mueve, se transforma, habla, cambia y se configura, no tanto por sus espacios físicos sino porque es un escenario de lenguajes, sueños, imágenes, variedades de escritura y diferentes estructuras de sus habitantes. Aquí lo imaginario no solo son representaciones abstractas si no que se incorporan en objetos ciudadanos e imponen su valor dominante sobre el mismo.
Lo urbano corresponde entonces a producciones imaginarias mediadas por las técnicas, que convierten a la ciudad en un cumulo de las fantasías ciudadanas. Estas con el paso del tiempo logran construir una imagen urbana que será narrada históricamente por medio de la oralidad, la escritura, la representación visual, la fotografía, el cine y la web.
Actualmente, para bien o para mal, se critican a través del arte las características más relevantes del pueblo. Y aunque ese motivo de crítica se ha vuelto tan cotidiano para nosotros, verlo idealizado en un atril dentro de una galería nos causa revuelo, asombro o indignación. ¿Acaso como pueblo damos por normal todo aquello que no está superlativamente mostrado y que está a nuestro alcance, sin importar que sea algo tan bueno para reconocerlo o algo tan malo para quitarlo? Al parecer solo nos exaltamos si es foco de atención pública.
Un artista en su función critica pero también estética apunta a impactar tal como lo dice Armando Silva en la Ciudad Imaginada a individuos y sociedades. Esto lo hace con promesas de cambio y de mejor vida intrínsecamente inscritos en su obra, que por reflexión o como repercusión de su impacto visual generan un cambio cultural. Esas características que le aportan a los ciudadanos y a la nueva urbe en lo público un bienestar, también tienden a la autoconstrucción por medio de valores y deja de lado los intereses individuales.
Juan Carlos Melo en la formación de su discurso artístico, más ético que estético, lanza su crítica a la urbe haciendo más que evidente una problemática conocida pero que al mismo tiempo se niega a sí misma, “nos hacemos los ciegos”. Dentro de su construcción, algunas veces excluyente, deja en evidencia condiciones culturales que no tenemos en cuenta y que solo por el hecho de negarse a nosotros la tomamos como punto de reflexión. De esta manera modificarnos, pulirnos como sociedad para un mejor porvenir; todo desde el momento en que el arte “publico” se hace colectivo. Las experiencias individuales dan valor pero solo son efectivas en la sociedad cuando se comunican al colectivo, la nueva urbanidad.
Como arista su labor esencial es la defensa y construcción de la sociedad, de lo público; con ello hago hincapié en que no todo lo que se pone en una galería es constructor de colectivos. Todo depende de la capacidad de síntesis del artista para inspirar la defensa y los reclamos del patrimonio. El balance de lo real y lo imaginario, donde trabaja Melo, le permite darle solides a su argumento. La “realidad” que muestran sus obras son soporte en primer lugar para al acoplamiento de la situación y genera una conexión con la sociedad; en segundo lugar le da soporte a lo imaginario que una vez introducido crea el espacio para la generación de los valores de la autoconstrucción social.
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