Economía, sociedad y política en la Argentina (1870-1930)
Enviado por santiagoagustin • 11 de Septiembre de 2015 • Resumen • 5.716 Palabras (23 Páginas) • 473 Visitas
Economía, sociedad y política en la Argentina (1870-1930)
La argentina y los argentinos en tiempos del régimen autonomista
Dos millones de habitantes dispersos, mal comunicados y peor educados en 1869. La carencia de un mercado interno y escasez de mano de obra. La coyuntura económica no ayudó: crisis en el sector lanero, derrumbe de la colonización agrícola a partir de la finalización de la guerra del Paraguay, crisis de la balanza de pagos y dislocamientos del sistema financiero con efectos paralizantes sobre el comercio, los transportes, la entrada de capital extranjero y la inmigración. Estos últimos fueron los efectos de la crisis europea de 1874. El gobierno de Nicolás de Avellanes (1874-1880) transcurrió en un clima económico dramático. El gobierno central era manifiestamente débil. Las provincias retenían todavía elementos de soberanía y muchas poseían milicias armadas. Las guerras seguían siendo un importante componente del paisaje general (la confrontación de 1880 era un claro ejemplo).
Hacia 1880 también los salarios eran altos en Río de la Plata. Los pobres bien alimentados del litoral rioplatense gozaban de un grado de libertad poco frecuente. Esa libertad se vio reforzada por la vastedad de la llanura por la existencia de la frontera india. Desde 1880 hasta 1914, la Argentina registró la tasa de crecimiento más alta de su historia. La población se cuadriplicó, la tasa de analfabetismo decayó, la urbanización avanzó muy rápidamente.
La permanente ceración de nuevas ocupaciones y el desmoronamiento de las actividades tradicionales provocaron un vertiginoso proceso de movilidad social.
La fuerte aceleración del ritmo de crecimiento produjo, desequilibrios fiscales y sociales, desequilibrios que fueron multiplicados por el ingreso de millones de inmigrantes europeos. La asimilación de los inmigrantes se produjo rápidamente y sin las discriminaciones y tensiones que todavía hoy caracterizan la vida de otros países receptores.
Han sido poco los países donde aquellos desajustes y movimientos de protesta no alcanzaron proporciones alarmantes.
Las ideas del autonomismo
La llamada “generación del 80” se atribuye a los hombres que participaron de los gobiernos de Roca (1880-1886) y Juárez Celman (1886-1890). Las dos ideas centrales de esta élite dirigente fueron la organización y unificación definitiva de la nación y la rápida expansión de su capacidad productiva. En pocos momentos de la historia hubo ideas tan claras y dominantes acerca de la sociedad, como en la segunda mitas del siglo XIX.
La característica de la economía argentina la hacían particularmente apta para ilustrar las teorías del economista inglés David Ricardo. Sobraba la tierra y escaseaban el capital y la mano de obra, por lo tanto podría promover las actividades donde se hacía un uso más intensivo del factor abundante. Es decir, privilegiar el desarrollo de las actividades rurales en detrimentos de la producción manufacturera. Este enfoque no fue ni original ni privativo de la generación del 80.
Si faltaba capital y mano de obra debían traerse de afuera. La adición de estos elementos permitía desarrollar la infraestructura de transportes y financiera que se requería para impulsar la agricultura cerealera y mejorar la calidad de los productos ganaderos. Alberdi sostenía que una inmigración selectiva mejoraría sustancialmente los hábitos de trabajo de la población nativa.
Las administraciones posteriores a 1880 contaron con un cúmulo de circunstancias favorables que les había faltado a sus antecesores políticos. Las innovaciones en las técnicas de navegación y la disponibilidad de capital para ser volcado en las regiones periféricas. Una situación muy distinta a la que prevaleció durante los gobiernos de Mitre, Sarmiento y Avellaneda.
Los abandonos momentáneos de las ideas librecambistas no fueron producto de giros ideológicos sino de necesidades más terrenas surgidas a raíz de la crisis en la balanza de pagos o la voracidad fiscal. En ningún campo la heterodoxia económica se manifestó nítidamente como en el de la política monetaria. Los gobiernos autonomistas devaluaron el peso argentina cuantas veces lo consideraban conveniente. Gracias a esa política desvergonzada, la producción cerealera argentina se triplicó durante el crítico período 1889-1894.
La política de devaluación ilustró sobre dos aspectos generalmente olvidados.
- En primer lugar muchas veces la heterodoxia surge impuesta por hechos y en contraste violento con las teoría sustentadas por los hombres políticos.
- En segundo lugar, esta política monetaria muestra cómo es la clase de tensiones que produjo no tuvieron relación con aquellas de las que se ocupan obras historiográficas recientes. La devaluación beneficiaba al comercio exportador e indirectamente a los industriales manufacturero. Su impacto fue negativo para las personas que vivían de un salario, para el comercio importador y para las compañías del extranjero.
Inglaterra no era fácil de sustituir como proveedora de capitales o como consumidora de nuestras exportaciones.
La magnitud de la obra institucional realizada para las dos primeras administraciones autonomistas resulta difícil no reconocer la audacia firmeza y rapidez con que se consolidó la tan ansiada unidad nacional. Roca mismo dio el paso inicial. Luego vino la federalización de Buenos y la derrota definitiva de las milicias bonaerenses. Y la unificación de la moneda.
Muchas corrientes ideológicas tuvieron influencia en la sanción de la legislación laica y el desencadenamiento del conflicto con la iglesia. La educación y el registro civil eran cruciales par a un país que había abierto sus puertas de par en par a la inmigración europea. El raso específico del el PAN fue el de llevar a cabo la implementación de la viejos anhelos de las clases dirigentes argentinas. Fue capaz de construir una eficiente coalición para conquista y conservar el poder.
La sociedad (1869-1914)
Se produjo una entrada masiva de inmigrantes extranjeros. De los que se radicaron definitivamente lo hicieron en una alta proporción en el litoral pampeano. Las provincias del litoral incrementaron su participación en el total de la población de un 48% en 1869 a un 72% en 1914.
También se modifico sustancialmente la relación entra las zonas urbanas y rurales. El porcentaje de pobladores de zonas urbanas creció de un 28% a un 52% entre 1869 y 1914. A pesar del rápido crecimiento de las ciudades, se registro también un aumento considerable del número de pequeños poblados en el litoral pampeano. Este factor junto con la extensión de la red ferroviaria, contribuyó a paliar el secular aislamiento de las zonas rurales.
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