Economia Marxista
Enviado por miqueridospadres • 7 de Noviembre de 2012 • 1.947 Palabras (8 Páginas) • 908 Visitas
La economía marxista
Marx. La economía política es esencial para esta visión, y Marx se basó en los economistas políticos más conocidos de su época, los economistas políticos clásicos británicos, para ulteriormente criticar su forma de pensar. La economía política, que es anterior a la división que se hizo en el siglo XX de las dos disciplinas, trata las relaciones sociales y las relaciones económicas considerándolas entrelazadas. Marx siguió a Adam Smith y a David Ricardo al afirmar que el origen de los ingresos en el capitalismo es el valor agregado por los trabajadores y no pagado en salarios. Esta teoría de la explotación la desarrolló en El capital, investigación “dialéctica” de las formas que adoptan las relaciones de valor.
En su labor política y periodística Marx y Engels comprendieron que el estudio de la economía era vital para conocer a fondo el devenir social. Fue Marx quien se dedicó principalmente al estudio de la economía política una vez que se mudó a Londres. Marx se basó en los economistas más conocidos de su época, los británicos, para recuperar de ellos lo que servía para explicar la realidad económica y para superar críticamente sus errores.
Vale aclarar que la economía política de entonces trataba las relaciones sociales y las relaciones económicas considerándolas entrelazadas. En el siglo XX esta disciplina se dividió en dos.
—. Pero para Marx el valor de cambio de una mercancía es una manifestación de algo más. Lo que permite que una cantidad X de mercancía A equivalga a una cantidad Y de mercancía B es algo que no depende del carácter de valor de uso de las mercancías ni de los trabajos particulares con las que fueron producidas. Lo que hace posible la equivalencia es que ambas contienen la misma cantidad de «trabajo humano abstracto» materializado en ellas. Marx denomina como valor de las mercancías al trabajo socialmente necesario para su producción, siendo la magnitud del valor determinada por la cantidad (duración) de ese trabajo. A esta conclusión ya había llegado el economista David Ricardo, pero Marx la retoma de manera crítica y la profundiza.[3] El valor de cambio sería, entonces, la forma del valor.
El proceso de producción capitalista partir de la sección tercera, Marx entra a estudiar el proceso de producción capitalista en sí. Hasta ahora había estudiado en abstracto a la sociedad mercantil, donde sólo existían productores de mercancías. Ahora estudia en abstracto a la sociedad burguesa donde existen capitalistas y asalariados. En la sociedad mercantil simple el proceso de producción tiene un carácter dual: por un lado proceso de producción de bienes y por el otro proceso de producción de valor. En la sociedad capitalista el proceso de producción también tiene un carácter dual, pero distinto al de la sociedad mercantil: por un lado es proceso de producción de bienes y por el otro es proceso de producción de capital, de valor que se valoriza a sí mismo. Lo que distingue a la sociedad capitalista es la organización de la producción en base al trabajo asalariado, esto es, el alquiler de la fuerza de trabajo.
El trabajador vende su fuerza de trabajo al capitalista. El capitalista pasa a ser dueño de esta mercancía de la que por tanto dispone o hace uso durante todo el tiempo que le sea posible cada día, o sea que pone a trabajar al asalariado todo el tiempo que le sea posible o sea la jornada de trabajo, que dadas ciertas condiciones de producción, se prolongará como premisa por un tiempo mayor que el tiempo que se necesita para producir, en las mismas condiciones normales de trabajo, los medios diarios de existencia y reproducción (víveres, vivienda, educación, hijos, etc.) del obrero. Pero a cambio, el capitalista paga al asalariado un precio por su fuerza de trabajo como lo hace por cualquier otra mercancía, es decir, paga un precio equivalente a lo que costó producirla. Así que el capitalista no paga un precio por el trabajo que hace el asalariado, porque el precio de las mercancías no está determinado por el uso que se hace de ellas, sino por lo que costó producirlas, su valor: la cantidad de trabajo socialmente necesario invertida en producirlas. mercancía, Marx ya ha mostrado que esto es posible solamente si el trabajador carece de medios de existencia y de medios de producción para trabajar, entonces como poseedor de únicamente su fuerza de trabajo para sobrevivir se ve obligado a vender su fuerza de trabajo al capitalista. La sociedad burguesa necesita de trabajadores libres en un doble sentido: en el sentido de propietarios privados de su fuerza de trabajo y en el sentido de carentes de medios de producción propios. De esta manera, el proletario está obligado a vender su fuerza de trabajo a algún capitalista para sobrevivir, siendo libre de decidir a qué capitalista particular se la vende o siendo libre de no venderla y vivir en la marginalidad y la extrema pobreza. Los trabajadores asalariados son libres sólo en el sentido de que no son esclavos ni siervos: ningún poder personal los fuerza a trabajar. Lo que les fuerza a trabajar es el poder impersonal de la economía.
, Marx expone la manera en que los capitalistas intentan mantener y aumentar la plusvalía. Una manera, el aumento de plusvalía absoluta, es la extensión de la jornada laboral (lo que incrementa el tiempo en que el obrero trabaja exclusivamente para el capitalista) y la reducción del salario (lo que incrementa la parte en valor que el capitalista da al trabajador). Pero, tal como explica Marx, esto tiene unos límites "naturales" y "morales".
capitalista, otra parte es reinvertida en medios de producción y salarios y así la convierte en plus capital. El aumento del capital en funciones mediante la extracción de plusvalía se denomina como acumulación del capital.[10] Ésta, por un proceso cuyas varias fases analiza en detalle Marx en la obra, conduce a la concentración de los capitales y a la centralización de los mismos, hasta que el capitalismo cae en un círculo vicioso.
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