Economia Porfirista

Aspecto social del porfiriato

La última década del porfiriato, representa para el ámbito social mexicano un gran cambio, caracterizado por el surgir de grupos anarquistas que se mostraban en contra del régimen absolutista de Díaz. Estos grupos con miras socialistas*, buscaban una sociedad igualitaria.

Con el surgimiento del primer partido liberal en 1900, fue bien visto en muchas regiones del país. La respuesta de la sociedad hacia el partido lo conllevaría a la celebración del Primer Congreso Liberal el 5 de febrero en el teatro de La Paz, en San Luis Potosí. Entre la participación de los congresistas destacó la de Ricardo Flores Magón quien acudía representando al periódico Regeneración y al Comité Liberal de estudiantes de San Luis Potosí. Este acontecimiento marco el punto de partida para la revolución mexicana [que se mencionara posteriormente]. La figura de Ricardo Flores Magón represento una molestia para Díaz, ya que este se mostraba –en el congreso- en contra del gobierno, pero aun más en contra de Díaz. En palabras de Ricardo Flores Magón así definía a Díaz: “El es la ley. Para mantener su dictadura les concede un poder ilimitado a las harpías que le siguen, quienes se ceban en la sangre del pueblo”.

Sin embargo, el partido liberal falló en su cometido y lo único que logró fue posponer el conflicto. Porque la semilla sembrada en el Congreso de San Luis Potosí estaba destinada a germinar. No obstante, Díaz no se quedaría con los brazos cruzados, y coloco miles de obstáculos para postergar las ideas liberales. Un ejemplo claro de esto lo vemos en el año de 1903 donde Ricardo continuó publicando sus escritos, por lo cual don Porfirio Díaz ordenó que todo aquel periódico que publicara algún artículo de Flores Magón seria decomisado.

Las ideas socialistas planteadas en el congreso por el partido liberal, representarías una gran amenaza para Díaz y su sistema económico, donde destacaba una jerarquización de clases, en la cabeza de la sociedad estaban los burguesas, empresarios y personas acaudaladas, en segundo lugar una nueva clase –que en México no existía hasta el porfiriato- media proletarizada, y una clase campesina esclavizada o conocida también como peón. Donde seria esta última la más explotada de las clases –recordemos que el sustento de la economía capitalista es la explotación del hombre por el hombre- no solo por las grandes haciendas sino también por burgueses acaudalados y las industrias capitalistas

Las pésimas condiciones de trabajo y de vida del peón eran extremadamente explotadoras, donde este trabaja desde que salía el sol, hasta que se metía, en una jornada laboral de aproximadamente catorce horas diarias. La economía capitalista mexicana se veía ampliamente favorecida por la explotación del peón, por ello que durante el gobierno de Días, las cifras oficiales señalan que la cantidad de peones aumento considerablemente. En 1900 había 2, 545,659 y para 1910 el número de peones ascendía a 3, 123,97. Donde el 62.67 por ciento de la población del país, es decir, dos de cada tres personas eran campesinos sin tierras, siendo este otro motivo del hartazgo social que llevaría al país a la revolución (B. T. Rudenko 2007).

La huelga de Cananea en 1906 marca claramente el descontento de las masas por las malas condiciones de trabajo en estas empresas yanquis, protegidas por Díaz, donde los malos salarios, las malos tratos y la discriminación, detonaron la huelga.

Economía porfirista

Fue el gobierno de Díaz el creador del primer milagro mexicano (Benítez. 1992), durante su mandato de más de 30 años, la inversión extranjera trajo un gran crecimiento económico al país, que lo catapulto a grandes estándares mundiales, atrayendo aun más el capital extranjero. La política exterior que se manejo, tanto con países europeos y con Estados Unidos fue sumamente importante, esto con el fin de reconocer a Díaz y obtener préstamos que ayudaran al desarrollar al país. Fueron muchos los países que aprovecharon las facilidades, privilegios y gratinas que brindaba el gobierno porfirista – a comparación con las que tenían los capitalistas nacionales. Siendo los países más sobresalientes, Inglaterra, Francia y los Estados Unidos.

La inversión extranjera se repartió el dulce mexicano a su antojo. La mayoría de los ferrocarriles fueron construidos por capital norteamericano con el “propósito expreso de unir ciertos sectores –especialmente los mineros- “más del 41 por ciento de su inversión se destino a la expansión ferroviaria y más del 31 por ciento a la minería y a la metalurgia; mientras que las inversión británica donde un 21 por ciento se destino a servicios públicos y un 8 porciento a la deuda pública y por ultimo Francia –pero no menos importante – que destino su capital representaba el 55 por ciento de la inversión en la industria mexicana (D. Hansen 2007).

La importancia económica de la expansión de los ferrocarriles

Con la expansión de las vías ferroviarias el gobierno porfirista, veía en esto, el motor principal del crecimiento económico, orientado hacia la exportación y hacer más accesibles los costos de transportar las materia primas y mercancías. Para 1902 y 1910 el gobierno estaba decidido a asegurar que el nuevo sistema de transporte siguiera cumpliendo sus funciones, donde fue el capital norteamericano el que aprovecho mas los esfuerzos de Limantour para salvaguardar

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