Educación desde la perspectiva de Platón.

EDUCACIÓN DESDE LA PERSPECTIVA DE PLATÓN

Paola Andrea Perdomo Aragonez.

Febrero 2016.

Universidad Jorge Tadeo Lozano.

Bogotá D.C.

Teorías políticas clásicas.

Egoitz Gago Antón.

Resumen

Este ensayo se realizó con el objetivo de hacer una relación entre el pensamiento del autor escogido y un tema político actual.

Platón fue el autor en cuestión y se planteó su pensamiento acerca de la justicia, la cual es un valor innato del Estado y por tanto, de cada individuo que lo compone. Hacer justicia es hacer el bien a los otros, sin importar que fueran amigos o enemigos, puesto que un hombre justo nunca debería hacer el mal.

En camino a eso, la mejor manera de lograr la justicia es a través de la educación, y eso se tomó como base para hacer este ensayo, desarrollando poco a poco, la idea de educación y justicia en Colombia.

Palabras claves: Colombia, conocimiento, educación, Estado, justicia, sabios, virtud.

Platón toma la justicia desde una perspectiva moral, compara el Estado con el ser humano, en donde cada habitante ejerce su virtud sin interrumpir la del otro, es algo inherente para el desarrollo de aquéllos, el orden, la felicidad en común y así, obtener un  equilibrio general. En ese Estado ideal y perfecto, existen tres clases sociales y cada una cuenta con una “virtud”, a los filósofos, que gobiernan, les corresponde la prudencia para obrar de manera adecuada y decidir sabiamente lo mejor para la sociedad; en segundo lugar, los guerreros que cuentan con el valor para luchar y defender el Estado, finalmente los artesanos o trabajadores quienes a propósito de su templanza y moderación, obedecen. Aunado a esto, no puede pasarse por alto que hay una cuarta virtud que debe ser cumplida por todos en general, la “justicia”, de la  cual depende el equilibrio entre la persona y el Estado.

Como se advierte, Platón encasillaba a los miembros de la sociedad según unas características, lo que implica que ninguno podría jamás modificar ese estatus, pues de lo contario generaría caos y por ende, desigualdad. No obstante, existe una clase de personas que si bien tienen el poder de convencimiento lo cierto es que hacen mal uso de él, considerándose como estrategas de la mentira, son llamados demagogos, quienes con falsas promesas y habladuría, obtenían el poder para su propio beneficio, siendo así, seres injustos y por consiguiente, ignorantes.

Para evitar caer en manos de los mencionados demagogos, el autor sugiere que el único camino que puede llevarnos hacia la justicia es la educación, que permite formar hombres morales, éticos y principalmente gobernantes que construyan una sociedad justa, claro que no puede perderse de vista que la ignorancia o falta de educación no es el gran mal de la sociedad, pues sería peor que los conocimientos sean aplicados erróneamente, de manera tal que la justicia tendrá parte en el Estado cuando los sabios puedan gobernar o los gobernantes se vuelvan sabios.

Esa perspectiva aplicada a la situación actual de nuestro país, permite advertir que los problemas relativos a la materialización de la justicia abarcan muchos aspectos,  somos una sociedad democrática y esto influye de gran manera en la situación del Estado, pues lo ideal sería tener mandatarios sabios, honestos, de buen desempeño y educación en la ciencia de gobernar. Pero, ¿Cómo podemos lograr eso si nuestra sociedad no tiene idea de quién o cómo son los sabios? Mucho menos sabremos elegirlos de manera acertada, dejándonos llevar por simples promesas o propagandas de politiqueros que sólo buscan alcanzar el poder y realmente no son aptos ni conocedores en la forma de gobernar. Ahí es donde reside el problema, no estamos educados lo suficiente para saber elegir correctamente de acuerdo a nuestro rol en la sociedad, pues nuestra cultura se base en escoger al que resuelva las necesidades inmediatas.

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