Ejemplo de un cuento contemporaneo

El cazador de cazadores

Hace unos cuantos años, en la séptima década del siglo XIX, una serie de asesinatos había sembrado el terror en una pequeña región al norte de África; los asesinados eran cazadores furtivos, de los cuales nunca se encontró ni un solo resto.

La serie de desapariciones y asesinatos comenzó una noche de 1973, cuando dos cazadores entraron ilegalmente a una reserva natural protegida de rinocerontes, el que resulto asesinado se llamaba Austin, su compañero reporto haberlo oído pedir auxilio, luego gritar desgarradoramente, para finalmente, dejar paso al silencio sepulcral de una noche fría. Austin había sido sorprendido por la espalda, luego le fue cortada la garganta, muriendo desangrado. El autor de tal atrocidad fue Dante, un hombre perteneciente a la tribu Nimk que vivió en la reserva cuando todavía no era tal, al verse los Nimk obligados a abandonar su hogar por la declaración como reserva natural protegida de su ancestral territorio, Dante, teniendo 16 años y siendo huérfano, decide quedarse en aquel lugar, esperando a los padres que nunca conoció, mismos que el abuelo le había dicho tenían ido a cazar.

Pasarían siete años, y en el transcurso las circunstancias lo habían obligado a comer carne humana, para luego, en la soledad de los días, la tristeza del abandono familiar y el trauma por lo que se vio obligado a comer, enloquecer convirtiéndose en un caníbal, y como los únicos humanos que ahí podría encontrar eran los cazadores, con poco menos de 23 años, se llamaría a sí mismo, el cazador de cazadores. El asesinato de Austin fue casualidad y locura, esa noche Dante todavía no decidía en que cocinar a sus presas, dentro de su locura, el instinto le obligaba a darle un mejor sabor que el de aquella piltrafa que se vio obligado a comer. La oportunidad de experimentar con los sabores se le presento en la vulnerabilidad del novato Austin.  

Dante lo llevo a su hogar, que en realidad eran los restos del santuario de los Nimk, lo desmembró con el propio machete del novato cazador, le quito la cabeza con el mismo machete, con más delicadeza ahora, porque había decidido que las cabezas, serian su recuerdo, su trofeo, y dentro de su locura, sus padres.

En el tercer asesinato el cazador de cazadores aprendió a drenar y conservar la sangre, en el quinto aprendió a retirar las vísceras de sus víctimas, en el séptimo aprendió que su parte favorita era el corazón, sazonado con mucha sal. En el duodécimo, comió a su primera víctima mujer, por fin pudo tener alucinaciones con su madre, lloro intensamente porque por fin tenía las cabezas de sus “papas”.

Para en años de 1978, el primer asesinato de Dante, acaecido en una noche con lluvia y viento intensos, fue especial. De su modus operandi nada cambio, lo interesante de esta víctima era lo que con ella llevaba en su mochila, un periódico, cuya portada llamo mucho la atención de Dante, se contabilizaba y especulaba sobre las desapariciones en la reserva natural, se exigían respuestas por parte de los familiares de los desaparecidos, y se daba a conocer una futura expedición en busca de respuestas a todas las interrogantes que había sobre el aterrador tema.

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