El Anciano
Enviado por ZeroW8 • 17 de Enero de 2012 • 829 Palabras (4 Páginas) • 471 Visitas
EL ANCIANO
Darwin X. Velásquez
16 oct. 11
Tomados de sus manos, un par de jóvenes enamorados, caminaban por el parque pensando en la dura situación que vivía su romance, el era de familia muy pobre y humilde se dedicaba a la música para poder vivir, ella en cambio poseía riquezas pero su familia al saber de aquel romance la desheredo.
Mauro: En esta ocasión interpretare aquí las canciones.
Bella: aquí no hay nadie quien lo escuche, solamente aquel pobre anciano, pero no me importa alguien ya llegará y ayudara con su dinero
Mauro: Sabes me da mucha pena de aquel anciano, parece que se encuentra tan solo quizá no tiene a nadie en esta vida, pero lo mas raro es que desde que llegamos no me había fijado en su presencia, y estoy casi seguro que yo miraba hacia ese lugar y el no estaba.
Bella: No te preocupes por aquel hombre, y empieza de una vez o sino hoy no podremos comer, y eso sería muy malo.
Mauro: Pero no me importa la gente esta vez, interpretare para aquel hombre que necesita al menos esto.
Bella: Pero Mauro, que no te importa nuestra situación.
Mauro: Deja de preocuparte en eso, esta vez es muy diferente.
Mauro: Como está buen hombre, dígame, usted siempre viene por acá.
Anciano: Ola muchacho como estas, y al respecto de tu pregunta, solamente vengo en ciertas ocasiones, y esta al parecer es la mejor a la que he llegado, sabes estoy muy enfermo podrás mirar mi apariencia ya casi no puedo ni caminar.
Mauro: Despreocúpese mi buen amigo al menos tocare y cantare para usted, es lo único que le puedo ofrecer.
Anciano: Buen muchacho, tan solo con tu presencia, ya me has brindado muchísimo.
Bella: Es que acaso usted no tiene familia.
Anciano: Tengo muchos hijos pero no entienden mi forma de quererlos y hasta llegar al punto de abandonarme y odiarme.
Mauro: Un momento, ahora interpretare una música muy especial para usted, esto calmará su tristeza.
Anciano: Hijo bondadoso, es lo mas lindo que escuchado, pero permíteme obsequiarte esta diminuta ofrenda
Era una flauta de plata, tan pequeña como su mano como muestra de su bondad, y por ese acto de gratitud, broto de los ojos de Bella muchas lagrimas por aquella generosidad.
Anciano: ya no me queda mucho tiempo de vida, y solamente les pido que sean tan buenos con cualquier ser que habita en este mundo.
Mauro: Amigo que le sucede de pronto lo mire que ya no puede hablar, permítame tomarlo de su mano, todo estará bien.
Anciano: Hijo querido, llevas dentro de ti, la pureza divina, y eso es bueno para nuestros corazones. Y hoy es un buen día para volver a sonreír.
Al término de sus palabras, el anciano muere en los brazos del muchacho y claramente el joven, notó que su espíritu se elevo al cielo. Al cabo de
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