El Bosque De Los Feudos

“EL BOSQUE DE LOS FEUDOS. ENTRE LO REAL Y LO FANTÁSTICO”

El bosque, que se encontraba presente en todo feudo o señorío, tenía dos significados para el hombre medieval.

Por un lado era indispensable para la subsistencia de los habitantes del feudo: mediante la cacería de animales y la recolección de miel de enjambres y frutos silvestres –como las nueces, almendras, ciruelas, duraznos, moras, etc.- se obtenía gran parte de la alimentación. Las hierbas que éste proporcionaba servían como medicina para la población medieval.

También constituía el refugio de caballos o rebaños de ovejas y cabras, que se protegían del sol en sus inmensas arboledas. Pero, sobre todo, lo más esencial era el suministro de madera que éste brindaba.

Pese a estos beneficios, los bosques solían infundir miedo en los habitantes. El hecho de que, por lo general, se encontraran en los límites del feudo los volvía propicio para servir de escondite para ladrones o bandas de maleantes. Además, la presencia de animales salvajes -tales como lobos, jabalíes y osos- representaban un peligro constante para las personas que ingresaran en ellos. A este temor hacia “personajes reales”, debe sumarse el miedo a “personajes fantásticos”, pues en la Edad Media existía la creencia generalizada de que en el bosque moraban brujos, hechiceras, ogros, hadas, duendes, hombres lobos y todo tipo de criaturas sobrenaturales.

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