El Libro Azul
Enviado por RICHARDREYESP • 1 de Noviembre de 2014 • 8.182 Palabras (33 Páginas) • 278 Visitas
2 E L L I B R O A Z U L H U G O C H Á V E Z F R Í A S
Pensamientos
“¿Dónde iremos a buscar modelos? La América española es
original. Originales han de ser sus instituciones y su gobierno.
Y originales, los medios de fundar unas y otro. O inventamos o
erramos”.
“La América no debe imitar servilmente, sino ser original”.
Rodríguez, Simón
“Usted formó mi corazón para la libertad, para la justicia, para
lo grande, para lo hermoso. Yo he seguido el sendero que usted
me señaló”.
Bolívar, Simón
Pativilca, 19 de enero de 1824
Al Señor Simón Rodríguez
“La causa que sostenemos, que no es otra que la verdadera causa
de los pueblos, la República genuina, la Federación, vuestro
heroísmo, debe ser premiada con el triunfo de los principios y el
derrocamiento consiguiente de la tiranía. ¡Viva la Federación!
¡Viva la verdadera República! ¡Viva y para siempre, la memoria
de los patriotas de nuestra independencia, de los hombres del 5 de
julio de 1811, los que en el Acta gloriosa dijeron a los pueblos: Federación!
Que se cumpla, pues, después de tantos años”.
Zamora, Ezequiel
23 de febrero de 1859
Preliminar
Vivimos, efectivamente, una era donde las ideologías parecieran
extinguirse. El “fin de las ideologías”, así la han llamado no pocos
estudiosos de la época.
El fenómeno adquiere mayores proporciones en América, particularmente
en Venezuela, donde la gran mayoría de los partidos políticos,
surgidos paralelamente al proceso de industrialización, derivaron
en organizaciones de corte populista, totalmente vacías de contenido
ideológico.
Por otra parte, se ha dado persistentemente la tendencia, en
nuestros pensadores contemporáneos, de buscar modelos en otras
latitudes para importarlos y tratar de implantarlos en nuestras sociedades.
Mientras tanto, nuestros pueblos se han ido alejando cada vez más
de sus raíces históricas, allí donde seguramente se encuentran las
claves para descifrar el terrible enigma que nos mantiene en un ir y
venir por el abismo de la historia, ya a las puertas del siglo XXI.
Las ideologías son ayudas de navegación para surcar los tiempos
y los espacios, dándole rumbos precisos a las sociedades y a las naciones.
Y es, precisamente, en este marco desideologizado y con el propósito
de hallar recursos válidos para que nuestro pueblo avance por el
mapa intrincado y complejo del futuro que nos hemos atrevido a invocar
un modelo ideológico autóctono y enraizado en lo más profundo
de nuestro origen y en el subconsciente histórico del ser nacional.
En la médula del pensamiento de don Simón Rodríguez se encuentra
la simiente de un proyecto de sociedad basado en la educación
popular y en la creatividad. Simón Rodríguez concibe la idea concreta
de la República y talla las formas del Estado Nacional y las líneas
geohistóricas de su proyección en el tiempo.
El Árbol de las Tres
Raíces
¿Cuál es la razón por la que estamos aquí y ahora anunciando y
promoviendo cambios profundos al comenzar la última década de
este siglo “perdido”?
Pudieran enunciarse infinidad de causas, pequeñas y grandes,
pasadas y presentes, estructurales y coyunturales, para exponer a
los hombres de esta hora tal razón. Sin embargo, todas las que aquí
pudieran señalarse serían tributarias de una misma corriente, cuyo
cauce viene de muy lejos y cuyo lecho aparece y desaparece de manera
intermitente en los recovecos y vueltas, casi siempre oscuros, de
la historia patria.
Existe entonces, compatriotas, una sola y poderosa razón: es el
proyecto de Simón Rodríguez, El Maestro; Simón Bolívar, El Líder;
y Ezequiel Zamora, El General del Pueblo Soberano; referencia verdaderamente
válida y pertinente con el carácter socio-histórico del
ser venezolano, que clama nuevamente por el espacio para sembrarse
en el alma nacional y conducir su marcha hacia la vigésimo
primera centuria.
El clamor se hace indetenible por los caminos de Venezuela. Se
acerca, se hace torrente y se confunde en el estremecimiento del
pueblo venezolano.
Este proyecto ha renacido de entre los escombros y se levanta ahora,
a finales del siglo XX, apoyado en un modelo teórico-político que
condensa los elementos conceptuales determinantes del pensamiento
de aquellos tres preclaros venezolanos, el cual se conocerá en
adelante
como Sistema EBR, el Árbol de las Tres Raíces: la E, de
Ezequiel Zamora; la B, de Bolívar y la R, de Robinson. Tal proyecto,
siempre derrotado hasta ahora, tiene un encuentro pendiente con la
victoria.
Nosotros, simplemente, vamos a provocar dicho encuentro inevitable.
El Sistema Ebr
Primera Raíz: Raíz Robinsoniana
“La historia de América Latina lo dejó de lado. Deese exilio,
olvidado, de intención o desacierto en las perspectivas, traemos
a es te Simón Rodríguez, al que la historia sólo consiente en legitimar
como preceptor de Simón Bolívar.
“Se nos viene en indumentaria de transeúnte de variados
mundos, viejo observador de las revoluciones del siglo. Se nos
viene con sus trazas de inadaptado y diferente, lúcido y estrafalario,
filósofo, preavisado y avisador, reiterador de preguntas
completas: inventor discrepante y planificador para pasado
mañana trabaja su proyecto para la fundación de patrias
criollas,
acompañándolas de reflexiones al día, para el día siguiente.
Es el futuro el que carga en sus hombros de solitario impaciente”.
H U G O C H Á V E Z F R Í A S E L L I B R O A Z U L 3
“Su vida es andariega, gozosa, controversial, excedida en
gastos de energía. Sabe bien reír. Sabe hacerse pretextos a la
risa. Sabe correrse a la burla. Su alegría no es ocasional. Era
su método de vivir y enseñar”.
(Dardo Cuneo)
En la historia de la filosofía política venezolana existe un modelo
teórico primigenio, al cual vamos a llamar en adelante “robinsoniano”,
por haber emergido del pensamiento y de la praxis de aquel
compatriota que cambió su nombre original de Simón Rodríguez
por el de Samuel Robinson.
El Modelo
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