El Mar Un día Se Enojó

El mar un día se Enojó

(Judith Ormazabal)

Autoría Propia

Hace mucho tiempo atrás, en un pequeño poblado lejos de la ciudad y muy cerca del mar, Vivian solo diez familias, que vivían de los animalitos que habitan en el mar.

Los padres salían todos los días a pescar en sus botes y les traían a sus familias el pescado, los cangrejos, algas para preparar el alimento para sus hijos.

Un día llegaron muchos hombres con cascos blancos y azules a comenzar a cavar grandes terrenos al lado de las casitas de los pescadores. Las familias se extrañaron y no sabían que estaban construyendo. Paso largo tiempo y ya se asomaba una grande construcción de cemento y con grandes chimeneas. Junto a eso los dueños de la gran construcción les hicieron a los pesadores grandes regalos, botes nuevos, les regalaron mercadería, y dulces para sus hijos.

Terminada ya la gran construcción, se dieron cuenta que era una empresa que generaba residuos y que estos residuos o venenos los eliminaban por una cañería muy grande, directamente a la playa.

Una mañana muy temprano, se reunieron los pescadores, como lo hacían siempre, para ir a pescar. Y salieron en sus botes nuevos rumbo al mar a pescar para llevar el sustento a sus familias. Pero ya era muy de noche y las esposas e hijos estaban preocupados y miraban hacia el mar para ver si se asomaban sus esposos en sus botes, y nada. No llegaban y paso la noche. En la madrugada, con mucho frio y hambre llegaron los esposos muy pero muy tristes. Sus botes vacíos sin pesca, sin cangrejos y sin algas.

No habían encontrado nada, los peces se habían ido, las algas estaban muertas y los cangrejos ya no estaban cerca y mucho estaban contaminados, el mar se había enojado y se llevó a los peces y cangrejos lejos de donde la empresa los estaba matando.

La resina que la empresa eliminaba al mar, había dañado las aguas y contaminado a todas las especies marinas. Y las familias ya no tenían para comer y pasarían hambre porque la fuente de alimentos que ellos tenían, había sido exterminada.

Ahora los pescadores se habían dado cuenta porque los hombres de cascos blancos y azules les habían regalado botes nuevos y mercaderías para las esposas y dulces para los niños.

...