El Medio Rural
Enviado por rafaxx • 22 de Febrero de 2014 • 524 Palabras (3 Páginas) • 260 Visitas
Robé Pan para mis hijos
(Fidencio Escamilla cervantes)
Sí señor; yo robé esos panes,
también los quesos fundidos,
los dulces, la sal, los higos.
Yo robé todo eso, señor;
lo robé para mis hijos.
¿Qué es malo robar? ¿Qué es de los peores delitos?
¿Que se castiga con cárcel,
no importa por qué se hizo?
¿Qué es traición a la Patria?
¿Que si con ese ejemplo predico?
¿Que soy peor que un criminal?
Señor; es que tenían hambre mis hijos
y yo he estado sin trabajo;
tampoco tenemos casa
ya no tenemos ni cinco.
¿Que por qué no busco empleo?
Desde hace seis meses, señor; y no lo encuentro.
Siempre lo mismo ¡Lo mismo!
Que si tengo referencias y que si gozo de créditos,
que dónde trabajaba antes
y a cuánto ascendía mi sueldo;
que si mi filiación es partidista,
que si apoyo al buen gobierno.
Y al final: Vuelva otro día,
el personal es completo.
No señor, no tuve escuela;
me crié entre los basureros.
¿Mis padres? Nunca los conocí,
ni conocí a mis abuelos.
Mi cama fue la basura y mis amigos los perros;
ahí aprendí a defenderme,
allí mis años crecieron.
Entre las moscas, entre miasmas,
entre polvo y basureros.
Allí me di cuenta que el hombre
es aborto del infierno.
Allí me di cuenta que el mundo
es un vil pleito de perros.
Y crecí, crecí, y crecí;
y mi alma se hizo más dura
y mi destino más negro
y una palabra que a diario
me taladraba el cerebro:
¡Hambre! ¡Hambre! ¡Hambre!
Las cáscaras no alimentan,
el agua sabe a vinagre,
las tortillas tienen hongos,
muy duros están los panes,
los frijoles quedan rancios,
las frutas a orines saben.
Y así crecí: entre pus y desperdicios,
entre microbios de cáncer,
entre bacterias de tifo,
entre perros y entre gatos;
entre todo esto, también nacieron mis hijos:
unos hijos esqueléticos
viviendo entre desperdicios
jugando entre suciedades
y bañándose con vicios.
Y un día, quise conocer mi pueblo
el pueblo que no me quiso,
el que miraba en mis noches
y en mis infantiles sueños
como algo maravilloso;
algo así como un juguete nuevo.
¡Qué decepción abrigué en mi alma!
¡Cuánta miseria llegó a mis ojos!
Miseria sucia, miseria humana,
nido de ratas, bestias en brama
donde el más fuerte castiga y mata,
donde el más débil sufre y acata;
nido de fieras
...