El Trabajo Docente En El Medio Rural
Enviado por edugua • 9 de Febrero de 2014 • 2.331 Palabras (10 Páginas) • 645 Visitas
INTRODUCCIÓN:
Es una muy buena lectura, ya que más adelante llevaremos a cabo nuestras prácticas en comunidades rurales, para comenzar la autora plantea unas palabras de un maestro rural que dice: la mayor virtud o cualidad del maestro que trabaja con dos o tres grados, o con toda la primaria completa, es hacer que todos trabajen parejos, con el mismo entusiasmo. Así es debemos de tener, nos debe de brotar el entusiasmo y deseo de que los niños aprendan.
A fin de aprender, los niños deberán realizar las actividades por sí mismos pero, para lograrlo, el maestro debe organizarlos y conducirlos. El trabajo en el medio rural presenta un reto singular. Las condiciones de la escuela y las carencias materiales pueden ser desalentadoras, por eso es importante el interés que los maestros tengan para emprender su labor. Los recursos más importantes con que cuenta el maestro son las preguntas, los conocimientos y las vivencias diarias de los niños.
DESARROLLO:
EL TRABAJO DOCENTE EN EL MEDIO RURAL
Las niñas y los niños del medio rural:
Muchas experiencias significativas de los maestros se deben a la relación cercana con los niños y niñas de las comunidades rurales. El hecho de compartir conocimientos con ellos motiva a muchos maestros y maestras. En la convivencia con los niños, los maestros conocen cómo son, cuáles son sus inquietudes, necesidades y ritmos de aprendizaje.
Comparten sus juegos, risas y bromas en las horas de descanso. Esto facilita el desarrollo del trabajo, porque los niños les tienen más confianza. En cada escuela los niños son diferentes. Los maestros tienen que familiarizarse con sus características para encontrar la mejor forma de trabajar con ellos.
Muchos de los niños y niñas que asisten a las escuelas rurales se conocen desde hace tiempo y juegan juntos. Fuera de la escuela aprenden mucho unos de otros, comentan todo lo que ocurre y se organizan para las actividades de la vida diaria.
Los niños y las niñas del medio rural demuestran su capacidad de aprender y razonar en la vida diaria, ya que desde pequeños participan en el trabajo doméstico o agrícola. La colaboración de los niños es necesaria para la economía familiar, y ellos no pueden dejar de trabajar para dedicarse por completo al estudio.
En algunos lugares los alumnos –especialmente las niñas- muestran timidez ante los extraños, sobre todo cuando viven alejados de otras poblaciones y no tienen medios de comunicación, pues no están acostumbrados a ver personas desconocidas.
En algunas localidades puede haber niños con necesidades especiales (con limitaciones visuales y auditivas, o bien con impedimentos físicos), que no tienen acceso a servicios especializados. Si se logra que los demás alumnos los acepten, sin aislarlos, estos niños pueden aprender mucho en las clases, aunque no avancen al mismo paso que sus compañeros. Algunos de ellos llegan a tener mucha confianza con el maestro y a superar problemas pasados.
Los niños y las niñas de cada comunidad tienen sus propias características culturales. Sus creencias y conocimientos, juegos y obligaciones, formas de relacionarse con los adultos, pueden ser diferentes en cada lugar.
SABER ENSEÑAR EN LA ESCUELA RURAL
Hacia una mejor enseñanza:
La mayor satisfacción de ser maestro radica en la enseñanza misma. Al enseñar, los profesores organizan actividades que permiten a los niños adquirir conocimientos que no obtienen fácilmente de otra manera. A fin de aprender, los niños deben realizar las actividades por sí mismos pero, para lograrlo, el maestro debe organizarlos y conducirlos.
El trabajo en el medio rural presenta un reto singular. Las condiciones de la escuela y las carencias materiales pueden ser desalentadoras. Frente a eso, es importante que el interés que las maestras y los maestros tengan que emprender su labor, así como su capacidad para guiar a los alumnos.
Los recursos más importantes con que cuenta el maestro son las preguntas, los conocimientos y las vivencias diarias de los niños.
El inicio del año escolar:
Durante los primeros días se organiza el trabajo del año y, con la ayuda de todos, se arregla el salón para que cada niño tenga su lugar. Además, se establecen acuerdos de higiene y se organizan los turnos para hacer el aseo.
También conviene proponer una forma de empezar los días –como cantar una canción, o platicar de algún hecho interesante, ocurrido en la comunidad o fuera de ella- para motivar al grupo.
El trabajo en la escuela multigrado se facilita mucho si se enseña la misma materia a todos los grados a la vez. Los profesores de escuelas multigrado procuran aprovechar las oportunidades de trabajar con todo el grupo junto. Sin embargo muchas veces será necesario organizar dos o tres actividades a la vez, ya sea por grados o por ciclos.
Participación, disciplina e interés de los alumnos:
La comprensión y la confianza son indispensables para que los niños participen y aprendan en clase. Sin embargo, la experiencia ha enseñado a los maestros a poner límites sin dejar, por ello, de ser afectuosos con los niños.
Los niños y las niñas normalmente respetan al maestro cuando advierten que les enseña y se preocupa por su aprendizaje. Las niñas y los niños se interesan especialmente en lo que tiene sentido para ellos, en lo que se relaciona con lo que conoce y con lo que quieren saber.
Es importante relacionar los conocimientos que se dan con experiencias propias de los niños. Esto es posible, incluso, al enseñar temas aparentemente ajenos a sus vidas.
Recursos para propiciar el aprendizaje:
Es necesario que la maestra o el maestro tenga claro cómo cada actividad sirve a los niños para aprender el tema y los guíe teniendo en mente el conocimiento al que se quiere llegar. Es necesario repasarlos antes de la clase y pensar cómo comunicárselos.
Los libros de texto y los programas oficiales para cada grado proponen temas y actividades susceptibles de ser puestos en práctica por los maestros para mejorar la enseñanza.
El maestro deberá hacer algunos ajustes en las clases que prepara para mantener el interés de los alumnos y lograr que siempre estén trabajando. Si organiza una actividad para dos o más grados y los alumnos de uno de ellos muestran desinterés, puede dejarles otra actividad indirecta y continuar con el otro grado.
Ocasionalmente, algunos niños y niñas terminan su trabajo antes de que el maestro se desocupe, esto provoca que se inquieten y pidan más o que distraigan al resto. Para evitarlo, el maestro puede enseñarles que en esos momentos realicen ciertas actividades sin que él se
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