El Siatema Penitenciario Siglo XIX

El sistema Penitenciario en el Siglo XIX

(1801-1900)

En realidad en sus orígenes la cárcel no existió como tal; sucede que fue el resultado de la necesidad de un remedio pronto y eficaz para contrarrestar los peligros con que se verá amenazada la sociedad con la multitud de salteadores que en los caminos, en los poblados y aun dentro de la capital, tenían a los hombres en continua alarma.

Durante la primera parte del siglo XIX, a pesar de que ya existían prisiones como la de la Acordada, la de Belén y posteriormente la de Lecumberri a finales y principios del siglo XX, aún se realizaban ejecuciones de justicia, lo que hoy conocemos como pena de muerte.

Los reos después de haber permanecido en prisión por algún tiempo, eran sacados de la cárcel y llevados a la plaza de Mixcoac para su ejecución o ahorcados en la plaza mayor donde los curiosos ya acostumbrados a los espectáculos de las penas, llegaban al sitio para conseguir un buen lugar y observar la ejecución.

Durante este tiempo no existía una separación de presos, no se tomaban en cuenta la naturaleza de los delitos que cometían, es decir se encontraban mesclados, el salteador con el que hurta comida, el famoso bandido con el reo político, el deudor con el homicida, no existía un sistema penitenciario funcional.

No existía la idea de rehabilitar, readaptar, reinsertar simplemente todo se resumía a castigar y sirvió para recluir a los adversarios de un régimen o de un señor, en lugares in apropiados, bajo situaciones precarias, es decir la prisión es utilizada en este tiempo como un método de opresión.

Durante este tiempo a la nueva España hoy conocida como la ciudad de México, se le nombraba la ciudad de los palacios o la ciudad de las prisiones, sus cárceles eran espanto de inconformes; Existía ya la Acordada la cual contaba con su propio tribunal el del Santo Oficio o Tribunal de la Acordada.

Este tribunal no contaba con un establecimiento fijo y por tal situación era necesario asistir al lugar donde se hubiese encontrado al delincuente y en el propio lugar de los hechos, ante la identificación de la persona y con el cuerpo del delito se juzgaba y se procedía a la inmediata ejecución del reo, esta prisión funciono hasta 1812 con este tribunal, después se convirtió en prisión ordinaria y se eliminó el tribunal de la Acordada, se ubicó en distintos lugares como el castillo de Chapultepec, palacio nacional y finalmente se estableció frete a la iglesia del calvario hasta 1862 bajo el nombre de cárcel nacional de la Acordada.

En consecuencia de todas estas injusticias y del abuso que sufrían los reos, comienzan a surgir modificaciones a la constitución en materia penitenciaria, pretendiendo así lograr el establecimiento formal de un sistema penitenciario funcional, el cual no fue sino hasta cuarenta años más tarde que realmente comenzó a trabajarse de una manera eficiente en su estructuración.

Hubo proyectos que no

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