El Sismo Del 19 De Septiembre De 1985
Enviado por midorifanic • 23 de Febrero de 2014 • 826 Palabras (4 Páginas) • 526 Visitas
El sismo del 19 de septiembre de 1985
El terremoto del 19 de septiembre de 1985, fue el más mortífero y destructivo que se ha registrado en la historia de la ciudad de México. El epicentro se localizó en las costas de Michoacán y Guerrero, rotura del contacto entre las placas de Cocos y de Norteamérica, en una extensión de 50 km x 170 km y unos 18 km de profundidad. Su magnitud fue 8.1, según informó el Instituto de Geofísica de la UNAM, con una duración de casi cuatro minutos, de los cuales, un minuto y treinta segundos corresponden a la etapa de mayor movimiento.
La intensidad en la superficie directamente sobre la zona de ruptura, alcanzó IX en la escala Mercalli Modificada. A pesar de la gran distancia focal (370 Km) que atenúa fuertemente las ondas en roca, los efectos de sitio en la ciudad las amplificaron dramáticamente, principal-mente en ciertos rangos estrechos de frecuencia de vibración. Debido a la estratigrafía profunda del valle de México, las ondas que llegaron aquí a la superficie superior rocosa tenían en comparación con temblores en otros sitios, un contenido excepcionalmente alto de energía en un intervalo de frecuencias que abarca justamente aquellas que más amplifican las arcillas del valle.
Esa mañana, un trágico despertar dejó a su paso: muertos, heridos, desaparecidos, damnifi-cados, edificios públicos, privados y casas habitacionales destruidas; inmuebles en peligro de caer; interrupción en el servicio de agua, energía y teléfonos; fugas de agua y gas; múltiples rupturas en el asfalto y la paralización total en el servicio de transporte colectivo.
Por todos lados surgieron brigadas de rescate de aquellos que desinteresadamente ofre-cieron algo más que sus propias manos. Crecía a cada momento la incertidumbre y luego la desesperación, no instrumentos para las labores de salvamento; hospitales y ambulancias no se daban abasto, mientras que la escasez de medicamentos y sangre tuvieron como conse-cuencia la pérdida de muchas vidas que pudieron ser salvadas.
El secretario de la Defensa Nacional, anunció minutos después del temblor que el Ejército Mexicano había puesto en operación el Plan DN-III de auxilio a la población civil. Para millones de capitalinos, entre las 7:19 y 7:22 todo terminó para empezar dramáticamente.
Aparecen entonces las primeras respuestas a la desgracia: se desborda la generosidad y el apoyo internacional. El presidente de Cuba, Fidel Castro, fue uno de los principales; le siguieron dirigentes de la ONU y los presidentes de Argentina, Colombia, Estados Unidos, España, Nicaragua y Venezuela (entre otros).
La noche del jueves miles de habitantes del DF, atemorizados por la posibilidad de un nuevo temblor, durmieron fuera de sus casas en albergues improvisados y campamentos ubicados en parques, camellones, aceras y, en menor medida, en instalaciones
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