El Ultimo Tlatoani
Enviado por MoniHart • 22 de Noviembre de 2012 • 1.350 Palabras (6 Páginas) • 1.632 Visitas
El propósito de este escrito es dar a conocer cómo era la vida de Moctezuma Xocoyotzin, el último Tlatoani Mexica. Aprender más sobre este personaje histórico y tener una idea de lo que fue vivir en esa época y lo que implicaba ser un emperador del nivel de Moctezuma. Aspectos como su origen, sus obligaciones, sus pasatiempos, su alimentación, sus beneficios y consecuencias, etc.
La majestad, orden y símbolo.
El Tlatoani, era un hombre importante y muy poderoso, que aparte de tener ciertos beneficios, también tenía que cumplir con deberes ya que él era el que tenía que ver lo la seguridad y justicia que se impartía en la ciudad. Además de esto, también tenía que cumplir con ciertas actividades, tales como oraciones, rituales, ayunos, vestir ropas especiales con símbolos, entre otros, pues él era tomado como un semidiós. Tenía que haber cuidados especiales hacia él, no podían tocarlo, ni mirarlo directamente a los ojos porque era considerado un ser divino. El a cambio, se sacrificaba, se aseaba solo, consumía alimentos especiales preparados únicamente para él y también ingería algunas sustancias.
Sin embargo el poder que tenia, era usado únicamente para lo que se le había otorgado, no podía tener caprichos y se tenía que sujetar a ciertas reglas porque en sus manos estaba mantener el orden o el caos, la seguridad, la obediencia, la riqueza o la pobreza entre otros aspectos que conllevaba su responsabilidad, por lo tanto tenía que ser cuidadoso con las decisiones que tomaba ya que bajo sus autoridad se encontraba todo el imperio.
La rutina
Cada mañana cuando el sol salía Motecuhzoma se despertaba primeramente para cumplir con ciertos rituales y hacer oraciones, después de esto se bañaba para purificar y limpiar su cuerpo. Almorzaba alimentos ligeros y después se disponía a cumplir con sus deberes, convivía con la nobleza, recibía embajadores de otros lugares y trataba casos difíciles de justicia. Después del medio día, llegaba la hora de comer lo cual se había convertido en un ritual. Los alimentos se le servían en platos de barro adornados con distintos colores, y aunque estuviera rodeado de gente, él era el único que comía de la gran variedad de platillos que le preparaban algunos de ellos eran guajolotes, conejos, codorniz, mariscos, tamales, atoles, dulces y frutas, además de carne humana, acompañado de músicos y mujeres que lo atendían para darle el platillo que mas fuera de sus gusto, finalmente comía frutas dulces y cacaos, preparado de variadas formas para complementar su menú.
La privacidad y la siesta.
Al terminar la comida, posiblemente se aseaba los dientes y después de esto, se disponía a fumar tabaco mientras hablaba con algunos ministros, que solo hablaban para responderle. La comida que sobraba era repartida entre la nobleza ya que era considerado un honor comer de la mesa del señor. Ya más en la tarde volvía a sus labores de gobierno por un rato y después realizaba ciertas actividades como dar un paseo por el zoológico o el jardín, observar juegos de pelota o hacer competencias de tiro al blanco. Y finalmente en las noches visitaba a las mujeres. Aunque también asistía a festivales religiosos, visitaba otras ciudades, e iba a ver los desastres que eran provocados por la guerras e incluso el iba a las mismas guerras. Todos sus actos eran considerados como sucesos divinos.
La etiqueta palaciega
La vida de Motecuhzoma consistía en orden y todo era controlado. Era un señor que marcaba reglas de conducta, muy severo e inaccesible como lo afirmaba Hernán Cortes que un día intento abrázalo y se lo impidieron. En las audiencias, mientras Motecuhzoma estaba sentado rodeado de ministros. Los visitantes se tenían que quitar las sandalias y debían ponerse una manta al entrar, no debían hacerlo de frente y tenían que mirar hacia el suelo. Permanecían de rodillas, y tenían que hablar fuerte y claro, serenos y sin titubear pero por parte de Motecuhzoma, no había muchas palabras.
Los objetos
Había objetos variados que usaba el Tlatoani, hechos de distintos materiales, algunos eran parecidos, pero no iguales, siempre había algo que los diferenciara,
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