El fenómeno del poder y las instituciones políticas en Еgipto al momento del nacimiento de Jesús

EL FENÓMENO DEL PODER Y LAS INSTITUCIONES POLÍTICAS EN EGIPTO AL MOMENTO DEL NACIMIENTO DE JESÚS.

Al momento del nacimiento de Cristo, o comienzo de nuestra era, es necesario señalar que Egipto ya no era una nación soberana, sino que era una más de las provincias de Roma.

El Imperio Romano en su expansión había llegado a la tierra de los faraones y los había dominado política, económica y militarmente. Fue una invasión, una dominación.

La provincia romana de Egipto (Aegyptus) se creó hacia el siglo 30 A.C, bajo el poder del emperador Octavio, también conocido como Augusto, quien implementó la transformación del reino ptolemaico al Imperio Romano.

Escritos de la época dan cuenta de que el Emperador romano no trató a Egipto como otra de las provincias de Roma, sino que por el contrario siempre lo dio un tratamiento como si fuera una propiedad personal.

Esto, además, implicaba que sus instituciones políticas habían sido adecuadas a las necesidades de Roma.

Al comienzo de nuestra era Egipto fue clave para Roma especialmente en lo que tiene que ver con surtir las necesidades de trigo que tenía el imperio. El país africano fue la joya de la corona del imperio, ya que le sirvió de despensa para alimentar a sus legiones.

“Cierto que al comienzo se decidió la confiscación de tierras y templos y la supresión de determinados privilegios con objeto de limitar su poderío económico y de mejor controlar la influencia política que habían tenido en un pasado a fin de cuentas muy reciente y que amenazaba con renacer.” (Le Gall y Le Glay, 1995, pag 284)

Los romanos mantenían un estricto control de sus provincias pero trataban de dejar algunas de las instituciones que tenían sus dominados, “Por otro lado y por razones políticas, Roma permitió a los egipcios que conservaran plena libertad religiosa los virreyes romanos que residían en la provincia, rendían culto, aunque de forma puramente nominal, a las creencias nativas. Esto era más satisfactorio para los campesinos egipcios que cualquier otra cosa. Su religión nunca prosperó tanto como bajo del dominio romano, nunca se construyeron y enriquecieron tanto los templos.” ( Asimov 1993, pag 195)

No obstante centraban su control especialmente en el tema tributario, se cobraban impuestos para todo aquel que cruzara el desierto, todo aquel que transitara desde el mar rojo al Nilo, incluso la Biblia menciona en alguno de sus libros el tema del empadronamiento, que realmente no era otra cosa que un censo que organizaba el gobierno romano para tener claro quienes deberían tributarle.

En la parte política Egipto era manejado por un procónsul o prefecto, que era designado directamente por el emperador desde Roma. Era la máxima autoridad, no solo política sino militar. Sus funciones se centraban principalmente en mantener el control político de la provincia, sostener el sistema tributario,

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