El fenómeno taumaturgo real El poder de una forma monárquica en la Francia medieval

El fenómeno taumaturgo real El poder de una forma monárquica en la

Francia medieval

Aldo Perán Gutiérrez

Universidad Alberto Hurtado

Introducción:

Para que en Francia se diera un modo de gobernar como el absolutismo, debemos mirar al

pasado y delimitar nuestra búsqueda hacia la interrogación del acontecimiento que explique el

sentidos que ordena el transcurso histórico en una legalidad tal que para comprender la

constitución de un tiempo por medio de ese cuestionar, nos acerquemos a algunos alcances

que sean respuesta hacia nuestras incertidumbres sobre esta consideración histórica.

La historia nos obliga a preguntar por un sujeto histórico, y a su vez, nos exige ver los

elementos constitutivos de este. Por eso lo abordaremos desde la “antropología política” en

correlato con lo medieval y lo propiamente histórico. Sobre esa perspectiva, es oportuno

señalar que comprendemos la relación del poder con las estructuras fundamentales -como el

poder político- en cuanto su imperativa necesidad que deviene en un arraigo sagrado

estratégico1

. Una dinamización que tendrá como sustento la proyección histórica misma.

A partir de esto último, comprendemos la aplicación de esta perspectiva teórica en una

forma de relación con otras miradas de interpretación – literarias o filosóficas- y estas, en

conjunto en cuanto ven al poder en su contexto: el fenómeno monárquico. El sustento ritual

será la base para que el rey sea alzado a una imagen divina. Este será el leitmotiv que dará base

para que los monarcas franceses se adueñen de la curación que les ofrece el don taumaturgo.

Desde estos signos desde donde articulamos nuestra revisión.

Sobre esta particular forma de poder real, debemos verle desde su manifestación

fenoménica que hace del tacto a las escrófulas, la justificación sagrada e histórica de la

perpetuidad de un acto fundacional, de esta acción real en particular, correlato de una tradición

que traspasará períodos históricos, extendiéndose, incluso, hasta la modernidad.

1 Balandier, Georges. “Antropología Política” Ed. Península, 1976, Barcelona, España. p.5

[2]

En suma, el rey como imagen idealizada, reflejó la ornamentación de las prácticas

mencionadas anteriormente y, así, nos muestra una forma distinta de comprender hechos

posteriores; es en aquello donde nos enfocaremos, en buscar los orígenes del poder

monárquico y la justificación religiosa que tuvieron; por esa arista entonces, comenzamos.

I

Para comprender desde cuando la realeza comenzó a ser sagrada, es necesario remitirse a los

albores del reino franco en el alto período medieval. Es fundamental la imagen y acción que

tuvo el rey Clodoveo al igual que el proceso de unificación política que efectuó para establecer

los límites de de su reino2

, especialmente, posterior a su conversión cristiana.

Se tiene conocimiento de la influencia en este hecho por parte de los obispos cristianos

de la Galia con el motivo de imponer una presencia cristiana frente al arrianismo que surgía al

sur del territorio mediterráneo, fuera una formación articulada o preconcebida del soberano en

cuestión3

. Frente a esto, podemos mirar la elaboración de una imagen monárquica, como la de

un “guerrero cristiano” al momento de ser bautizado por el Obispo Remigio en Reims.

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