El feudalismo

Edgar Ramírez Cabral

Historia de la Iglesia en la edad media

FEUDALISMO^[1]

En el medieval el feudalismo consistía en jerarquizaciones de poderes políticos y sociales incluso hasta dejar su huella en las instituciones eclesiásticas. EL feudo era un contrato por el cual los soberanos a los grandes señores y estos a otros de inferior categoría otorgaban tierras en usufructo, obligándose el feudatario con juramento a guardar fidelidad de vasallo al donante, prestarle servicio militar, acudir con su consejo a la asamblea que el señor convocaba y ayudarle con otros subsidios, según lo convenido en el contrato. El feudalismo no puede existir ni en una monarquía absoluta ni en un régimen capitalista.

Surge en cuanto empieza a desaparecer la igualdad entre las clases sociales por el patronaje y la encomienda, incluso antes de la decadencia del Imperio romano. Germina entre los merovingios y carolingios (Francia, Germania e Italia) surgiendo con mayor fuerza en estos últimos. Sobre todo, para que los campos de pequeños propietarios fueran defendidos bajo la protección de grandes señores. Empieza la independencia administrativa de las grandes posesiones señoriales de los municipios.

Las invasiones bárbaras no se hacen esperar adquiriendo las tierras soberanamente, en el cual los merovingios ceden la propiedad por otro lado los carolingios el usufructo por contrato feudal. El surgimiento de las villas con muros en tiempos de guerra eran comunes pues los campesinos y señores feudales pactaban el servicio de estos y la protección de los otros, dando seguridad y defensa. El comercio se hace en especie, los mercaderes de profesión eran musulmanes y cristianos.

Los grandes feudatarios podían conceder parte de sus tierras en feudo a otros inferiores, por juramento de fidelidad. Luego aparecerá el espíritu del vasallaje al interior de la familia, en el que la esposa e hijos serán considerados vasallos del padre de familia.

El feudatario podía cobrar tasas y otros derechos feudales, administrar justicia en sus dominios y hace la guerra a otros señores feudales. Estos construían puentes, casillos, aseguraban mercados y caminos, amaestraban en las armas a los súbditos. Solo podía ser juzgado por el rey y ser despojado de su feudo si cometía traición al rey o la opresión a sus súbditos y otros abusos.

El clero como clase social disfrutaba de los mismos privilegios que la nobleza y ejercía igual influencia económica, ya que reyes como articulares hacían donaciones de tierras a las iglesia y monasterios, otorgando a los obispos, cabildos y abades jurisdicción y señorío sobre los hombres que allí vivían, aun las abadesas tenían hombres de armas. Esto provocaría la ambición y codicia de muchos personajes indignos que sin vocación eclesiástica lograban entrar en posesión del episcopado. Corrupción y concubinato distinguía algunos del alto clero feudal, y en las aldeas el clero bajo era ignorante y rudo. Desde Gregorio VII vuelve a la monarquía absoluta, libre de señores feudares y del mismo emperador.

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