El final del Antiguo Régimen en España

TEMA 3:

EL FINAL DEL ANTIGUO RÉGIMEN EN ESPAÑA:

INTRODUCCIÓN:

Tras la muerte de Carlos tercero en 1788, España inició una verdadera “travesía por el desierto” en todos los sentidos. Desde el político el país era como un buque sin rumbo, cambio su política en función de los mismos ministros que gobiernan o según las circunstancias internacionales, incapaz de adaptarse a nuevos tiempos del liberalismo y aferrándose al Antiguo Régimen hasta la muerte de Fernando VII, en 1833. La economía de España entrará en una crisis económica estructural marcada por la quiebra de Hacienda pública, destrozos provocados por la guerra de la Independencia y finalmente por la pérdida de las colonias americanas desde 1810 a 1826. La cultura y la ciencia, el país vivirá un periodo de decadencia en el que Goya resaltará como figura sobresaliente.

ESQUEMA DE CONTENIDOS:

1.- El reinado de Carlo IV (1788-1808).

2.- La guerra de la Independencia (1808-1814).

3.- Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812.

4.- El reinado de Fernando VII (1814-1833).

5.- La independencia de la América española.

5.1.- Las causas.

5.2.- Las fases.

5.3.- Las consecuencias.

6.- Goya.

6.1.- Etapas.

6.2.- Temáticas.

1.- El reinado de Carlo IV (1788-1808).

El reinado de Carlos IV estará muy vinculado al ciclo revolucionario iniciando en Francia en 1789. Hijo de Carlos III, accede al trono español a la muerte de este; tras una etapa en la que siguió confiando en la buena gestión de los ministros ilustrados de su padre, acabó dejando todas las tareas de gobierno en las manos de su valido, Manuel Godoy, un antiguo guardia de corps.

España se unió al conjunto de potencias europeas que trataron de contener a Francia revolucionaria con la llamada guerra de la Convención (1793-1795). Las potencias absolutistas fueron derrotadas y España se vio obligada a cambiar su sistema de alianzas con la firma del Tratado de San Ildefonso, en 1796 y el Convenio Aranjuez, en 1801, ambos firmados por Godoy. Con estos acuerdos, España se unía a Francia en su lucha contra el Imperio británico. El principal hecho que caracterizó esta nueva alianza fue una sucesión de derrotas españolas a manos de la marina británica, que llegó a su punto culminante con la batalla de Trafalgar (1805), cuando una flota conjunta franco-española fue derrotada por la británica. El resultado para España fue la práctica destrucción de su flota, lo que dificultó las relaciones con sus colonias de ultramar, mientras que Gran Bretaña consolidaba se dominio de los mares.

Los problemas por los que atravesaba la Hacienda española se agravaron, precisamente, con la ruptura del comercio con las colonias, lo cual obligo a Godoy a aprobar nuevos impuestos que empeoraron las ya de por sí duras condiciones de vida de las clases populares. Este hecho, unido a los intentos de Godoy de desamortizar los bienes del clero, para aumentar los ingresos de la Corona, y a las crisis de subsistencia resultado de la quiebra del comercio interior, provocaron la oposición de amplios sectores de la población contra el valido.

La firma del Tratado de Fontainebleau en 1807, entre Godoy y Napoleón, por el que se autorizaba el paso de las tropas francesas por el territorio español con el objetivo de invadir Portugal (aliada de Gran Bretaña), acabó con la paciencia de las clases privilegiadas, debido a ello la nobleza palaciega comenzó a concentrarse en torno a la figura del príncipe Fernando, con el fin de derrocar a Carlos IV y proclamar rey a su hijo, iniciándose así una serie de conspiraciones contra el trono.

Ante el temor de Godoy de que la presencia francesa en territorio español condujera a una efectiva invasión del mismo, la corte de Carlos IV se trasladó a la villa madrileña de Aranjuez. En marzo de 1808, las clases populares, instigadas por los grupos privilegiados partidarios de Fernando, protagonizaron el conocido como motín de Aranjuez, un levantamiento que provocó la destitución de Godoy y obligó a Carlos IV a abdicar en su hijo, que se convertiría en el nuevo rey con el nombre de Fernando VII.

Indignado por lo sucedido, Carlos IV escribió a Napoleón con el objetivo de que actuase como árbitro en las disputas entre padre e hijo. Napoleón cito ambos en Bayona (Francia), con el fin encubierto de sustituir a la dinastía de los Borbones españoles por la de su familia; tras reunirse, el emperador francés obligó a Carlos IV y a Fernando VII a renunciar al trono español en su nombre, para proclamar rey de España a su hermano José Bonaparte (José I).

2.- La guerra de la Independencia (1808-1814).

La guerra de la Independencia fue el conflicto que se desarrolló en territorio español contra los invasores franceses a lo largo de seis años en 1808 y 1814, cuando se produce el retorno de Fernando VII, el Deseado.

El acontecimiento que marca el inicio del conflicto fue el levantamiento del 2 de mayo de 1808 en Madrid: ante la creencia de que las tropas francesas pretendían secuestrar a uno de los príncipes para trasladarlo a Francia junto a al resto de la familia real, el pueblo madrileño se alzó en armas contra el ejército invasor, produciéndose enfrentamientos callejeros que acabaron siendo duramente reprimidos.

Un sentimiento patriótico se extendió por toda España cuando el alcalde de Móstoles dirigió al país un bando en el que llamaba al alzamiento armado contra el invasor. Surgieron juntas locales que organizaron la lucha, constituyéndose luego en juntas provinciales, una de las cuales, la Junta Suprema de Sevilla, convertida más tarde en Junta Suprema Central, se encargó de dirigir al país y los esfuerzos bélicos.

La guerra de la Independencia se desarrolló en tres grandes fases:

Primeros enfrentamientos: los franceses sitiaron las ciudades de Gerona y Zaragoza en su avance por toda la Península durante el verano de 1808. También se enfrentaron con el ejército regular español en las batallas de Bruch, Requena y Bailén. En esta última las tropas del general francés Dupont fueron humillantemente derrotadas por las fuerzas españolas comandadas por el general Castaños, lo que representó la primera derrota de un ejército napoleónico en campo abierto y obligó a José I a abandonar Madrid.

Dominio francés: tras la derrota de Bailén, Napoleón decidió intervenir personalmente en la guerra al frente de la Grande Armée, “Gran Ejército”, un descomunal Ejército de 250000 hombres con el que logró tomar

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