El imperio inca.
Enviado por Juan Juarez • 9 de Marzo de 2017 • Informe • 5.883 Palabras (24 Páginas) • 309 Visitas
El Imperio Incaico
Orígenes e historia
Poco es cierto que sabemos sobre el origen de los Incas. La fundación según la tradición estaba ligada a ochos hermanos (Ayares) que decía ser hijos del sol, y que vivían en un lugar llamado Pacaritambo. Éste lugar de origen es un conjunto de tres grutas situadas al pie de una colina que tradicionalmente lleva el nombre de Tambotoco. De estas cavernas del centro habrían salido los hermanos. Mientras que de las del costado, salieron los primeros antepasados de algunos ayllus. En un determinado tiempo comenzaron, su migración hacia el Valle de Cuzco. Los hermanos Ayares, fueron desapareciendo uno tras otro, quedando Ayar Manco como jefe único de los inmigrantes. Y fue éste el fundador de la dinastía incaica bajo el nombre de Manco Capac.
Este mito de origen o tradición ha sido diversamente analizado con la intención de extraer de ella el núcleo histórico que toda tradición suele tener. Así, Valcárcel ha señalado que los hermanos Ayar, representan el grupo de fundadores de ayllus que en esa oportunidad fueron a establecerse en el Valle del Cuzco.
Es importante el hecho de que casi todos los cronistas, traen la versión de que los Ayares procedían de más allá de Tambotoco, de alguna parte del área colla, esto es en la cuenca del Titicaca, y por lo tanto eran de lengua Aymara.
De los autores modernos, son muchos los que decididamente admiten un origen colla de los Incas. Uhle, por ejemplo basándose sobre todo en la equivalencia del término aymara “mallco”, con el quichuizado manco, opina que Manco Capac, había sido un jefe colla.
Otros autores llaman la atención sobre ciertas particularidades de la primitiva historia incaica que señalarían en el mismo sentido de un origen colla de los Ayares.
La población que los Ayares hallaron en el Valle del Cuzco, después de terminada su migración era, sin duda de lengua Quichua.
Es indudable que la fundación incaica se produjo en región de habla Quichua. Es, además probable que la antigua división de la ciudad en Hanan Cuzco y Hurin Cuzco correspondiera a esa dualidad étnica. Según, Garcilaso, en la parte alta de la ciudad (Hanan Cuzco) se habría asentado los restos de la población primitiva, mientras que los invasores construyeron sus moradas en la parte baja (Hurin Cuzco). Y como es lógico, fue la población de esa parte baja de la ciudad, es decir, el elemento invasor, la que dio los cinco primeros monarcas a la dinastía incaica.
Los primeros reinados:
Tampoco tenemos noticias cierta sobre la historia de los primeros reinos de la nación incaica. La tradición oficializada del tiempo del Imperio admitía una sucesión de ocho monarcas hasta llegar al reinado de Pachacuti con el que, en realidad comienza la era Imperial.
De acuerdo con la tradición, el primer Inca fue Manco Cápac. Viviría hacia mediados del siglo XIII. Éste soberano fue el conquistador de Cuzco, y el fundador de la ciudad y de la monarquía incaica. La construcción del Inticancha o palacio del Sol, templo y residencia de los Incas, le es también atribuido. Luego de este vinieron varios otros incas, la lista es la siguiente:
- Sinchi Roca.
- Lloque Yupanqui.
- Mayta Cápac.
- Cápac Yupanqui.
- Inca Roca.
- Yahuar Huaca.
- Viracocha.
Parece que este Viracocha fue el primer gobernante incaico con aspiraciones imperialistas. Comienza éste Inca asegurándose el dominio efectivo y permanente de los pueblos conquistados. Luego, afianzados, los pueblos del Valle del Cuzco, comienza la conquista de otras zonas, primero las más cercanas, luego las más alejadas. Con estas conquistas, la nación incaica se erige en una potencia militar a muchas otras que había en la región central y meridional de la Sierra peruana, al tiempo que entraba en rivalidad con ellas. Una de éstas era la famosa Confederación Chanca, ambas potencias hubieron pronto de chocar. Sucedió primero un ataque de los Chancas, al Cuzco, Viracocha, ya anciano, no quiso defender la capital. Pero uno de sus hijos, de nombre Inca Yupanqui, logra defender la ciudad y rechazar a los atacantes. Este defensor de Cuzco, sale al paso del segundo ataque, y la suerte le es nuevamente favorable, pues derrota y aniquila a los Chancas.
La época imperial:
Con la terminación de las guerras chancas, quedó libre el camino para la expansión imperial del Estado incaico. Y como los incas lograron la hegemonía sobre las demás naciones de habla quichua y adoptado su lengua, la nación incaica era ahora no sólo la potencia quichua por excelencia, sino que también una de las más importantes de la Sierra Central peruana.
Con la fama que sus victorias sobre los Chancas le habían dado, el príncipe Inca Yupanqui incorporó a su nombre el título de Pachacuti, y se hizo nombrar Inca aún en vida de su padre y contra la voluntad del mismo. De ahí que Pachacuti Inca Yupanqui, sea considerado noveno Inca. Su coronación como Sapa Inca, o mejor, su imposición de la borla, ya que en esto consistía el simbolismo de la toma del poder, corresponde, según ha calculado Rowe, al año 1438, y esta es también la fecha en que comienza la Época Imperial del Estado incaico.
Hacia 1471, Pachacuti, ya anciano, delegó el mando en su hijo. Topa Inca Yupanqui fue pues, el décimo Inca. Éste conquistó, todo el Altiplano boliviano, y hasta invadió Chile. Los pueblos del Noroeste argentino aprovecharon para someterse también. Unificada por ese lado el Área Andina, estableció los límites meridionales del Imperio en el río Maule por la parte de Chile, y al sur de Mendoza por la de la Argentina.
A partir de entonces, se dedicó a organizar la administración de su vasto Imperio. Estaba en esto ocupado cuando la muerte le sorprendió después de un reinado de 22 años.
Le sucedió Huayna Cápac, su hijo y undécimo monarca incaico. Éste continuó con la obra de organización emprendida por su padre, y redujo numerosos alzamientos en las provincias. Redondeó el Imperio por la parte norte. El río Ancasmayo, en territorio de la actual Colombia, pasó a constituir el límite norte del Imperio. Cuando este murió de forma inesperada todavía no había dejado a su sucesor. La rivalidad entonces, se produjo entre Huáscar y Atahualpa, la misma terminó con el triunfo del segundo y la muerte del primero mencionado. Y quiso el destino que casi simultáneamente con la noticia de su victoria, llegara también a Atahualpa la nueva del desembargo de los españoles de Pizarro en las costas de su Imperio. Era esto en 1532, y todo lo que sigue ya es historia americana.
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