El oficio del historiador
Enviado por Mónica Rdz. • 9 de Agosto de 2022 • Apuntes • 2.779 Palabras (12 Páginas) • 116 Visitas
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EL OFICIO DE HISTORIAR
Tal vez sea poco lo que en la actualidad se conoce acerca del ardua labor del historiador o la concepción de esta sea errónea, muy probablemente por las peculiaridades de su materia de estudio, además por su manera tan propia y diferente de llevar a cabo investigaciones de la misma.
Desde que nace la historia como ciencia, tema en el cual no me permitiré hondar, ha enfrentado y sufrido muchas críticas acerca de su metodología, su campo de estudio y hasta de su utilidad. A mi parecer, sin ser este muy experimentado, pocos son los que han logrado entender la trascendencia de estos estudios.
Como estudiante de la carrera de Historia, he de confesar que a lo largo de este tan reducido periodo de tiempo he logrado vislumbrar muchas de las cualidades del trabajo de un historiador, que muchas veces ha sido desvirtuado pero que con el empeño suficiente puede ser muestra de una de las labores más integras que el ser humano puede desarrollar.
Como bien es sabido primordialmente los estudios del historiador están centrados en el pasado, de ahí extrae todo lo que le es competente. Quiero aclarar que esto no significa que se distancie de su presente, pues esto representa su ancla y le despierta interés sobre su pasado y el futuro es precisamente donde proyecta sus investigaciones.
Volviendo a centrarnos en el pasado, como ya antes habíamos mencionado, es el tiempo que interesa a sus investigaciones, hay que distinguir que no todo el pasado forma parte de su campo de estudio. A la historia le compete todo aquello de carácter humano, es decir, donde hay intervención del hombre. Es por excelencia la “ciencia” dedicada al pasado del hombre en sociedad, precisamente siendo este, más que el pasado, su objeto de estudio ya que a través de las acciones realizadas por dicho sujeto se ha modificado y cambiado la sociedad. Puede que muchos vean en este objeto de estudio una de las peculiaridades de la historia y mucho de su complejo enfoque es debido a esto. Se estudia e intenta comprender algo que somos; seres humanos, careciendo esto de cualquier simplicidad. A través del desarrollo del hombre en su pasado se puede comprender lo que en el presente es y hasta cierta manera prever situaciones futuras.
Pero acerca de cómo lleva a cabo su implacable labor, este pequeño ensayo recibirá su razón de ser. A diferencia de lo que muchos pueden creer, el buen historiador no es un anticuario, su trabajo si bien requiere de muchas pruebas del pasado no pretende hacer de este un recolector de datos y objetos que por sí solos no podrían decir mucho.
El historiador debe buscar los medios para comprender cierto fenómeno en un determinado tiempo y espacio, estos pueden ser tan diversos como el mismo lo juzgue. Debe estar siempre atento, pues se mueve en torno a huellas e indicios de lo acontecido. Podría decirse que dentro de su carácter también debe poseer algo de detective. Su búsqueda no sólo puede limitarse a documentos, de los cuales bien puede extraer información más dedicada o con mayor intención de preservar el testimonio de aquel acontecer.
La labor más difícil es probablemente, tener en cuenta todas aquellas hullas e indicios de los cuales poco o nada se ha hablado, por lo mismo debe tener la capacidad de hacerlos revelar la información que con tanto celo guardan.
Es indispensable saber cuestionar cualquier fuente que pueda brindar conocimiento a la investigación del historiador, más que pruebas físicas como muchos hombres de ciencia puedan pensar, el trabajo intelectual es de suma importancia para lograr “conversar” con cada una de las pruebas que en manos de un historiador puedan caer. Muchas de ellas no siempre serán fieles a la realidad verdadera de aquella situación de las cuales han sido testigos e incluso pueden atraer al historiador a errar. Por lo tanto el acercamiento que este logra mantener con su fuente deberá ser sumamente íntimo pero lleno de crítica. No puedo decir que la historia se hace con un manual en mano, de preguntas o formas de abordar a una fuente por que estaría traicionando por completo a tan noble labor. Si mucho se ha cuestionado de la historia es precisamente, su metodología por qué no todo el tiempo puede jactarse de ser exacta y contener pasos precisos para generar conocimiento. Lo mismo sucede con sus fuentes, no solo puede decirse que son archivos como documentos escritos, todo lo contrario, un objeto, cualquiera que sea su naturaleza, puede contener incluso más información, la cuestión es que el historiador logre mantenerse atento, pues muchas veces encontrará conocimiento útil a sus investigaciones en lugares que probablemente no imaginaba.
Todo lo anterior puede resultar a su vez confuso, ya que probablemente el historiador se encuentre en un mar de información ¿Cómo saber qué es relevante y competente a la investigación? Ya anteriormente he mencionado que no hay un método exacto para lograr descartar o limitar de manera eficaz un tema, pues mientras se busque profundizar en éste toda la información que se encuentre al respecto puede apreciarse de suma importancia. Por ello mismo, el historiador debe ser consciente de su “imposibilidad” de abarcar todo, pues estaría en peligro de convertirse en un anticuario y ello lo haría alejarse de su investigación. Así pues, como estudioso debe aprender a seleccionar sus fuentes. La crítica se muestra como un factor indispensable, esta le permitirá discriminar información y establecer los alcances de su investigación.
Con crítica, me refiero a catalogar una fuente como pertinente o bien extraer de ella lo que sea necesario para incluir en su trabajo. Hemos dicho ya, que las fuentes pueden presentarse en millares pero no todas pueden ser útiles para el fin que se desean emplear, siendo consientes de ello, los historiadores harán de su cuestionamiento uno más analítico para lograr escapar de las divagaciones y concretar lo más posible su trabajo.
En cuanto a esto un estudioso de la historia debe ser cuidadoso al analizar sus fuentes. Entre las dudas con las que se ha enfrentado la historia ante otras disciplinas esta aquella que habla sobre la imparcialidad del historiador, muchos otros hombres dedicados al saber restan veracidad a los estudios históricos pues los creen plagados de la subjetividad del historiador. No pretendo negar que esta exista pero hay que aclarar que no es la guía las investigaciones. Si bien, la elección del tema del historiador puede ser motivada por curiosidad personal no significa que este debe dejarse llevar por la misma al plasmar su trabajo.
Lo que quiero decir, es que es cierto que el historiador debe prestar su interpretación para el mejor entendimiento de la materia mas esta no debe pretender jugar el papel de “verdad”. Como muchos de los estudios en diversas materias debe ser conocimiento sujeto a crítica y cambio, la historia no es excepción alguna.
El historiador durante el desarrollo de su investigación debe procurar no convertirse en juez de ningún acontecimiento, precisamente porque intentará mantenerse dentro de la imparcialidad lo mas que le sea posible, buscará dar a conocer su trabajo como fuente de saber mas no como interpretaciones suyas. Al mostrarse como juez de un hecho, puede perder toda credibilidad su trabajo ya que deja de entender para mostrar a los demás y empieza solamente a condenar, una de las cosas que el historiador no puede permitirse.
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