El postmodernismo ha afectado irremediablemente a ciencias y artes, con ese abandono del pensamiento único de modernidad y progreso, y generando una crisis que remece profundamente el panorama historiográfico, ¿En qué sentido ha afectado? ¿Cuál es e

LA CRISIS DE LA HISTORIOGRAFÍA ACTUAL

Carmen Reveggino Ayala

El postmodernismo ha afectado irremediablemente a ciencias y artes, con ese abandono del pensamiento único de modernidad y progreso, y generando una crisis que remece profundamente el panorama historiográfico, ¿En qué sentido ha afectado? ¿Cuál es el futuro para esta disciplina?.

La Crisis que atravesó la historiografía en los años ´80, en palabras de Jaume Aurell, en la disciplina histórica se refleja en una «…crisis de identidad respecto a las demás ciencias sociales…» ya que el auge del postmodernismo y sus ideas «…fueron mucho más traumáticas de lo que cabría esperar.» Hasta el punto de llegar al «…replanteo de algunas tradiciones nacionales que habían influido ampliamente durante el siglo XX.» y como caso representativo tenemos a los Annales.

Es porciento una crisis muy propia de su época, en la que se rebaten todos los grandes paradigmas que configuraban el ideario de nuestra sociedad, mientras en el siglo XIX se buscaba la homogeneidad de la sociedad para así configurar, o hasta “inventar” el nacionalismo, la postmodernidad busca el individualismo y su emocionalidad, y se mantiene incrédula ante todo.

Para mí ha sido una aventura en este corto tiempo, ver el nacimiento de esta disciplina (la historiografía) con el pensamiento positivista, y su evolución  gracias a la aparición de la Escuela Histórica Alemana, y la Escuela Metódica Francesa, para finalmente vislumbrar el “posible ocaso” de todo este espíritu intelectual.

Pero como aquello que vive un auge, vive también inevitablemente un descenso. Esta “caída” o más bien viraje, iba a suceder de manera inminente, y para esto cito a Bloch «…así encontramos por una parte un puñado de anticuarios ocupados por una dilección macabra en desfajar a los dioses muertos; y por otra a los sociólogos, a los economistas, a los publicistas: los únicos exploradores de lo viviente…». Así entrevemos pues, cual es el escenario historiográfico según su visión a mediados de los ´90, con el auge de las otras disciplinas hermanas de la historia, que se hallan ocupándose del factor “vivo” de sus objetos de estudio.

¿Realmente la historia ya no existe? como llama a la reflexión el ensayo polémico de Paul Veyne, y en ese mismo hilo de ideas, ¿la Historia ya no tiene ese papel protagónico líder de las Ciencias Sociales? ¿Cuál es el futuro de la Historiografía?.

La Historiografía, a mi entender, ha brindado a las Ciencias Sociales un innegable legado, con su capacidad de ver la evolución de la humanidad a través del tiempo, nuestros aciertos y desaciertos, a través de una visión a largo plazo, y con el más íntimo deseo de objetividad y rigor científico. Y su vigencia está presente, como bien declara el pragmatismo de Henry Bergson «…el valor de la ciencia no está en su verdad, sino en su utilidad…» y está utilidad es indudable. Por otro lado la Historia prima por su papel vinculante y sintetizador de las otras ciencias sociales, lo que mantendrá siempre en boga su hegemonía como hermana mayor de éstas.

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