Elegiias Atahualpa
Enviado por johan96 • 12 de Noviembre de 2013 • 371 Palabras (2 Páginas) • 346 Visitas
ELEGÍA A LA MUERTE DE
ATAHUALPA
(Versión: Juan León Mera)
En el grande huabo
el cárabo viejo
con llanto de sangre lamentando está;
5 y arriba en otro árbol
la tórtola tierna,
con pesar intenso
sus gemidos da.
Como niebla espesa
10 vinieron los blancos,
y de oro sedientos
lIenáronse aquí
Al Padre Inca luego
duros apresaron,
15 tendiéronle en tierra
le hicieron morir,
Con fieras entrañas,
con garras de lobo.
¡Ay! le destrozaron
20 como a un recental!
Granizo caía,
el rayo brillaba
y, oculto el sol, era
todo oscuridad,
25 Los sabios temblando
de pavor, como otros
varones se hicieron
vivos sepultar.
iCómo no abrumado
30 he de estar de pena. viendo que mi patria
de un extraño es ya! Juntémonos todos,
hermanos y vamos
35 la tierra sangrienta
de llanto a regar.
Desde el alto cielo,
¡Oh Inca, padre amado! Nuestra amarga pena
40 dígnate mirar.
Viendo tantos males,
¿No me he de morir
Corazón no tengo,
44 Y aún puedo vivir?
ELEGÍA A LA MUERTE DE ATAHUALPA
(Versión: Luis Cordero)
En un corpulento guabo
un viejo cárabo está
con el lloro de los muertos llorando en la soledad;
5 y la tierna tortolilla,
en otro árbol más allá. lamentando tristemente
le acompaña en su pesar, "Como niebla vi los blancos
10 en muchedumbre llegar,
y oro más oro queriendo
se aumentaban más y más
Al venerado Padre Inca
con una astucia falaz
15 cogieronle, y ya rendido
le dieron muerte fatal ¡Corazón de león cruel,
manos de lobo voraz.
como a indefenso cordero
20 le acabasteis sin piedad!
Reventaba el trueno entonces, granizo caía asaz.
y el sol entrando en ocaso, reinaba la oscuridad.
25 Al mirar los sacerdotes
tan espantosa maldad.
con los hombres que aún vivían
se enterraron de pesar.
¿Y por qué no he de sentir?
30 ¿Y por qué no he de llorar
si solamente extranjeros
en mi tierra habitan ya?
¡Ay! Venid, hermanos míos, juntemos nuestro pesar,
35 y en ese llano de sangre lloremos nuestra orfandad
y vos, inca, padre mío,
que el alto mundo habitáis,
estas lágrimas de duelo
40 no olvidéis allá jamás.
¡Ay! No muero recordando
...