En 1830 el rey Luis Felipe de Orleans envió al agente comercial Fernando Mangino como ministro plenipotenciario para que se encargara se las relaciones comerciales entre México y Francia.

Motivaciones detrás de la primera intervención francesa contra México.

En 1830 el rey Luis Felipe de Orleans envió al agente comercial Fernando Mangino como ministro plenipotenciario para que se encargara se las relaciones comerciales entre México y Francia.

El gobierno mexicano firmó con Francia la “Declaración del 9 de mayo de 1827”, un tratado de comercio en el cual se aseguraba un intercambio comercial y de protección de los ciudadanos mexicanos y franceses, libres de servicio militar y préstamos forzosos. Este Tratado no fue muy bien aceptado, pues Francia no hacía explícito el reconocimiento de la Independencia de México.

La inestable situación política mexicana terminó afectando a los comerciantes franceses, y esto porque las medidas económicas que el gobierno mexicano tomaba limitaban el comercio para todo el mundo. Para 1832, el ministro francés Antoine Louis Deffaudis, insistió en la firma de “Las Declaraciones Provisionales”, un convenio que sirvió para las futuras relaciones con México. Dicho tratado no fue bien recibido por el Congreso mexicano. Como respuesta, el ministro Deffaudis, utilizó las reclamaciones que varios franceses presentaron en contra del gobierno mexicano, algunos por daños causados a sus   comercios, como medida de presión para obligarlo a firmar un tratado de libre comercio, exigiendo el pago inmediato de una suma enorme de indemnizaciones.

El ministro francés abandona México al no llegar a un acuerdo comercial. El 21 de marzo de 1838 volvió acompañado de algunas embarcaciones francesas que arribaron a Veracruz, bloqueando los puertos. Exigieron el pago de 600 mil pesos, incluida la de un pastelero francés de 70 mil pesos y la firma de un tratado comercial que diera a los franceses residentes libertad para comerciar al menudeo; de ahí el nombre “Guerra de los Pasteles”.

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