Enciclicas De Benedicto XVI
Enviado por carlosroque • 5 de Diciembre de 2013 • 865 Palabras (4 Páginas) • 287 Visitas
Anexo:Encíclicas del papa Benedicto XVI
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Este artículo contiene la lista de encíclicas del papa Benedicto XVI. Benedicto XVI redactó tres cartas encíclicas desde su elección el 19 de abril de 2005 hasta su renuncia el 28 de febrero de 2013.
Número Título Argumento Fecha Texto
Latín
Traducción al español
1. Deus Caritas Est
"Dios es amor" El amor cristiano 25 de diciembre de 2005
español
2. Spe Salvi
"Salvados en esperanza" La esperanza como salvación 30 de noviembre de 2007
español
3. Caritas in Veritate
"La caridad en la verdad" El desarrollo humano integral en la caridad y en la verdad 29 de junio de 2009
español
Encíclicas
Artículo principal: Anexo:Encíclicas del papa Benedicto XVI.
Deus caritas est
Artículo principal: Deus Caritas Est.
El 25 de enero de 2006, publicó su primera encíclica, Deus Caritas Est. Tras una introducción donde mantiene que la expresión Dios es Amor es el corazón de la fe cristiana, desarrolla un texto con dos partes diferenciadas. En la primera se habla del amor en la creación de Dios y en la historia de la salvación, empezando por definir el concepto de amor, en esta parte entre otras cosas critica la reducción del amor al puro sexo con fines comerciales. No se ha de rechazar el amor erótico pero sí sanearlo para que alcance su verdadera grandeza. En la segunda parte se habla del ejercicio de la caridad por parte de la Iglesia, a la que llama comunidad de amor. La Iglesia no ha de quedarse al margen de la lucha por la justicia, pero no ha de hacer política, sino ofrecer un servicio de amor, que siempre será necesario.
Spe Salvi
Artículo principal: Spe salvi.
El 30 de noviembre de 2007 se presentó su segunda encíclica, Spe salvi, dedicada a la esperanza e inspirada en la carta de san Pablo a los Romanos. En ella afirma que la vida no acaba en el vacío sino que desemboca en el momento pleno de satisfacción, de sumergirse en el amor infinito, en la vida enterna en la que el tiempo ya no existe. Llama a la autocrítica al cristianismo y lo previene de la tentación del individualismo. Recuerda que la victoria de la razón sobre la irracionalidad es un objetivo de la fe cristiana, pero que la ciencia no redime al hombre, sino que el hombre es redimido por el amor. Advierte que un progreso basado en el mero materialismo es una amenaza y que la experiencia del marxismo nos ha mostrado claramente que un mundo sin libertad no es un mundo bueno. La libertad ha de estar orientada por una esperanza en medio del sufrimiento, el fracaso y las frustraciones de la existencia y de la historia. En ese sentido, el Juicio Final es un consuelo porque supone la revocación del sufrimiento y la respuesta al anhelo
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