Ensayo Arquitectura

Experiencia de la arquitectura no es accidental o periférica, se encuentra en el centro mismo del acto de vivir.

Pensar la arquitectura des de la experiencia es volver a mirar el mundo construido esta vez desde la perspectiva de un sujeto que lo habita lo percibe y siente su presencia de un sujeto que lo sabía, lo percibe y siente su presencia como parte de su vida cotidiana.

La experiencia de la arquitectura comienza y termina en todos los actos que constituyen en el habitar. El sentido de habitar origina los significados básicos de la arquitectura: las sensaciones de protección y seguridad, las de comodidad y privacidad y las de pertenecía o alienación.

Habitar implica entonces, un ámbito de significados en el que se incorporan el conocimiento del mundo inmediato, las imágenes de los mundos lejanos, las relaciones con personas cercanas y reconocidas o con personas distantes que aparecen solo a través de los medos de información. Una de las cualidades de la arquitectura en su integridad. En ella se conjuga lo práctico y lo estético, lo funcional y lo simbólico.

La arquitectura posee una identidad que se trasmite al ciudadano a través de la experiencia. La identidad de un lugar equivale a su ‘’personalidad’’ o carácter. La experiencia de la identidad de la arquitectura se asocia a la de la identificación del sujeto con su entorno.

Estar en un lugar no es un acto pasivo, al contrario es interactivo. El sentido del no lugar es un concepto que se aplica en situaciones en las que un espacio carece de sentido. Un primer campo para pensar la arquitectura desde la experiencia se encuentra en la construcción de la ‘’imagen del mundo’’ en la que se incorporan las nociones de territorio y ciudad. La imagen desde el punto de vista de la experiencia de la arquitectura, es la imagen del mundo cercano, del ‘’entorno’’ habitado. Es una imagen compartida por quienes conviven en ese entorno.

La ciudad es una aglomeración de espacios construidos, uno más ordenados que otros, unos más comprensibles que otros. La imagen de la ciudad es una construcción mental basada por una parte en la experiencia de la vivienda y del recorrido, y por otra en la información suministrada por mapas o planos. En la experiencia del sujeto se combinan estos dos componentes sin excluirse.

La edificación, desde el punto de vista de la experiencia, se percibe y se interpreta como una unidad discreta, dotada de su propia identidad. Los recintos. Al igual que las edificaciones, son unidades interiores discretas e individuales, igualmente dotadas de identidad. La disposición de los recintos en una ciudad define la claridad o confusión de su lectura. La imagen de cada edificación está sujeta a estos juicios.

Un segundo nivel de pensamiento de la arquitectura desde la experiencia es el de su materialidad y lo que ella propone al sujeto, desde el puro placer visual hasta las sensaciones de bienestar y comodidad y el sentido de identidad. La relación entre el ser y la arquitectura es una relación entre dos cuerpos, uno viviente y sensible, otro inerte e insensible. La relación de los cuerpos se establece en varios planos, para responder a la adecuación de las necesidades físicas de las personas y ofrecer protección seguridad y comodidad.

La experiencia de lo material asume manifestaciones diferentes, la primera de ellas la perceptual, es aquello que se ve y se siente, es la experiencia de la imagen. La segunda es cuantitativa y se dirige a la confrontación de las necesidades ambientales. La tercera experiencia deriva de la imagen deseable o legítima de los lugares, es decir, de aquello que en un imaginario cultura o individual se considera debe ser la arquitectura: solido, estable, segura y bella.

En la experiencia del mundo del sujeto hay jerarquías. Las diversas manifestaciones de la religiosidad otorga significas especiales a los lugares sagrados; la arquitectura de esos lugares se impregna del simbolismo e induce experiencias de admiración y reverencia que en ocasiones rayan en el misticismo.

La experiencia estética de la arquitectura tiene que ver, como ya se dijo, con las cualidades formales de los lugares. Hay experiencias estéticas de orden diverso en la ciudad, desde

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