Ensayo Final Occidente y Japón Una nación rica con un ejercito poderoso
Enviado por xotiko • 14 de Marzo de 2016 • Ensayo • 2.549 Palabras (11 Páginas) • 323 Visitas
Ensayo Final
Occidente y Japón
Una nación rica con un ejercito poderoso
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Profesor: Gonzalo Andrés Maire Palma
Alumno: Patricio Grez Hurtado
Introducción.
Sin lugar a dudas que Japón cuenta con una cultura fuerte, original y muy marcada. Queramos o no, todas sus costumbres y actitudes tradicionales se mantuvieron durante muchos siglos –o bien se siguen manteniendo- y de cierta forma se ven reflejadas en la cultura contemporánea de Japón. Sin embargo, tampoco podemos negar una fuerte influencia occidental en la cultura y sociedad Japonesa. Durante diversos periodos de la historia, Japón estuvo en constante contacto con culturas occidentales las que innegablemente contagiaron ciertas actitudes a la sociedad Japonesa.
A través de este ensayo se buscara reflejar y ejemplificar la manera como occidente afecto a Japón en el ámbito económico y político durante la época Meji, específicamente desde la época del aislamiento hasta inicios de la primera guerra mundial.
La occidentalización que sufrió Japón en la segunda mitad del siglo XIX no fue por iniciativa meramente nipona, sino que fue la respuesta de una incitación/amenaza que sintieron de estas potencias occidentales que querían aprovecharse de esta nación.
Japón siempre se caracterizó por tratar de mantener su ancestral cultura pase lo que pase. Ejemplo claro de lo anterior es cuando al ver una mínima amenaza de algunos misioneros cristianos (Occidentales) buscaban evangelizar y convertir a nipones, el gobierno Shogunal dictó asesinar a todo creyente cristiano.
Lo primero que debemos observar acerca del mundo de 1800 es que era a la vez mucho más pequeño y mucho más grande que el nuestro[1]. Es de suma importancia entender esto ya que, la revolución industrial que afectó tanto a los Estados Unidos como a gran parte de Europa tuvo el objetivo de “globalizar” al mundo, es decir, unir por vía de caminos (Ferrocarriles) u otros medios para hacer de la comunicación un evento más fácil. Junto con lo anterior, también tuvo el objetivo de mecanizar procesos de producción para poder acelerar de forma estrepitosa la economía.
En esta búsqueda de conocer el mundo y poder unirlo para los fines de cada País, Estados unidos -luego de anexar un vasto territorio mexicano en 1848- comenzó a colonizar California donde había descubierto oro y a desarrollar mayor actividad Marítima[2]. Las islas Japonesas interesaban a los estadounidenses por la cercanía con el mercado Chino, por lo que comenzaron a pactarse algunas relaciones/acuerdos entre estas dos naciones para el refugio de náufragos cerca de la costa pacífica[3]. Pero no fue hasta 1853 cuando el comodoro Mathew C. Perry le entregó al gobierno Shogunal una carta oficial del gobierno en donde se le exigía el establecimiento de relaciones de “amistad”.[4]
En este mismo momento Japón también tenía solicitudes del gobierno ruso por lo que debido a la poca experiencia del gobierno del Shogun en relaciones internacionales hizo que paulatinamente aumentara el poder del Tenno y el poder del Shogun disminuyera.
Cuando, al año siguiente, el comodoro Perry vuelve con el respaldo de una flota armada en busca de la respuesta del País Nipón, el Shogunato tuvo que firmar el tratado de amistad Nipo-estadounidense[5] bajo la presión de que si no firmaba lo más probable es que se iban a enfrentar a una guerra que ellos no estaban preparados ni al más mínimo. Tanto fue la reacción a esta amenaza estadounidense que el Shogunato comenzó la creación de un ejército moderno con nuevas armas de fuego y con el establecimiento de escuelas navales, como también el estudio de los Bárbaros (Occidentales).
A la suma del descontento con los gobiernos Shogunales debido a los altos precios y el feudalismo que ya no daba vasto, se sumó la presión de las potencias occidentales por “generar” un Japón unido y estable[6] más este empuje de las potencias occidentales que se encontraban en plena expansión territorial y en abierta competencia por aseguras vías marítimas, puertos, mercados y fuentes de aprovisionamiento en Asia, justificándose en que el “libre comercio” era de interés universal.[7]
Al no haber reacción inmediata de Japón a este trato de Estados Unidos, potencias europeas como Rusia y Gran Bretaña también realizaron tratos desiguales con Japón para tomar ventaja sobre este País.
En este momento se produce la coyuntura a nivel País, en el cual se dan cuenta que si no comienza un proceso de modernización abrupto, lo más probable era que las grandes potencias Occidentales se iban a aprovechar de la poca industrialización del País y lo iban a subordinar a placer. Es en este momento que se dan cuenta de la importancia de tener una política exterior y de que su feudalismo tenía que dar un paso al costado.[8] Si bien ya estaban en desventaja en este tratado de “amistad” con Estados Unidos y otras potencias europeas, no podían dejar que esa fuera la tónica para siempre. Un cambio se venía produciendo.
La coyuntura se produce cuando el Tenno toma el control del País. Tomando la figura de un “presidente” Occidental para unir al País en una causa común. Para generar un espíritu de cambio en este Japón se necesitaba unir al pueblo nipón para con un fin superior.
Superior a cualquier clan, daimyo o religión por lo que la oligarquía dominante uso la cultura Japonesa tan arraigada en el pueblo, la cual veía al Tenno como el Hijo de Dios y por lo tanto todo lo que pensara o hiciera Él era un mandato de Dios.
“En su nueva forma el Shinto era una presentación y elaboración renovada del antiguo principio de la veneración o culto a los antepasados. La doctrina se refería a los orígenes divinos de Japón, su gente y su emperador; tales orígenes imponían la obligación de lealtad ilimitada al emperador, quien expresaba la voluntad de los Dioses”[9]
Con esta creencia se inicia la revolución Meiji la cual está fuertemente marcada por la Occidentalización pero manteniendo rasgos característicos nipones.
“El advenimiento de la Renovación Meiji fue un movimiento clave en el proceso de modernización de Japón, sin el cual no es posible entender las características que tuvo la apertura de Japón a Occidente ni tampoco el tipo de respuesta que dio al mundo occidental, que significó, entre otras cosas, la rápida creación de un Estado Moderno, centralizado y absoluto; y la adopción de una economía moderna, capitalista-industrial, bajo el patrocinio y control de dicho Estado”[10]
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