Ensayoo El Nehumanismo
Enviado por 72574 • 19 de Septiembre de 2012 • 2.576 Palabras (11 Páginas) • 596 Visitas
INTRODUCCION:
La idea de educación humana ha tenido diferentes concepciones en la vida cultural de Europa de acuerdo a los intereses y motivos y a los propósitos y circunstancias de cada lugar y época. En la misma época que en Francia, Alemania adquiere el ideal abstracto de educación de una forma nueva y con una expresión nueva llamada el Neo humanismo.
El movimiento del humanismo en Europa o Neo humanismo consistió en una serie de personalidades o pensadores que compartían admiración por la Antigüedad clásica, pero con la diferencia de que éstos no ponen caracterizan sus trabajos por la limitación de la lengua, sino estudian su cultura entera, es decir, intelectual, moral, estética, para crear, tomando como modelo las producciones clásicas, nuevos bienes culturales.
Así mismo, el Neo humanismo acoge los grandes avances tecnológicos de la época actual, así como las recientes creaciones filosóficas del iluminismo. El ideal de la vida del Neo humanismo es, como se dijo por los pensadores de la época, “el griego moderno”.
Palabras clave: Humanismo, republicano, derechos, naturaleza humana, razón.
Hablar de humanismo en este filosofo, es discutir y confrontar lo que el hombre ha sido y es en momentos clave de su historia. Luc Ferry se caracteriza por confrontar estos momentos centrales de la humanidad. Así, en el libro escrito con Alain Renaut: Heidegger y los modernos; 1 se caracteriza por la polémica en torno al humanismo y al anti humanismo moderno, que divide al hombre en auténtico e inauténtico, en los elegidos y no elegidos; postura de pensamiento que se ha de reflejar en una dinámica social de exclusión del Otro, como ser marginal o inexistente. En esta dirección, hay indiferencia en vez de solidaridad, exterminio en vez de resistencia. Es el sacrificio del hombre moderno en nombre de él mismo. Esto último pretende un esencialismo natural e histórico, contrario a toda etiqueta o código de reducción humana. “En suma, si la noción de humanismo tiene un sentido, es precisamente este: lo propio del hombre es no tener algo propio, la definición del hombre es no tener definición, su esencia es no tener una esencia. Las cosas y seguramente también los animales son lo que son; sólo el hombre no es nada: para él es imposible, sin caer en la ‘mala fe’, coincidir con una identidad, ya sea natural, ya sea familiar, ya sea social”.2 El hombre no puede quedar sometido a la mera violencia, a la exclusión o al marginamiento particular; al contrario, lo característico de él es su universalidad, es lo propio que comparte con los demás, es la inmensidad de poder trascender (Kant) y navegar con plena libertad, en el que el Otro está en mi perspectiva. “Para decirlo más claramente: todo hombre corre incesantemente el riesgo de confundirse con determinaciones particulares, puede concebirse como perteneciente a una nación particular, a un sexo, a una etnia o a un grupo, a un rol, a una función, y puede ser, pues ‘nacionalista’, ‘sexista’, ‘racista’, ‘corporativista’, pero también puede (y allí está la humanista del hombre) trascender estas definiciones para ponerse en comunicación en el prójimo (universalidad)”.3 Precisamente, la gravedad de un humanismo a secas, descansa en su postura abstracta, que no nos dice nada en concreto; ha un humanismo de asumirse en su pertenencia, en la que el otro como ser de carne y hueso juega un papel real en su realización terrenal. “Hay que decirlo y repetirlo: los dos momentos que definen el humanismo están indisolublemente ligados. Afirmar que lo propio del hombre es la nada implica sostener que puede sustraerse a todo particularismo (y apuntar a la universalidad). Decir que el hombre apunta a lo universal es afirmar que es nada, que nunca se confunde íntegramente con ninguna identidad particular, con ningún ser particular. La problemática de la comunicación con el prójimo, de la intersubjetividad, se revela así inseparable de la problemática del humanismo como existencialismo”.4 La puesta que se teje en esta reflexión es la de un humanismo democrático, el cual abordaremos en el transcurso de estas lecturas.
Ahora bien, el individuo moderno es aquel que desde una posición autónoma lucha contra todo aquello que represente heteronimia, contra cualquier tipo de imposición arbitraria, sea religiosa, doctrinaria, política o filosófica. Este tipo de individuo moderno es el que cuestiona cualquier tipo de comunitarismo, el cual lo califica como un ser fragmentado y sin norte. Es el individuo que erosiona pasados y contradicciones; en esencia, es el sujeto moderno, el que además ha interiorizado la lucha por la democracia, por la libertad, parejo por la lucha de los derechos, como se ha visto en los últimos años.5 Este tipo de sujeto convive, paradójicamente, no en un pasado, no en un futuro, sino en el presente, en el que cultiva de manera baudeleriana y quizá hegeliana, el encanto que de él se puede lograr, no sin antes recrearlo a su manera, en el afán de perfeccionarse. Así, podemos decir que por inhumano que sea el hombre en sus pensamientos y acciones, más radicalmente es humano; las cosas a las cuales él le da su empeño, modelación y acabado, son también muy humanas en su intención y resultado, como lo es la cultura, pues todo lo que cae en su mirada, cae bajo la inclusión con rostro humano, lo natural queda preso en esta lógica, pierde su naturalidad para tomar rostro humano, reflejado en un rostro cuya característica contemporánea es la manipulación genética, en el afán de lograr vida eterna. Es la mirada la que se desplaza de nuevo a la naturaleza, lo cual implica dos posiciones: una ecológica, cuyo centro vital de preocupación es la preservación del entorno y la otra científica, que facilita un mejor modo de vida para la especie humana.
DE LA NATURALEZA HUMANA
¿Que es el hombre? Nos señala una nueva mirada materialista de lo que es el ser humano y su estrecha relación con un humanismo democrático-republicano. Así visto, el hombre no ha dejado de ser un ser más de la naturaleza, con características especiales que le han permitido ciertas ventajas sobre los otros seres naturales, pero, a la vez, es aquel que toma distancia frente a ella a través de la libertad, la cual da fundamento a lo humano. Así se evita quedar reducido a un mero código o determinismo, permitiendo poder maniobrar sobre sí mismo, sobre su condición natural. “Me gustaría dar aquí la vuelta, en forma de paradoja, a la opinión general del materialismo: no es por el hecho de tener una historia, social o natural, por lo que el hombre no es libre, sino que, por el contrario, por el hecho de ser libre es por lo que accede a la auténtica historicidad, la que nos aleja del reino
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