Epoca Colonial
Enviado por zanellla • 11 de Octubre de 2012 • 546 Palabras (3 Páginas) • 368 Visitas
En la epoca colonial , en la de los asaltentes de caminos reales y durante otras muchas ocasiones, cuando las autoridades capturaban un bandido o asaltante, generalmente lo sentenciaban a muerte.
Antes de ser colgado o fusilado, el delincuente tenía derecho a un confesor, es decir a un cura que lo alibianara de sus pecados y permitiera que fuera al cielo si san pedro se descuidaba.
Esos curas, o confesores, generalmente preguntaban a los bandidos que que habían hecho y estos que finalmente iban a morir, no tenian el menor empacho en "confesar" que habian cometido tales o cuales robos, lo que habían logrado y donde lo habían ocultado.
El cura lo absolvía y perdonaba sus pecados pero eso no implicaba que la codicia se quedara junto con el secreto de confesión y muchos curas o comunicaban a sus superiores lo que el bandido confesaba y simple y sencillamente iban y sacaban el producto de los robos y mucho de este botín fue ocultado precisamente en las iglesias o en partes que los propios curas consideraban seguros.
Algunos tesoros recuperados por la iglesia se gastaban -- acuérdense que había que mandar dinero al vaticano--y otros simplemente enriquecieron más a algunos bosipos, sin embargo hubo tesoros que no fueron recuperados y por allí siguen aunque se les agregó una leyenda malévola para infundir miedo a los que trataran de ir por ellos, Un saludo a toda la tropa.
ruben davila farias
Experto del Foro
Se cuentan muchas historias. Cosas que pasan en las calles viejas y en el panteón viejo de San Luis Potosí. Sobre todo la leyenda de la dama del taxi. A decir verdad se le conoce de diferentes formas a esta leyenda.
Cuenta la leyenda que una madrugada a un taxista le hizo la parada una mujer justo afuera del pateón del saucito (el panteón mas viejo de San Luis). A el taxista se le hizo raro que a esas horas estuviera una mujer sola y por esos rumbos, asi que la subio.
Ella le pidio que la llevara a los templos: San MIguelito, San Sebastian, Tlaxcala y otros más. Ella se detenia afuera de la iglesa como rezando. Y terminando el recorrido, le pidió que la llevara otra vez a donde la habia subirdo. A el taxista se le hizo muy raro, pero asi lo hizo. Ya estando fuera del panteón, ella le dio una medalla de oro y una dirección diciendole que fuera a cobrar por el recorrido a la persona q le abriera.
Ya de mañana el taxista, así lo hizo, toco a la puerta lo atendieron, el explicó que una mujer le habia pedido ese recorrido por las iglesias, después le dio la dirección y la medalla, diciéndole que con esa medalla ellos sabrían de quien se trataba y que pagaría. Pero la persona que lo atendió le dijo que no podia ser posible pues ella ya habia muerto.
Nunca se ha podido saber si esta historia fue del todo real, pues el taxista mencionado, después de eso cayó enfermo y murio
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