Epocas Antiguas

feudalismo

El feudalismo fue un contrato de relaciones políticas y militares entre los miembros de la nobleza de Europa occidental en la Alta Edad Media. Su característica fue la concesión de feudos: se daba tierra y trabajo a cambio de una prestación política y militar. El contrato consistía en un juramento de homenaje y fidelidad.

Tras la caída del Imperio Carolingio se produce la atomización política de Europa, dando lugar a innumerables señoríos independientes.

El feudalismo alcanzó su madurez en el siglo XI y tuvo su máximo apogeo en los siglos XII y XIII.

Surge el señorío, el latifundio y las relaciones Señor Feudal-campesino.

Feudalización de la Iglesia, relación Papado e Imperio que genera la crisis de las investiduras, condiciona la descomposición del Sacro Imperio, la anarquía feudal en el Reich alemán. Surge el movimiento de reforma monástica.

El Imperio Bizantino, la lucha con los árabes.

En el siglo XI, las invasiones turcas arruinaron el Imperio Bizantino y el mundo islámico, desencadenando una grave crisis económica a Bizancio y para el Islam fue el fin de su supremacía en el Mediterráneo que favoreció el despertar de las ciudades italianas.

Es que en Occidente, hay una verdadera renovación en los aspectos: espiritual (reforma cluniacense, trayectoria del Pontificado hacia el gregorianismo) y económico (aumento demográfico, intensificación de los cultivos, renacimiento industrial y mercantil).

Esta recuperación de la Cristiandad occidental en contraste con la crisis que afecta al Imperio Bizantino y al islam, son el rasgo decisivo de la segunda mitad del siglo XI.

Las Cruzadas: aparece entre fines del XI y el XII, es un espíritu en defensa de los Estados latinos de Oriente por los caballeros establecidos en Siria y en las empresas de socorro enviadas por el Oriente desde el siglo XII. Fue una empresa humana que obedeció a motivaciones espirituales y materiales, al que hay que sumar el desarrollo económico y aumento demográfico del Occidente, sed de tierras. La Influencia del Pontificado fue decisiva: su actitud ante el Islam y hacia los cristianos orientales.

Crisis de la Iglesia: los Papas de Avignon, el cisma y el triunfo de la política monárquica de la Santa Sede.

No hay que olvidar que los comerciantes provocan la aparición de las ciudades, donde surge la burguesía al abrigo de ésta actividad, que haría de ésta clase social un grupo que cambiaría la historia en el futuro de la humanidad.

Fue el el sistema de los burgos donde se orienta la producción de mercaderías y al comercio. Los artesanos se especializaron en sus tareas

Ciudades: eran centros de producción e intercambio, en ellas los mercaderes con sus flotas iban en busca de sus productos.

Surgieron los banqueros: el dinero de los mercaderes dió lugar a esa nueva clase social: la alta burguesía que se dedicó a una nueva actividad: la creación de bancos que prestaban dinero a interés. El Cheque: el banquero recibía un papel que le permitía retirar la misma cantidad en otra ciudad.

Hacia fines del feudalismo surgen los llamados Estados Modernos, cuya característica es la unión política, territorial, recaudación fiscal, administración central, ejército regular y central, dando lugar al Estado Nacional.

En Historia no se puede trazar una línea definitiva para comenzar o cerrar una época histórica. Se hace a fines didácticos y para agrupar características similares o familiares de determinados períodos.

Para muchos el feudalimos cayó con la Revolución Francesa.

Pero esta afirmación puede ser válida para un aspecto: económico y para otros, como el político, no.

Cultura Grecolatina.

Cultura grecolatina.

La cultura grecolatina se refiere a la cultura grecorromana ya que los romanos son latinos, su cuna es en Grecia que fue en donde se desarrolló desde la literatura y el arte hasta las formas de gobierno que hoy conocemos.

Desde los tiempos más remotos habían usado los griegos pequeñas tablillas de madera con capas de cera o sin ella en las que podían trazarse pequeñas notas con un estilo de metal.

De allí se pasó al pergamino cuando comenzó a generalizarse el cual en su forma primitiva se utilizaba como encuadernación de los papiros y que cuando el pergamino se generalizó comenzó a darle forma a los libros de pergamino, evolución que tuvo lugar durante los primeros tiempos del Imperio romano.

Esta forma del libro se conocía por codex y a aparecido inalterable hasta nuestros días, sin embargo los códices de pergamino se consideraban inferiores a los libros propiamente dichos formados por hojas de papiro; se les empleaba para ediciones baratas ya que al poder escribirse en ambas caras de una hoja de pergamino, un texto que por sí exigía un largo rollo o quizá varios, podía ser contenido en un códice relativamente pequeño.

La forma del rollo ha continuado hasta nuestros días gozando del prestigio de lo tradicional. Se encuentran diversos códices antiguos cuyas hojas, reunidas unas dentro de otras en un doblez único, forman un solo cuaderno aunque tal método producía un libro tosco y daba resultado que las hojas posteriores tuvieran un ancho menor que las exteriores.

Se tendía a usar márgenes en los manuscritos más ricos mientras que las páginas de los más sencillos están repletas de texto hasta el borde. En apariencia no se diferenciaban en nada los códices de los libros en rollo, incluso un detalle característico como la colocación del título al final del texto pasó de los rollos a los códices y hasta el siglo V no se generaliza el colocar el título al comienzo de la obra.

Por otra parte se conocen pocos rollos con ilustraciones en los rollos con ilustraciones existen algunas relacionadas con el tema y otras como meras decoraciones, las imágenes poseen color pero casi nunca matices y las figuras y los rostros son semejantes a las de documentos y monedas o pinturas murales. Ya desde el siglo IV se encuentran manuscritos griegos y coptos con iníciales de capítulos de mayor tamaño e iluminadas generalmente de rojo.

Cuando los romanos establecieron la hegemonía mundial y se adueñaron de los frutos de la cultura griega, también importaron a suelo romano las tradiciones griegas relativas al mundo de los libros. Paulatinamente se fue estableciendo en Roma un comercio de libros al que se dedicaron en su mayor parte griegos emigrados. El librero, llamado bibliopola empleaba para la transcripción de textos a esclavos especializados, que percibían salario según el número de líneas, sobre la base de una línea patrón de 34 a 38 letras.

El libro romano

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