Era Un Bendito
Enviado por 0990690756 • 6 de Julio de 2013 • 4.601 Palabras (19 Páginas) • 1.936 Visitas
El resumen: integrando la lectura y la escritura
Ana Torija de Bendito*
Introducción
Las dos citas que aparecen a continuación describen el inicio de una actividad
de escritura:
1. “Para evitar los efectos de las diferencias de habilidad en la lectura, leímos
los artículos en voz alta mientras los estudiantes leían silenciosamente sus
copias. La discusión se centró en la organización estructural de los artículos.
Tomamos notas de esa discusión en el pizarrón y luego ordenamos las ideas
que surgieron en forma de un esquema muy simple. Después se recogieron
los artículos que habíamos leído, pero las notas del pizarrón permanecieron en
él mientras los estudiantes llevaban a cabo la tarea...” (Cox, Shanahan y
Sulzby, 1990, pág. 55).
2. “(Los estudiantes leen el texto). Una vez que terminan, el profesor les pide
que digan todo lo que recuerdan... y escribe en el pizarrón lo que van
exponiendo. Después releen el texto para añadir más información o corregir la
que ya está escrita. Para organizar la información que los estudiantes dictaron
se ordena de modo que pueda convertirse en una pieza de prosa... Una forma
muy útil de presentar esta información ya organizada es por medio de un
esquema. Una vez que la información está así estructurada se comienza la
tarea...” (Hayes, 1989, pág. 97).
¿De qué tarea se trata? En el primer caso los sujetos están escribiendo
una composición, en el segundo un resumen. Ejemplos como éstos abundan
en artículos que describen actividades de escritura y, como se evidencia en las
descripciones que se presentaron, el proceso que se sigue en ellas para
escribir un resumen o una composición es el mismo.
El hecho es que el resumen estuvo durante muchos años incluido entre
las diversas formas de discurso estudiadas en cursos y textos de composición
y retórica, ocupando un lugar junto a la narración, la descripción, la
exposición, etc. Es más, este tipo de escrito era considerado por muchos
autores como la “composición perfecta” (Wishon y Burks, 1968).
Cuando el resumen comienza a despertar interés entre los seguidores
de los modelos psicolingüísticos, aparece una serie de investigaciones en las
que se propone esta actividad como estrategia para promover, controlar y
evaluar la comprensión, para facilitar el aprendizaje, para aclarar el
significado, para tomar notas... Es decir, para estos expertos el resumen es
una panacea que sirve de todo menos para aprender a escribir ya que ellos
consideran que el proceso de resumir es distinto del proceso de componer
(Doctorow, Marks y Wittrock, 1978; Brown, Campione y Day, 1981; Johnson,
1983; Hidi y Anderson, 1986; Taylor y Berkowitz, 1988).
*
Profesora y miembro del grupo de investigación del Posgrado de Lectura. Responsable de la
investigación patrocinada por el Consejo de Desarrollo Científico, Humanístico y Tecnológico de
la Universidad de Los Andes, Venezuela: Resumir y componer: ¿el mismo proceso?
Implicaciones para la enseñanza-aprendizaje.Quienes así piensan parecen olvidar una de las conquistas básicas de la
corriente a la que pertenecen que consiste en el énfasis en los procesos en
lugar de los productos. Contradiciendo sus principios no tienen en cuenta que
el mismo proceso puede resultar en productos diferentes. No parecen recordar
tampoco la amplísima variedad de producciones que existe. Madelon
Heatherington (1980) dice:
“La escritura de textos prácticos y la de textos expresivos no son
comportamientos antónimos; hay una escala graduada entre estos dos polos
y, como consecuencia, gran cantidad de terreno común. Un área común: el
proceso de componer y las etapas en el proceso; otra, la calidad del producto.
Una buena carta de negocios o un resumen (prácticos) tienen muchas de las
características de un buen cuento (expresivo) aun cuando su propósito, sus
audiencias y sus temas puedan ser muy diferentes” (pág. 210).
Parecen creer también que sus escritos son totalmente originales y
que, por lo tanto, difieren de un resumen que, como es obvio, está basado en
el trabajo de otro. Lo cierto es que, como opina Spolsky (1990), una gran
cantidad de lo que se escribe está tomado de lo que se lee y oye. Como dice
este autor, de forma consciente o inconsciente, el ser humano está siempre
resumiendo información de diferentes fuentes; información que usa luego en
sus actos de comunicación oral o escrita.
Afortunadamente cada día aumenta el número de los educadores que
confían más en lo que sucede en sus aulas que en lo que publican los expertos
y ello permite a Hayes (1989) hablar de “componer resúmenes”, actividad que
es “básica para otros tipos de composiciones más complejas” (pág. 96) y
concluir que el “método descrito (GRASP, para escribir resúmenes) puede
adaptarse a la mayoría de las circunstancias en el aula y encaja bien con otros
métodos para enseñar a los estudiantes cómo llevar a cabo tareas de
escritura” (pág. 99).
Esta práctica de observar lo que ocurre en el aula y cómo se
comportan los estudiantes en situaciones de aprendizaje fue el primer
incentivo de la investigación que aquí se presenta. Al observar a los sujetos en
mi curso de Inglés instrumental mientras escribían resúmenes y analizando
más tarde sus producciones noté grandes semejanzas con la actuación y los
trabajos de los estudiantes en mi curso de Composición. El segundo fue la
lectura de una opinión tan calificada como la de Rosenblatt (1988), quien
incluye el resumen entre los tipos de escritura eferente y establece que
“cuando el lector se convierte en escritor el punto de partida no es más el
texto físico, las marcas en el papel, sino el significado” (Pág. 11).
Así incentivada comencé en 1990 un proyecto de tres años patrocinado
por el Consejo de Desarrollo Científico, Humanístico y Tecnológico de la
Universidad de los Andes, uno de cuyos objetivos era tratar de determinar si el
proceso de escribir un resumen es distinto o igual al de cualquier otra tarea de
escritura. En esta comunicación se informa sobre parte del estudio llevado a
cabo hasta
...