Es frecuente escuchar ante una obra de arte la pregunta “¿qué significa?”
Enviado por Shantal Paola Lavanchy Barrientos • 13 de Abril de 2016 • Ensayo • 1.454 Palabras (6 Páginas) • 346 Visitas
Es frecuente escuchar ante una obra de arte la pregunta “¿qué significa?”, lo que indica que permanece vigente la idea de que un cuadro deba contar algo, es decir, que deba tener un trasfondo. Sin embargo, la interrogante más radical que puede preguntarse el espectador es “¿es arte?”. Esta es la pregunta que cada día nos cuestionamos más al ver una obra contemporánea en exposición.
La idea de belleza, armonía, proporción, color, estética son valores que convierten a una obra en clásica, fundamentos de la educación y el gusto occidental. Una educación que es parte de nuestra cultura y que busca en el arte, la estética por sobre la idea. Una concepción que ha vivido profundas transformaciones y que viene de la mano con la historia del arte y el concepto de belleza. Conceptos que por años iban de la mano pero que en nuestro mundo contemporáneo sufrieron una separación.
Desde finales del siglo XVIII sucedieron cambios que desmantelaron el concepto tradicional del arte hasta hoy. El clasicismo, que había guiado el arte occidental desde el Renacimiento, entra en crisis y abre así un horizonte de enormes transformaciones. En una primera etapa, que llega hasta el impresionismo, se alteran los contenidos tradicionales del cuadro, y en la segunda, cuyo auge se encuentra en el movimiento cubista, se altera el lenguaje pictórico.
Si bien, el arte contemporáneo ya es bástate viejo, ha ido cambiando con el paso de los años, manteniendo siempre la misma idea “abstracta” de “arte” tras él. Transformándose este concepto como una definición unitaria, capaz de dar coherencia a prácticas artísticas tan distintas como el land art, el conceptual, o los performances. O prácticas simplemente llamadas minimalistas, conceptuales, accionales, performativos, inmateriales, etc.
Si hubiera que resumir muy brutalmente qué es el arte contemporáneo así entendido, habría que decir que es aquel arte que se aparta de la tradición, y adopta una posición reflexiva que no toma en consideración la obra o el artista como lo esencial de la práctica artística. A los contemporáneos no les interesa la obra, sino el discurso, la acción, la situación, el sentido. Es por lo anterior que se dice que es un arte que combina el sistema expositivo con un impulso argumental que ayuda en la comprensión de la obra.
Este es un arte que tiene cierta debilidad por la filosofía, donde el concepto, la idea y el significado de la obra es lo relevante. Se separa el concepto de belleza siendo este episodio el punto donde nace el arte contemporáneo conocido como hoy en día. Y cuando nos referimos a este arte, no solo aludimos a una obra plástica, sino a música, cine, teatro, literatura, escultura, etc.
“La belleza no es tan importante para el arte, lo relevante es el significado de la obra”[1]
La belleza ha sido un propósito persistente y un anhelo profundo en el arte a lo largo del tiempo. Desde los griegos, buscando cánones, como el orden, magnitud y armonía, que definieran la belleza, siendo esta la característica principal de la obra. Hasta la época de la Edad Media donde se adapta al poderoso pensamiento cristiano de aquel tiempo, o hasta el Renacimiento con las mismas ideas de proporción, orden, etc. llegando al barroco, donde lo bello era lo escandaloso, lo llamativo y magnifico. La belleza como concepto sufrió grandes cambios a través de los tiempos, al igual que el arte con diferentes formas estéticas.
Sólo en el siglo XVIII se llega a un nuevo concepto del arte bello, aquel que generaba un sentimiento de placer en el observador. No eran las propiedades objetivas de la obra, sino sus efectos sobre la sensibilidad individual lo que caracterizaba a la belleza.
En la actualidad la idea de belleza parece haber perdido la virtud. Las vanguardias artísticas del siglo XX pusieron en crisis su fuerza, su carácter homogéneo y reconocible, incluso dejaron de aspirar a ella. Ya en el siglo XXI, se fue la belleza y nunca más volvió. En el mundo contemporáneo es solo una opción y no una obligación o una necesidad para el artista. La belleza sólo tiene un papel si añade algo al significado de la obra, lo que sucede generalmente, cuando la obra tiene una función extra, además de ser mirada. Es decir, se busca la belleza interna. Hoy se busca algo más allá de la belleza, si bien, esta es tan importante para la vida como cualquier otra virtud, no es tan importante en el arte. Lo que importa en el arte contemporáneo es el significado.
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