Que Significa Comer
Enviado por gimena • 24 de Octubre de 2011 • 3.227 Palabras (13 Páginas) • 924 Visitas
¿Qué significa comer?
La alimentación es un hecho que va mucho mas allá de la necesidad nutricia del cuerpo, es un hecho que va mucho más allá del mero hecho de hacer crecer el cuerpo; es un hecho que está ligado al nacimiento mismo de las relaciones del sujeto con el Otro. El acto de alimentarse es un acto sin el cual un bebe humano no sobreviviría mas de algunas horas. El primer punto de relación con el Otro, en el estado de necesidad absoluta en que se encuentra el bebe humano, es una comida que sólo puede llegarle por vía del Otro.
El hecho de comer depende de esta Otro, mientras que un bebe recién nacido tiene un reflejo innato e instintivo que le permite por ejemplo respirar sin mediación del Otro. Lo cierto es que la alimentación, un hecho absolutamente primordial, sin el cual la supervivencia del bebe humano seria de muy poco tiempo, depende de cómo el Otro se dirija a él, ya que el bebe se encuentra allí absolutamente carente de orientación instintiva.
Siendo un hecho de raigambre psicoanalítica profundísima, un hecho fundador de la entrada del niño a las relaciones con el Otro, el trastorno de la alimentación es un hecho del que nadie ha carecido, es un epifenómeno (Psicol. Fenómeno accesorio que acompaña al fenómeno principal y que no tiene influencia sobre él) potencial de cualquier estructura psíquica. Cualquier estructura clínica puede estar acompañada, además, por un trastorno de la alimentación. Las estructuras clínicas se definen por el modo de relación en que ese sujeto especifico su lugar en relación al Otro. Como la alimentación está relacionada al modo primordial de ingreso del Otro en la conformación del sujeto, casi toda estructura clínica puede y suele tener un desorden alimentario.
El gran psicótico tiene problemas en la alimentación porque está lesionado gravemente su vínculo con el Otro. Seria milagroso que coma normalmente. Por cierto, cuando uno está triste o alegre, come más o menos, puede estar excedido de peso o muy delgado. Por lo tanto el trastorno de la alimentación se puede añadir –como epifenómeno- a cualquier estructura clínica, y de por si no constituye estructura clínica.
Con esta salvedad uno podría preguntarse por qué tanta gente habla de algo específico cuando se refiere al “desorden alimentario”. ¿Será una cuestión de los medios de comunicación que hablan del asunto porque está de moda? En efecto, hay algo inflado por los medios, pero no creo que sea solo eso. Freud afirmaba que cuando algo adquiere un nombre eso significa que está señalando una especificidad, que con los nombres no se juega. Respetare el hecho de que por algo tanta gente habla de anorexias y bulimias como de una entidad diferencial tal que podría ser no sólo epifenómeno de otra estructura, sino algo que merezca que nos detengamos a averiguar que especificidad posee.
…frente al exceso de los medios que ven anoréxicas y bulímicas en todos lados, muchas veces un grupo de analistas –no sin razón- despacha la cuestión afirmando taxativamente que se trata siempre de un síntoma histérico, que es simplemente histeria. Puede ser, pero me voy a detener a ver si podemos especificar que hace que algunos “desordenes alimentarios” en particular sea muy difícil de tomarlos bajo la exclusiva égida de la histeria.
EL COMPLEJO MATERNO ALIMENTARIO
Si se habla de comer, lo inmediato que se asocia es la relación del sujeto con la madre, sin embargo también voy a hablar de las relaciones del comer con el padre; voy a tratar de unir lo que llamo complejo materno alimentario y complejo paterno alimentario.
Cuando el niño nace está sometido, absoluta y completamente sin ningún instinto que lo guie, a que el Otro lo tome, le oferte el pecho y le dé de comer. El humano es el único cachorro que necesita esto, todos los demás tienen un reflejo que los hace llegar motrizmente hasta el alimento sin necesidad de ningún Otro que esté dispuesto a hacerlo.
Una madre alimenta a su hijo porque ese hijo –dijo Freud, en una de esas geniales fundaciones del psicoanálisis- representa el órgano del goce del que la madre carece. Eso no está mal, ni se trata del caso de una madre perversa, ni malévola. Una madre que pone empeño en la crianza de su hijo lo hace porque significa a ese niño procurándole el trozo de goce que su falta de pene le hace anhelar. Uno podría decir que entonces criar un chico es una maniobra masturbatoria, es una maldad. Freud –en “Malestar en la cultura”- dice que es una importante función civilizadora de la madre, dado que si la madre no integrara, no incorporara al niño al orden del erotismo, ¿Quién lo va a incorporar? Esa es una función de la madre.
La madre ya da el pecho significando un goce, significando por que da el pecho a un ser al que le propone la palabra. Una madre le habla a su bebe, ¿Por qué? Aunque este no entienda nada, le habla porque es una madre ”good enough” como diría Winnicott. Yo no lo traduzco como “suficientemente buena” porque eso da a la madre la angustia de tener que ser “suficientemente buena”. Prefiero traducirlo por “apenas buena”, dado que lo que pide Winnicott de una madre es que sea “apenas buena”.
Una madre “apenas buena” apuesta a que ese pedacito de carne que tiene a upa va a ser un sujeto; como apuesta a que va a ser un sujeto le da el pecho y le habla. Es decir que el goce alimentario en una madre “buena” está acompañado por la pulsión invocante, no es solo pulsión oral; el goce alimentario ya está acompañado por la vectorialización del goce de la palabra.
Tal como dice Héctor Yankelevich, la madre debe ser pascalina. Recuerden la apuesta de Pascal, cuando le preguntan si Dios existe o no. Pascal es un hombre del siglo de las luces, un racionalista, no puede hablar sólo de fe, no puede responder en términos místicos. Pascal contesta que apuesta que existe porque de esta manera habrá una ganancia ética y la idea de una trascendencia que guía nuestros actos. Su posición es la que es mejor apostar a esa existencia (3)
Una madre “apenas buena” le habla a su chico, le da el pecho pero también le habla, esa pascalizacion prepara un sujeto y vectorializa –con la leche- la palabra. Entonces lo “oral” de comer y lo “oral” de –digamos- “examen oral”, unen la comida al hecho de hablar.
Freud llamo a esta primera fonematizacion en que la madre apuesta al bebé como parletre la simbolización primordial, fort-da, está o no esta, que es el régimen de la palabra. Uno habla haciendo pausas. Instaura el goce con fragmentos de palabras y el pecho es la primera experiencia de un niño del bort-da.
Hay una disputa entre los pediatras respecto de cada cuanto dar el pecho, “a libre demanda” o “cada tres horas”. Si a un chico no
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