Escuela Vieja Y Escuela Nueva

l lunes 16 de enero de 2010 pasará la historia como la fecha en que los diputados del Congreso Nacional le dieron a Honduras su nueva Ley Fundamental de Educación que garantiza, entre muchas cosas, los doscientos días de clases y la gratuidad de sistema educativo publico.

Lo que inició hace cinco meses, cuando representantes de más de cien organizaciones civiles se reunieron en el hemiciclo del Legislativo para pedir que la educación pública continuara siendo gratuita, concluyó con un prolongado aplauso cuando el último de los artículos fue aprobado.

La Ley Fundamental de Educación sustituye a la vieja Ley General de Educación aprobada en 1966, y contempla, además de su gratuidad, la descentralización, el involucramiento de las comunidades y padres de familia en el proceso formativo, la incorporación del inglés y la tecnología y el respeto a las culturas de los pueblos indígenas.

“Esta Ley Fundamental de Educación fue hecha por el pueblo y es del pueblo”, dijo Juan Orlando Hernández. “Mucha gente me decía: `No se meta en este tema, va a salir trasquilado y hasta aquí llegará su carrera política`. Pero no nos detuvimos, porque considerábamos que era justo que los niños de Honduras reciban una educación de calidad. La diferencia entre los pueblos desarrollado y nosotros es la educación”.

“Quiero felicitarlo, señor presidente –le dijo el diputado liberal Ángel Darío Banegas a Juan Orlando Hernández-. Espero que esta Ley, que es un punto de partida, sea un estímulo y un reto para el resto de la sociedad hondureña”.

“Esta Ley –reiteró Juan Orlando Hernández-, es el gran legado que esta generación les dejará a las próximas generaciones, pues los niños y niñas de nuestro país recibirán la educación con calidad que se merecen”.

GRATIS Y DOSCIENTOS DIAS DE CLASES

La Ley Fundamental de Educación es considerada uno de los ejercicios más democráticos en la historia hondureña, pues fue hecha con los aportes del pueblo en las siete Mesas de Concertación instaladas en el Congreso Nacional.

Durante varios meses, personas de todos los estratos sociales, con preparación académica o sin ella, dieron sus aportes para que los diputados del Congreso Nacional los incorporaran al documento final.

Luego de esas Mesas de Concertación, las comisiones de diputados, funcionarios del secretario de Educación y gremios magisteriales viajaron a todo el país a socializar los avances y una vez que el documento final estaba casi listo, se realizaron nuevas giras para validar la Ley.

La nueva Ley tiene siete capítulos: Garantías y Fundamentos; Estructura del Sistema Nacional de Educación; Administración del Sistema Nacional de Educación; Modelo Educativo; Los Docentes; Participación de la Comunidad Educativa y Disposiciones Transitorias y Finales.

“Hay que dejar claro que la educación ofrecida en los establecimientos oficiales es gratuita y el Estado garantiza su financiamiento. Queda prohibida cualquier exigencia de contribuciones económicas por parte de los docentes o autoridades educativas”, explicó el diputado Claudio Perdomo.

Entre las grandes virtudes de la Ley, Perdomo mencionó que el año lectivo no podrá darse por concluido, sino hasta completar el

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