Estadios Del Desarrollo Segun H. Wallon

Al nacer, la principal característica del recién nacido es la actividad motora refleja. H. Wallon llama a este estadio Estadio impulsivo. A veces parece adaptarse a su objeto, otras veces actúa en forma de grandes descargas impulsivas. Ha hecho retroceder a los seis meses lo que llama el Segundo estadio, lo que no implica que necesariamente hasta los seis meses únicamente se den las respuestas puramente impulsivas del comienzo de la vida. Hasta los seis meses este tipo de relaciones con el mundo exterior no es dominante.

El niño establece sus primeras relaciones en función de sus necesidades elementales. En este estadio, tanto como los cuidados materiales, el niño necesita muestra de afecto por parte de quienes le rodean. El tercer estadio de H. Wallon es el llamado estadio sensitivo motor, aparece al final del primer año. Según con lo que denomina “sociabilidad incontinente”, el niño se orientará hacia intereses objetivos y descubrirá realmente el mundo de los objetos. H. Wallon define la actividad simbólica como la capacidad de atribuir a un objeto su representación y a su representación un signo.

En sus primeras publicaciones distingue el estadio proyectivo. El niño conoce el objeto únicamente a través de su acción sobre el mismo. Mientras dura el estadio proyectivo, el niño siente una especie de necesidad de proyectarse en las cosas para percibirse a sí mismo. H. Wallon afirma que primordialmente, la función motora es el instrumento de la conciencia. En ese estadio el acto es el acompañante de la representación. Un quinto estadio es lo que H. Wallon denomina estadio del personalismo. El niño llega a prescindir de situaciones en que se halla implicado y a reconocer su propia personalidad. Llega a la “conciencia del yo” que nace cuando se es capaz de tener formada una imagen del sí mismo.

El hecho de que el niño tiene ya una autentica conciencia de sí mismo, es la llamada “reacción de prestancia”. Este desdoblamiento le permitirá adquirir conciencia de su propia personalidad. Este importante periodo suele comenzar por una fase de oposición y concluye con una fase de gratitud.

Cuando llega a la edad escolar, hacia los seis años de edad, posee los medios intelectuales. Es la fase de personalidad polivalente en que el niño puede participar simultáneamente en la vida de diversos grupos. El trato favorece su pleno desarrollo y es cimiento del interés.

Todavía hay una importante etapa que separa al niño del adulto: la adolescencia. H. Wallon subraya el valor funcional de la adolescencia. Se ha dicho que la adolescencia es una etapa en que las necesidades personales adquieren toda su importancia.

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